Blog de Verema.com

Lady Blue, panacea en el espacio

INSERT:STYLESHEET:END

“Hoy vuelvo a empezar, hoy es el comienzo del ...” Sonaban los ecos del “Space Oddity” de Bowie, de la odisea espacial de Enrique Bunbury representada por su canción estrella, en el radio-cassette del coche de Carlos, cuando Los chicos de la vid nos acercábamos al lugar de reunión de la cata 6 ó la que había sido bautizada como “la cata de todas las catas”, “la cata en que todo empezó”, “la cata de ensueño”, ...

Era el preludio de una fantástica velada marcada por el glamour y la pasión por el vino de los ilustres invitados que nos visitaban desde distintos puntos de nuestra piel de toro y los gloriosos vinos que nos iban a hacer disfrutar de lo lindo el resto de la noche.

Eran las 9:45 p.m. Llegábamos con un pequeño retraso. En la puerta del Asador Carretero, entre la inmensa masa de gente que se había congregado para conocer a nuestras supernovas, se divisaban las cabezas de:

- Carlos Zalve: venido directamente desde Madrid con 3 maravillas tropicales.

- Pedro: desde nuestra cercana Cuenca donde está elaborando un nuevo vino, el Velázquez de León, el cual esperamos probar dentro de poco.

- Juan Such: de Valencia (Amunt València). Socio fundador de la peña La Verema y de Verema.com

- Esther: desde Valencia. Aficionada al vino y al ambiente festivo donde las haya. Estuvo acompañada por su amiga Rosi que se va interesando poco a poco por estas lides.

- Antonio: desde la capital de la Costa del Sol. Cambio la playa, el calor y su peña de cata, Catasureña, por un encuentro con Los chicos de la vid.

- Loli: directamente desde Albacete. Estuvo acompañándonos en su primera cata. Creemos que no será la última.

- Paco: de Alcázar. Aunque no se tuvo que desplazar realizó un gran esfuerzo por asistir a nuestra cata y es de agradecer.

¡No son Arturo, ni Sirio, ni Casiopea, pero brillan más!

Y los de siempre, Los chicos de la vid: Carlos, Fernando, Ilumi, Diego, Juan y Miguel.

En el maletero, escondidas bajo papel de plata y guardadas en sus cajas de cartón, nos esperaban 5 señoras botellas magnum por su grandeza, nobleza y magnificencia: Allende, Corcovo, Fontal, Dehesa del carrizal y Montesierra. Sólo comparables al Sol, por ser fuente de vida en nuestro planeta.

La suerte estaba echada y nuestra sed a punto de ser saciada.

El espectáculo intimista de antaño se había convertido en un fenómeno de masas que no tiene parangón más que con otros “chicos”, los de “Operación Triunfo”. Situados en posición central en el salón, la gente se agolpaba a nuestro alrededor para observar el proceso de cata y hacían sus apuestas en lo relativo a los vinos. La solemnidad presidía el comienzo de la cata.

A los nuevos invitados a nuestras catas siempre les comentamos que la seriedad dura los 5 primeros minutos, el tiempo que se tarda en servir el primer vino y conocer la ficha de cata. En este caso, la ficha de cata pasó a mejor época. Juan Such traía fichas de cata muy fáciles de usar (la victoria de la usabilidad) que convencieron a todos los catadores. La fugaz vida de nuestras fichas de cata estrenadas en la “segunda de abono” al menos tiene el reconocimiento de habernos servido para comenzar a valorar las partes de una cata sensorial.

Como era de esperar la seriedad duró los 5 primeros minutos, hasta que en cata a ciegas presentamos un 100% tempranillo, el Allende. El proyecto en Briones (La Rioja) de Miguel Ángel de Gregorio está obteniendo un gran reconocimiento público en tan sólo 5 años desde su nacimiento. Durante el pasado encuentro de Verema.com tuvimos la suerte de poder compartir mesa con él y conversar sobre sus vinos, sobre la tierra que le vio nacer, La Mancha, y sobre el proyecto manchego en el que está implicado. Sólo su genialidad elaborando vino es superior a su ingenio locuaz.

A continuación catamos un vino de la D.O. Valdepeñas: Corcovo. Este vino es 100% cencibel (tempranillo, para los foráneos) y está elaborado por las bodegas J.A. Mejías e hijos a partir de 40 Ha de viñedo. Fue la gran decepción de la noche, ya que padecimos los problemas de un corcho húmedo y en mal estado.

En tercer lugar probamos un vino de la D.O. La Mancha, del noroeste de la provincia de Cuenca (zona de Tarancón): Fontal. Un vino muy conocido por Pedro Ferrer, que nos corrigió en los comentarios sobre los varietales empleados para su elaboración, ya que pensábamos que era 100% cencibel, pero lleva también algo de cabernet-sauvignon, merlot y syrah. El proyecto de la familia Cantarero (Bodegas Fontana) comenzó en 1997 y se fundamenta en 500 Ha de vinificación tradicional de las variedades por separado. Además del Fontal, se debe tener muy en cuenta su producto estrella: Quercus (Roble en Latín), probablemente suene el nombre a un cava de Agustí Torelló (cuestiones de marcas).

En cuarto lugar catamos el resultado de un proyecto joven de Castilla La Mancha, aunque ajeno a la Denominación de origen: Dehesa del carrizal. El Dehesa del carrizal es un vino de la Tierra de Castilla (un vino de pago) elaborado a partir de 13 Ha en Retuerta del Bullaque (Ciudad Real), muy cerca del parque de Cabañeros. Tras el proyecto se encuentran Marcial Sequeira (propietario de Sanitas), Ignacio de Miguel (ex-enólogo del Marqués de Griñón) y Vicente Lara (viticultor de Tomelloso, encargado de la propiedad). Ofreció un gran resultado en la cata.

Por último degustamos un vino de Bodegas Pirineos que también gustó mucho: Montesierra Crianza. Los vinos de Somontano están emergiendo de forma impresionante. El Marboré de esta misma bodega nos encantó a todos los miembros de Los chicos de la vid que acudimos al encuentro Verema, así como poder hablar con Jesús Astraín sobre su pasión por el vino. Probablemente volvamos a catar el Marboré en breve.

A partir de este momento mi capacidad sensorial se empezó a ver mermada hasta el punto de no recordar el nombre de los vinos degustados a continuación. Y es que, tras la cata a ciegas, no hacía más que empezar la noche. Eran las 23:30 p.m. y aún nos esperaba una fantástica cena y probar todos los regalos que habían traído Carlos Zalve, Juan Such, Carlos Alvarez y Antonio de Catasureña.

Comenzamos con un autentico cadáver, un Marqués de Legarda de 1989, obsequio de nuestro amigo Francisco Utrilla, que más que muerto resultó ser un ente de ultratumba. Había resucitado para la cita, con un color muy evolucionado que recordaba al coñac y un sabor alcohólico.

A continuación Juan Such nos dió a probar a ciegas un Finca Villacreces 1999, un Ribera de gran color y personalidad que quizás necesita unos meses más en botella para acabar de afinarse y mostrar todo su potencial. Pasamos a los tropicales, con un vino de Brasil, según Carlos Zalve el mejor y más caro que se elabora por aquellas latitudes. El vino era distinto como era de esperar. No lo puedo describir porque no recogí notas de cata.

El siguiente creo que fue un carmenere de Chile. Un vino muy interesante que según Juan Such tenía una gran armonía y una suavidad que se agradecía después de catar tantos vinos.

Después Carlos se sacó de la chistera un vino canadiense. De este recuerdo el nombre porque está puesto en el foro: Cherry Point 1998 de Vancouver Island. Carlos Zalve lo describe como “Un blanco hecho de una uva realmente poco conocida, al menos para mi: Auxerrois. Mucha miel y bastante floral, en boca era equilibrado aunque no hubiera venido nada mal un poco más de acidez. A mi, el posgusto me pareció realmente largo, y seguro que nos hubiera gustado mucho más si no lo hubiéramos dejado para la 1 y media de la mañana... siendo en principio un vino seco. Del color, poco podemos decir, pero no por los lux, sino por nuestra falta de mano para lavar copas...” Esto último es un recado del que tomamos nota :-)

El penúltimo lo puso Antonio de Catasureña. Fue un regalo de Fernando Arráez, un amigo de su peña y de la nuestra. La sorpresa fue monumental: un espumoso manchego. Según mensaje en el foro de Carlos Zalve: “El "cava Manchego" resultó en verdad sorprendente, y es bien cierto que en nariz tenía una potencia, no exenta de elegancia, fuera de lo común: Mucho heno y manzana, que fue madurando con el paso del tiempo. En boca, no mantenía el mismo nivel, pero resultó interesante. Lo más interesante es que a Pedro y a mí, nos parecía evidentísimo que la uva utilizada era ... Airén. Juan Such no se lo podía creer... Pedro Ferrer, nos ha prometido darnos más datos del cava en cuestión.” Estamos al aparato esperando tus noticias, Pedro.

Como comentó Juan Such: “¡que se agarren los de D.O. Cava que vienen curvas, olé los manchegos!“. Esperamos desvelar la incógnita en breve.

Y muy lejos de acabar la noche, a la 01:45 a.m. comenzaba el ritual, la euforia colectiva, el despendole general,... La fiesta continuaba con todos los asistentes a la cata en el café Gran Vía. Las copas comenzaron a rular, excepto para alguno que debía conducir y ya se sabe que cuando la Guardia civil se entera de que Los chicos de la vid hacemos cata acordonan la zona (Operación Jaula), pregúntenselo a Carlos y a Pedro.

 Las estrellas volverán a brillar el tercer sábado de cada mes en Alcázar de San Juan. Y es que durante la cata todo es insignificante, nada es tan preocupante y el espacio es un lugar tan vacío. Siente. Lady, Lady Blue,...


Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar