Seleccions de Clos Dominic
Marc C.
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Varias son las catas que he realizado de la bodega Clos Dominic y me considero un gran admirador de sus vinos. En las catas realizadas hasta el momento se solían probar los tres vinos que hacen (Clos Petó, Vinyes Baixes y Vinyes Baixes) y como colofón una de sus espectaculares selecciones. Todos y cada uno de ellos deleitaban al personal y de hecho nunca faltan en mi bodega. Pero esta vez se quiso dar un paso más allá y nos salimos un poco del guión. Para empezar se escogió un día catalogado como muy bueno en el calendario de cata lunar que nos facilitó la bodega. Los asistentes, una mezcla entre contrastados blogueros y apasionados por el mundo del vino ya eran conocedores de la bodega en su mayoría y venían dispuestos a descubrir qué se esconde detrás de estas joyas del Priorat. Y en cuanto a los vinos, se escogieron las bestias pardas de la bodega.
Para ponernos en situación decir que Clos Dominic es una bodega familiar del Priorat, nada intervencionista en la elaboración de sus vinos. La bodega está situada en Porrera y a un kilómetro está la Tena, la finca de donde proceden los vinos y el lugar al que te trasladas cada vez que acercas la nariz a la copa. Dentro de poco voy a visitarla por primera vez así que ya os contaré más detalles.

El primer vino ca
tado fue el Clos Dominic Blanc 2008 en su formato magnum. Este vino está elaborado con Garnacha blanca, Macabeu y en menor medida Picapoll y Riesling. Ha permanecido durante 12 meses en barrica de roble francés y situado en una de aquellas esquinas mágicas que hay en la bodega. Se presenta untuoso y de un color dorado subido. El espectáculo empieza cuando te acercas la copa a la nariz. Destaca lo intenso que es y en seguida desprende aromas a matorral, frutos secos, cítricos (limón, piel de naranja), orejones, hierbas aromáticas, aquí los afortunados que han estado en la finca dicen que huele a la Tena, y al cabo de un rato notas muy curiosas a tomatera. En boca es goloso, con una acidez muy correcta y un postgusto largo. Un vino muy diferente a los blancos que estamos acostumbrados y con una larga vida en botella.

A continuación le tocó el turno al Vinyes Altes Selecció Miria
m 2006. Este vino está elaborado en un 95% con Cariñena y ha permanecido 18 meses en barricas de roble francés. Fue el único de los vinos que no se presentó en formato magnum y el que ha estado más tiempo embotellado. De color picota intenso y capa media-alta en nariz destaca su alta complejidad. Empieza con notas a laca, frutos rojos, violeta, flores, torrefactos y el típico mineral de la zona. Al oxigenarlo aparecen aromas a cola y sotobosque. En boca permanece el mineral y los frutos rojos, es potente, equilibrado, con los taninos domados y con un postgusto largo. Entra tan bien que apenas se nota que tiene alcohol. Es evidente que es el vino que está más evolucionado y listo más para ser bebido.



Y hasta aquí esta gran cata tan difícil de realizar que fue posible gracias a la organización de Oscar Gallifa y a la colaboración de Dominic y Paco. Gracias a todos por hacernos disfrutar con estos vinazos!!!