Añada 2023: Por fin llueve!!

Por fin llueve!

Después de meses dónde los suelos han pasado muchísima sed, este final del mes de mayo está siendo de lo más mojado, lo cuál nos alegra enormemente. Aunque nunca llueva a gusto de todos, las lluvias en este momento son un factor crucial para el cultivo de vid y la producción de uvas de calidad. Los cultivos estaban pasando mucha sed y esto es lo que le podía pasar a nuestros vinos si hubiera seguido el periodo de sequía.

Cómo afecta la sequía al perfil de un vino

El perfil de un vino que ha sido producido a partir de uvas que han sufrido sequía puede variar, depende de la intensidad y la duración de la escasez de agua

También influyen otros factores como el clima de cultivo, el tipo de suelo, el proceso de elaboración, el tipo de uva, etc.

En general, los vinos elaborados después de una sequía severa pueden tener un efecto negativo en la calidad del resultado pero en muchos casos esas uvas tienden a tener una mayor concentración de azúcares y compuestos aromáticos, y estos son factores positivos, ya que será más rápido obtener un vino con mayor graduación alcohólica y más cuerpo.

La parte negativa que podriamos encontrarnos en esa uva es la que afecta a la acidez y a la complejidad de aromas.

Qué es la acidez y que puede pasar si hay un exceso o defecto de la misma

La acidez en el vino es el resultado de los ácidos orgánicos que se encuentran naturalmente en las uvas, como el ácido tartárico, málico y cítrico. Es un componente fundamental, que nos aporta equilibrio en los sabores y otros componentes del vino, como el azúcar y el alcohol. Nos da frescura, vitalidad y también longevidad.

Los vinos con acidez adecuada tienen una sensación refrescante en el paladar. La acidez le confiere energía al vino, lo que hace que sea más agradable de beber. Los vinos con una buena acidez tienden a envejecer mejor, esta actúa como un conservante natural al ayudar a preservar los sabores y aromas del vino a lo largo del tiempo.

Es importante destacar que el nivel de acidez que se considera ideal puede variar según el tipo de vino. Por ejemplo, los vinos blancos suelen tener una acidez más elevada que los tintos.

En resumen, el perfil de un vino después de sufrir sequía severa puede variar y surgir de diversos factores. Después de un año de sequía importante, casi nunca hay una buena añada, porque la calidad del vino está dañada y desestructurada.

De momento la añada está salvada en la mayor parte de España, aunque es necesario que las precipitaciones aumenten un poquito más, no en cantidad, porque el exceso de lluvia puede ser perjudicial debido a la dilución de azucares y ácidos del grano, si no en moderación y buena distribución de los chubascos.