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Los vinos rumanos (I)

Durante muchos años sólo hemos conocido de Rumania las fabulaciones literarias sobre Drácula y, más recientemente, a Ceaucescu (¿pariente del anterior?) o a los niños de los orfanatos. Pero Rumania es mucho más. Y más allá de éstas o de las idílicas imágenes de los bosques de los Cárpatos o las iglesias pintadas del norte de Moldavia, Rumania sigue siendo una gran desconocida, una joya por descubrir.

Dice un dicho rumano que hay que tomar vino: una copa para la salud, dos para el placer y tres para un buen descanso. Cuatro le ponen a uno triste y más... ¡le vuelven loco!. Y aunque, quizás por este sabio consejo, el consumo de vino en Rumania no es especialmente destacado, sí lo es su producción: Rumania fue en 1995 el noveno mayor productor mundial de vino. Queda algo más alejado en lo que respecta a exportaciones ya que en el ámbito mundial ocupa el puesto número 20. En 1998 Rumania destinó al cultivo de viña para la producción de vino (dejamos fuera la uva de mesa) 231.200 hectáreas de las que se obtuvieron 6’6 millones de hectolitros, 5 millones de los cuales fueron de vino blanco.

Las condiciones climáticas y geográficas de Rumania han favorecido la viticultura: grandes llanuras que se extienden al sur de los Cárpatos, insolación abundante y la influencia del Mar Negro. Situada en el mismo paralelo que Francia, los veranos calurosos seguidos de inviernos extremadamente fríos hacen sufrir a las vides para que proporcionen unos caldos tan sorprendentes como desconocidos.

El cultivo de la viña se practica en los territorios de la actual Rumania desde la antigüedad. Los vestigios arqueológicos atestiguan la práctica continuada de la viticultura desde hace más de 4000 años. Los vinos producidos se distribuían por toda el área de los Balcanes y, a partir del siglo II d.C., aunque los vinos de la Dacia no alcanzaron ni en volumen ni en fama la importancia de los vinos griegos, los romanos se encargaron de extenderlos por el resto del imperio, especialmente en su parte oriental. La Edad Media supuso un fuerte impulso para la viticultura. Algunos viñedos de Cotnari ganaron la fama en los siglos XIV y XV que aún mantienen hoy en día. Al contrario que en otras zonas (como en España) donde la expansión árabe limitó momentáneamente su cultivo, las particulares características del imperio Otomano (siglos XV-XX) permitieron que la viticultura rumana se siguiera practicando de forma ininterrumpida hasta la actualidad.

La llegada de la filoxera (1880-1884) supuso la destrucción del 60% de las viñas y, en algunas zonas, de las plantaciones enteras. Hasta entonces las variedades autóctonas predominaron en los viñedos. Esta enfermedad supuso un trauma (similar al de otras muchas regiones productoras del mundo) del que no se recuperó completamente hasta el fin de la segunda guerra mundial, cuando empezaron a importarse grandes cantidades de cepas de variedades nobles injertadas en pies americanos.

Durante la época comunista, en el marco de una economía colectivizada, se crearon grandes y modernos complejos que utilizaban los últimos “adelantos de los años 60” (grandes depósitos de cemento, etc.) con vistas a la exportación al resto de países del Este. De este modo, Rumania alcanzó un cierto reconocimiento internacional como productor de vinos de calidad. Durante este periodo, el cultivo de la viña fue creciendo hasta representar algo más de un 2% de la superficie cultivable de todo el país. El gobierno rumano implantó el llamado “Plan de sistematización de las zonas rurales y urbanas” que provocó la destrucción de numerosos pueblos y la reubicación de sus habitantes en “ciudades agrarias” causando graves desajustes en la agricultura del país.

Este y otros muchos planes de desarrollo consiguieron que durante la década de los 80 Rumania fuera el país europeo con mayor deuda externa. Las duras medidas económicas impuestas por el régimen de N. Ceaucescu se tradujeron en carestías de todo tipo en el interior del país. El descontento de los rumanos (junto con otros muchos factores) acabo estallando en 1989 (el año de la revolución) provocando la caída de un régimen que dejaba al país hundido en una profunda crisis.

El declive, tanto técnico como económico, afectó también a la viticultura y la superficie destinada al cultivo de la viña y, por ende, la producción vinícola rumana ha descendido progresivamente desde el año 1989. Actualmente, la superficie cultivada de viña no llega a ese 2%, produciendo en su mayoría vinos blancos ya que los vinos tintos representan un porcentaje ínfimo dentro de la producción total. Aunque en los últimos años se han realizado importantes mejoras para intentar superar el desfase tecnológico, en general los vinos rumanos presentan una calidad muy desigual y aún necesitan mejorar en lo que se refiere a técnicas de elaboración y tratamiento en bodega. Por el contrario, tienen a su favor unos costes de producción mucho más bajos que en el resto de Europa y, sobre todo, la utilización de uvas de gran calidad.

Rumania produce más de 400 vinos distintos agrupados en distintas categorías dependiendo de su composición y de la tecnología utilizada en su producción. Actualmente está vigente la Ley del viñedo y del vino de 1997.

Se produce vino seco (sec), semiseco (demisec), semidulce (demiduce), vino de postre (desert) y vino espumoso (spumant), distinguiéndose entre:

  • Vinos de calidad superior (VS)
  • Vinos de calidad superior con denominación de origen (DOC).
  • Vinos de calidad superior con denominación de origen y grados de calidad (DOCC), que pueden ser:
    • con uvas recolectadas en su estado óptimo de maduración (DOCC-III o DOCC - CMD)
    • con uvas sobremaduras o vendimias tardías (DOCC-II o DOC-CT);
    • con uvas afectadas por la podredumbre noble (DOCC-I o DOCC-CIB).

Variedades principales de uva cultivadas

La continuidad en el cultivo desde la antigüedad y la larga tradición de la viticultura rumana ha permitido la supervivencia de numerosas variedades autóctonas, algunas de las cuales son de calidad remarcable, como es el caso de la Feteasca alba, Feteasca regala o la Grassa de Cotnari, las joyas de la enología rumana, que probablemente darán que hablar en un futuro no muy lejano. El clima ha permitido también la perfecta aclimatación de variedades foráneas (Cabernet Sauvignon, Chardonnay, Merlot, Pinot Gris, Pinot Noir, Riesling, Sauvignon blanc, etc.) con las que se producen vinos de bastante calidad (destacando entre ellos los Pinot).

Estas son las principales variedades de uva cultivadas en Rumania:

Variedades Blancas

Feteasca Alba
También conocida como: Fetisoara, Poama Pasareasca (Uva de los pájaros), Pasareasca Alba (Blanca de los pájaros), Poama Fetei Alba (Uva blanca de Fetesti). Es una variedad blanca conocida desde hace siglos en Moldavia y Transilvania. Muy extendida en Rumania, la encontramos también en los países vecinos (Moldavia, Bulgaria, Hungría, Eslovaquia, Ucrania y Rusia).
De baya pequeña y maduración temprana, con un buen equilibrio entre el azúcar y la acidez (que se pierde en las zonas cálidas del sur del país). Vigorosa y con un ciclo vegetativo corto, está perfectamente adaptada a las zonas del norte del país y las zonas frías, aunque por su precocidad sea sensible a las heladas. Permite la elaboración de vinos secos o semi secos. Produce vinos alcohólicos con aromas a albaricoque que envejecen bien. Vinificada en solitario produce los llamados vinos perlados de Tîrnave y mezclada con otras variedades (Grassa, Francusa o Tamâioasa) es la base de los vinos de Cotnari.

Grassa de Cotnari
También conocida como Grassa (Gorda), Poama Grassa (Uva gorda), Grasa Mare (Gran gorda), Grasa Mica (pequeña gorda). Variedad blanca de color amarillo dorado con un alto contenido en ácidos y glicerina. Produce vinos finos y de bouquet particular que ha dado a los viñedos de Cotnari (en Moldavia) la fama de producir los mejores vinos de Rumania. Parece ser que esta variedad, una de las joyas de la enología rumana, esta emparentada con la Furmint que en Hungría da vinos excelentes, con la que presenta un notable parecido presentando incluso algunas características idénticas.

La baya es de tamaño pequeño-mediano, de color pálido y maduración mediana (algo tardía en la zona de Cotnari). En ocasiones se vendimian tardíamente para obtener una mayor concentración de azucares. Cepa de vigor mediano y producción mediana, es sensible al mildiu y a la podredumbre gris. Por otro lado permite también el desarrollo de la podredumbre noble produciendo en ese caso vinos de alto contenido alcohólico y características similares a los famosos Tokaji húngaros. Es muy común su vinificación junto a la Feteasca Alba.

Fetasca Regala
Es la variedad más extendida en Rumania. Originaria de la región de Brasov en Transilvania. Es un híbrido natural de Feteasca Alba y Grassa de Cotnari, cultivado y presentado con el nombre de Feteasca Regala en 1928. De baya mediana, de color amarillo o amarillo-verdoso y de maduración tardía. Fina y aromática recuerda algo al muscat. Es una planta vigorosa, de producción abundante, muy resistente a los inviernos fríos pero sensible a las heladas de primavera, las enfermedades y la sequía. Produce un vino blanco de calidad debido sus aromas característicos. En la región de Brasov se producen con ella vinos licorosos de buena calidad. Suele combinarse con otras variedades como la Riesling, Muscat Ottonel, Neuburger o Aligoté.

Galbena de Odobesti
También llamada Galbena, Galbena Grassa, Poama Galbena, Bucium de Poama Galbena, Szarsz Izum, Orangentraube, Galbina, Galbina Batuta, Galbina Rara, Galbina Urita. Variedad blanca de baya mediana, maduración y vendimia tardía. Es una variedad muy vigorosa de grandes rendimientos que da vinos ligeros. Se extendía por el sur de Moldavia y en Valaquia (Dealu Mare). Fue muy utilizada en vinos de mesa con pocas pretensiones pero hoy en día su cultivo está en clara recesión.

Francusa
Conocida también con los nombres: Frincusa, Tirtara, Vinoasa, Poama Franchie, Poama Mustei, Poama Creata, Mildweisser, Mustoasa de Moldova. Variedad blanca originaria de Moldavia y cultivada en todo el país. Presenta bayas medianas de color amarillo verdoso. Produce vinos con una alta acidez, aromas vegetales y sabor persistente. De vigor mediano, madura tardíamente. La encontramos sobretodo en Cotnari donde se usa, en pequeñas proporciones, como complemento a la Feteasca o Grassa.

Muscat Ottonel
Variedad superviviente de la invasión de la filoxera cultivado en los climas templados y frescos de Transilvania y Moldavia. Produce vinos, de color amarillo-paja y un sabor típico de moscatel. Los más destacables proceden de la zona de Murfatlar (en Dobroudja) donde se obtienen vinos de postre que destacan por su fuerza aromática. En ocasiones son encabezados con alcohol para permitirles una más larga vida en bodega.

Tamâioasa Romaneasca
También conocida como Busuioaca de Moldova o Busuioaca de Bohotin. Variedad local muy antigua y muy sensible a las condiciones climáticas que requiere de una buena exposición y otoños cálidos. Adquiere altas concentraciones de azúcar produciendo vinos dulces y semidulces naturales, de color amarillo-dorado, equilibrados, aromáticos y complejos. Los mejores vinos de esta variedad proceden de los Cárpatos Meridionales (la región de Dragasani) y también en Cotnari. Al sur del país, en los viñedos de Pietroasa (Dobroudja), se producen vinos remarcables a partir de uvas procedentes de vendimias tardías con un contenido en azúcares superior a 240-260 g/l. que destacan por su color dorado oscuro, muy oxidado, y que ofrecen un sabor potente y complejo que recuerda a la miel y al melocotón maduro.

Variedades Importadas
Riesling y Traminers se han adaptado perfectamente en Transilvania, Moldavia y Valaquia. La Sauvignon Blanc es una de las variedades más reconocidas en Rumania y de ella se obtienen interesantes vinos en las zonas de Murfatlar y Dragasani. Los mejores Chardonnay rumanos se obtienen en Dobroudja, especialmente en Murfatlar. Mientras que la variedad Aligoté cultivada en Moldavia y Dobroudja se destina en su mayor parte a vinos de mesa.
Sobre todas ellas destaca la Pinot Gris, que se adaptó perfectamente a las condiciones del país. A partir de esta variedad Rumania produce sorprendentes vinos que respetando el carácter Pinot, ofrecen características completamente distintas de una región a otra. Esta variedad destaca en Transilvania, Dealu Mare y sobre todo en Murfatlar.

Variedades tintas

Feteasca Neagra
También llamada Fetiasca Neagra, Poama Fetei Neagra (Uva negra de Fetesti), Coada Rindunicii (Cola de golondrina, por el color de las uvas), Pasarea Neagra (Pájaro negro). Variedad tinta originaria de Rumania. Los mejores vinos de esta variedad se producen al sur del país (en los viñedos de Valea Calugareasca, Urlati, Tohani, Cotesti. Es una cepa vigorosa, resistente a los inviernos fríos y a la sequía aunque sensible a las enfermedades y las heladas primaverales.
La baya es mediana, de color negro-azulado y maduración media. Con ella se producen vinos de calidad, aunque suele combinarse con algo de Cabernet Sauvignon o Babeasca Neagra. Su asociación con Merlot produce normalmente vinos corrientes. Los vinos de Feteasca Neagra evolucionan rápidamente, son de color rubí, redondos, robustos y con aromas a frutos del bosque (algún autor ha descrito su aroma como a medio camino entre Cabernet Franc y Mencía).

Babeasca Neagra
Cepa difundida especialmente por los viñedos del sur de Moldavia donde destacan los vinos producidos en los viñedos de Nicoresti. Lo más habitual es que se utilice en la elaboración de vinos de mesa jóvenes, de color rojo picota y sabor afrutado.

Variedades importadas
La variedad tinta de origen foráneo mas extendida en Rumania es la Cabernet Sauvignon que prefiere el clima cálido del sur del país. Se obtienen buenos vinos de esta variedad en Valaquia, Banat y Dobroudja. Le sigue el Merlot que se desarrolla en las colinas del sur de Moldavia y Valaquia. Pero sin duda alguna la variedad mejor adaptada a las características del país es la Pinot Noir con la que se obtienen algunos vinos sorprendentes por su calidad.

En la segunda parte de este artículo veremos las principales regiones productoras de Rumanía.

  1. #1

    Nebun007

    Estimado Ismael:

    Tengo algunas hectareas de terreno en el Norte de Moldavia y me gustaría saber tu opinión sobre que variedad de vino se puede cultivar en ellas .

    Atentamente

    Daniel Álvarez


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