La cata del cuponazo
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Dicen que nunca segundas partes fueron buenas, pero hay casos como El Padrino II o nuestra segunda cata consecutiva de blancos que demuestran todo lo contrario. Reunidos alrededor de la mesa de El Rocío, los históricos, más Juan e Ilu (que ya también empiezan a ser históricos) y venidos directamente desde Valencia, así como Juan Such (de Verema.com) y Esther, nos dispusimos a efectuar una cata super-mega-hiper ciega (más conocida como cata del cuponazo) de 6 vinos.
El procedimiento de cata siguió a rajatabla la metodología de cata de la peña La Verema, es decir, cata ciega con las botellas envueltas en papel de aluminio y servicio del vino sin saber nada sobre el mismo (ni zona, ni varietales, ni bodega elaboradora, nada). Tras la cata y valoración de los mismos, los asistentes tratamos de adivinar varietales y zonas de elaboración. Finalmente extrajimos las puntuaciones de cada uno de los vinos.
Para abrir boca comenzamos con un vino de la zona, un sauvignon blanc elaborado por Vinícola de Tomelloso. La marca Torre de Gazate lleva unos años siendo conocida en toda España por la indudable relación calidad-precio de los vinos que elaboran. Un abrazo para nuestros amigos de Tomelloso.
En segundo lugar degustamos un albariño comentado en el foro: Pedro de Soutomaior de la bodega Adegas Galegas. Un albariño sorprendente que fue confundido por muchos con la variedad chardonnay por las notas de mantequilla en él encontradas.
Continuamos la cata con una bodega que comienza a ser un valor seguro en cuanto a calidad en nuestra opinión: Dehesa del Carrizal. El chardonnay siguió la estela marcada por su predecesor en nuestra cata de magnums (Dehesa del Carrizal crianza 1997) y tuvo un gran comportamiento en cata quedando en segundo lugar.
En cuarto lugar, el triunfador de la noche: Waltraud 2000 de Torres. Este riesling de nombre alemán en honor a la mujer de su elaborador fue por unanimidad y con diferencia el mejor de la noche. Un gran vino.
La descarga aromática del Waltraud pudo con el siguiente vino degustado: Gramona Sauvignon Blanc. El vino de la bodega de Montserrat no fue la competencia esperada y comentada en el foro de debate. Tendremos que volver a catarlo con mayor perspectiva.
Por ultimo, probamos otro vino como los dos anteriores del Penedés: Augustus Chardonnay Blanco Fermentado en Barrica de Cellers Puig i Roca. Un vino más complejo que los anteriores por su crianza y con unos matices diferenciales que, en general, fueron apreciados por todos los catadores.
Durante la cena, la amabilidad de Juan Such nos permitió degustar un vino sui generis, Bourgogne Bigotes 2000 Domaine de Chassorney. Un vino 100% chardonnay (cualquiera lo diría) de elaboración según los métodos biodinámicos (incluso burro vendimiador) de la bodega de Borgoña Frédéric Cossard. Es particular desde el nombre, pasando por la etiqueta que muestra una viñeta tipo cómic con una anciana y una iglesia, hasta su color amarillo pálido muy turbio. En nariz es frutal y en boca muy refrescante.
Para finalizar la cena, el dueño de El Rocío, con su habitual hospitalidad e interés por el vino poco conocido de La Mancha, nos dio a probar el Macatela 2001, un vino correcto de la tierra de castilla, de agricultura ecológica y elaborado por la bodega Hermanos Delgado, a partir de la poco valorada uva airen, en el que destacaban las notas a mantequilla.
En el postre, Diego nos sorprendió con dos botellas de Fusta Nova 2001 de Bodegas Gandía de las que ganó en el sorteo de Verema.com. Un moscatel que ya nos gustó en la cata que realizamos en febrero y que fue el colofón a una gran noche, gracias al derroche de aromas frutales y florales.
Cerramos el verano enológico preparándonos para nuestra feria del vino, el 7 de septiembre, con la vuelta a los tintos.
