Salon des Vins de Loire (1ª parte)
Esta edición de “Salón de los vinos del Loira”, que no “feria de vino” festejó su 20º aniversario.
El Loira representa la tercera zona en importancia dentro del panorama vitivinícola francés. Cinco grandes denominaciones se encuentran subdivididas en cerca de 54 denominaciones de menor rango. La variedad reina en los vinos dulces es, sin duda, su majestad, la Chenin (también llamada “Pineau de la Loire”). La zona más cercana al Atlántico presenta la Muscadet (también llamada “melón”). Y la gran variedad blanca de los Polly Fumé, la “Sauvignon” como la llaman ellos a secas (para nosotros, “sauvignon blanc”). Tienen también Cabernet y Pinot. Pero su esfuerzo parece verse recompensado con la tan difícil “Cabernet Franc”.
Y es en esta zona, mas que en ningún otro rincón de Francia, donde la añada es elemental. Cuando la uva no recibe suficiente sol, la acidez no se soportará. Pero también es en esta zona, donde encontramos algunos de los mejores vinos blancos dulces de toda Francia.... y de toda Europa. Conocemos los sauternes, los tokaj, los austríacos... pero qué poco sabemos de estas joyas atacadas de botritis cinerea o simplemente de vendimias tardías.
El día 5 de febrero, como preludio al Salón de los vinos del Loira, un jurado de 300 miembros compuesto por periodistas especializados, enólogos, sommeliers, viticultores, negociantes y amateurs, catan 1.600 vinos dentro de las categorías de rojos, blancos, rosados y de burbujas, y eligen las 115 “Liger d’Or”, las 166 de plata y las 165 de bronce. Gracias a ese preludio, el templo de la degustación del salón durante los tres días siguientes ha sido “le Palais des Ligers”, lo cual ha permitido descubrir la riqueza y diversidad de aquellos vinos que obtuvieron un “Liger d’Or”. Estaban acompañados de su ficha técnica y del número del stand correspondiente a sus propietarios. Sobresalientes los blancos dulces de chenin del DOMAINE DES GIRANDIÈRES, Bonnezeaus Molleaux 2004 y el “CHÀTEAU PIERRE VISE 2003 de Claude Papin, AOC “Quarts de Chaume”.
Colabora la Unión de Enólogos del Valle del Loire y se realiza un campeonato europeo de jóvenes sumilleres. Este año recayó en Pascaline Lepeltier, una estudiante de 25 años de la escuela de Sumilleres de Angers. A su vez con un título en Filosofía y un master en Gestión Hotelera. Esa es otra lección. El vino es un producto cultural. Los hombres lo producen y coronarse mejor sumiller implica un respeto profundo a la cultura en general.
Pero ¿qué es un “liger d’Or”? La palabra “Liger” es el nombre que se otorga a las medallas. Es también el nombre en latín del Loira. “Les Ligériens” son, pues, los habitantes de la ribera de este “río de reyes”.
La noche anterior a la apertura del Palacio de Congresos de Angers para el Salón del Vino del Loira, la AOC Coteaux de l’Aubance y Anjou-Villages Brissac invita a una cena en el Château de Brissac. Allí se tiene una primera degustación de vinos de la zona. Y luego se cena en presencia de los miembros de la Cofradía des Rillauds d’Anjou et des Vins du Brissac. Excelentes maridajes. Sabrosa oca y excelente pera confitada preparadas por les Cuisineries Gourmandes de l’Anjou. Es un privilegio compartir mesa con algunos caballeros cófrades que a su vez tienen algunos de los mejores vinos dulces nobles de chenin de todo el mundo. Al día siguiente visitamos sus stands.
Durante la celebración del salón, una exposición presenta el proyecto VITOUR y sus regiones. El proyecto agrupa los viñedos de siete regiones declaradas Patrimonio Mundial por la UNESCO, incluido el Valle del Loira. El 6 de febrero de 2006, Mario Falcetti pronunció en el Salón una conferencia titulada «Los paisajes vitícolas en Europa: un valor añadido del vino».
Haré una sola crítica al salón y, para más inri, por comparación. Y son los ateliers de degustación. Los grandes invitados de este Salón fueron Japón y Rusia. Y por ello los maridajes deberían tener alguna relación con sus “cocinas”. Comparando los ateliers de este salón con los de Vinexpo, resultan cutres y para principiantes. Para maridar dos productos en un Salón de esta categoría hacían falta mejores calidades y mejores presentaciones, tanto en lo que respecta a los alimentos como a las bebidas que se ofrecieron.
En ese tipo de eventos dirigidos a profesionales, habría que poner “toda la carne en el asador”. Esos profesionales van en busca de nuevas ideas y de referentes excepcionales, no vulgares. Y al frente de las demostraciones se necesitan profesionales competentes, que eviten chavacanerías, humildes pero a la vez con grandeza en su profesión, que respeten a todo el público y que sean dignos de encontrarse allí. De hecho escuché los mejores comentarios de profesionales sentados a las mesas que de los que pretendían servirnos de guías.
La segunda noche invitan a una Soirée de Gala con una cena lírica. Sirvieron la cena, entre un sin fin de camareros, una soprano, una mezzo-soprano, un tenor y un par de barítonos acompañados al piano entonando con toda la emoción de la ópera pero con toda la proximidad que se podría tener, obras de Verdi, Mozart, Bizet, Rossini, Puccini, …de Rigoletto, de Don Giovanni, de Carmen, del Barbero de Sevilla…. “ponga un artista en su mesa”. Todo un lujo. Junto con el lujo de compartir mesa con magníficos profesionales del mundo del vino del Loira. Aprovechamos el día siguiente también para visitar sus stands. Las personas transmiten lo que son a sus vinos. No nos defraudaron lo más mínimo. Hasta el honor de probar un magnífico pinot griggio, que estaba fuera de todo cálculo probar en este salón. Y magnífico.
La experiencia es un grado, pero el amor por su terroire, el respeto y la profesionalidad con que se recibe en la mayoría de los stands, la organización de eventos extra durante el resto del día, la cantidad de expositores, incluidos los mejores de todas las AOC, nos demuestran cómo se debieran organizar eventos relacionados con el mundo del vino.
Y no sólo tienen orgullo por su tierra. También tienen respeto por la tierra de los demás. Nos preguntaron mucho sobre los vinos españoles. Recordé entonces a quién introdujo la vid en el valle del Loira, allá por el año 340, San Martín de Tours, quien plantaba vides y los mantenía informados sobre lo que hacían otros viticultores en otras regiones. En esta ocasión también se han interesado por una realidad que les es lejana y desconocida. Otra lección de humildad. Ellos, que llevan siglos en ese esfuerzo.
Y si comparamos este Salón con Vinexpo, que se celebra cada 2 años y cada vez con menos visitantes, permitan que les comente que encuentro lógico que los compradores y la prensa se dirijan hacia Milán o hacia Londres y abandonen definitivamente Burdeos. No se nos recibe en muchos stands, no se ve ilusión por comunicar sus productos y no dejan probar los vinos que sí merecerían buenos comentarios.
En España tenemos un salón muy interesante en la Ribera del Duero, “Opera Prima”, realizado con mucha ilusión, con originalidad, pero con una falta casi total de los “grandes” de la Ribera. Si queremos convocatorias serias de verdad a la prensa y a los profesionales, necesitamos del compromiso de todos. Se echan de menos en las degustaciones a los grandes de la zona. Creo firmemente que la unión hace la fuerza. Esa es otra lección que nos dió el Loira : la unión en el respeto al terroire y al trabajo de todos los que se afanan sobre una zona común en hacer los mejores productos que la tierra y el clima les permitan.
En Andalucía, el próximo mes de mayo, se desarrollará un encuentro con los mejores vinos dulces del mundo. Quizás la feria de más prestigio mundial al respecto: “VINOBLE”, en Jerez. Y es allí donde cada dos años “hay que dar la talla”. Y es allí donde esperamos encontrarnos con algunos de los magníficos profesionales del Loira. Ojalá se encuentren en tierras de Jerez tan a gusto como nos hicieron sentir ellos en su tierra.