Fin de semana muy intenso el que hemos pasado en Sanlúcar: Hemos visitado bodegas, tapeado por las mejores tabernas, participado en una cata, visto atardecer, desayunado en el mercado de Abastos, bebido excelentes vinos y conocido a muy buena gente...Creo que más no se puede pedir en un día y medio, pero vamos por partes:
Viernes 21 de Febrero 2014
Tocamos tierra jerezana sobre las 17:00, nos subimos al coche de alquiler y directos hacia Sanlúcar, allí nos esperaban José Augusto (Novena Provincia) y su mujer Pilar. Una vez instalados en el Hostal Alcoba (totalmente recomendable) nos fuimos directos a la Plaza del Cabildo, donde nos sentamos en una terraza y tomamos nuestras primeras manzanillas y unas huevas de merluza aliñás. A las 19:00 teníamos programada visita en la bodega “La Cigarrera” donde nos estaba esperando Ignacio Hidalgo, actual gestor de la bodega y novena generación desde la fundación de la misma. Puntuales a la cita, nos explicó la historia de la bodega y todo su funcionamiento, catamos su manzanilla desde la 1ª criadera, pasando por su estado intermedio, 2ª y 3ª criadera, hasta llegar a su estado final, la Solera. También tuvimos el privilegio de probar su viejísimo (más de 80 años de solera) y memorable Amontillado, celosamente guardado en su pequeña Sacristía, y que decir de su centenario PX, brutal. Terminamos la visita con una espectacular cena en la misma bodega donde no faltó de nada, chocos, tortilla de camarones, boquerones fritos, pulpo aliñao...Y una riquísima manzanilla en rama que quitaba el “sentío”. Salimos de la bodega entrada ya la noche y nos fuimos a rematar el día a Casa Balbino, donde cayeron dos botellas (0.50cl) de Manzanilla Pasada Sacristía AB y otras tortillas de camarón para acompañar. Poca cosa más a destacar, sobre las 02:00 de la mañana nos fuimos al hostal y para rematar la noche José Augusto nos deleitó con una botella de vino, Fianza Syrah 2011 (Férez, Albacete), un tinto con garra y mucha personalidad, algo tánico todavía, pero con años por delante para ir mejorando, buen futuro le auguro. Terminada la botella, decidimos ir a dormir, al día siguiente tocaba levantarse temprano para ir a desayunar al Mercado de Abastos.
Sábado 22 de Febrero 2014
Costó levantarse, el vino del día anterior y el trasnochar pasaba algo de factura, pero sólo pensar en el desayuno que nos íbamos a meter entre pecho y espalda era fuerza suficiente para tirar para adelante. Poco antes de las 10:00 entrábamos por la puerta principal del mercado, estaba “abarrotao” de gente, las pequeñas paradas llenas de fresco pescado, cada una mostrando sus mejores piezas. Dimos la típica vuelta de rigor para ver el género, y finalmente nos decidimos por unos langostinos de Sanlúcar, galeras de coral, ventresca de atún, chirlas y unos chocos. Nos fuimos al bar del mercado y nos lo cocinaron todo a la plancha y las chirlas al vapor...No dejamos títere con cabeza, no os digo lo que nos costó todo porque no os lo ibais a creer, madre del amor hermoso!! Con la tripa llena de buen manjar y rica manzanilla nos fuimos al hostal donde nos esperaban para ir a la Taberna der Guerrita a disfrutar de una cata dirigida por Oscar Gallifa y José Augusto, Mosel vs. Jerez. Catamos 8 vinos entre secos y dulces, de los que me gustaría destacar 2 de ellos, uno de cada zona para que nadie se me enfade:
Barzen Edition Alte Reben Auslese 2010, una delicia de vino nacido de unas antiquísimas cepas pre filoxéricas datadas del año 1886 que le otorgan de un carácter y complejidad únicos, 95 gr/l en su haber y una acidez (10 de tartárico) capaz de equilibrar dicha cantidad de azúcar. Dos elementos que ya de por sí te dicen que estas delante de una bestia parda, su nariz emana fruta madura y notas florales, mineralidad omnipresente y una acidez vertebradora y cortante que pone esos casi 100 gramos de azúcar en su sitio, una joya de vino con una larguísima vida por delante, amén de su contenido en azúcar y alta acidez.
Osborne Rare Sherry Oloroso Reserva India, con este vino cambiamos de tercio por completo, fue el último de la cata, elaborado con uva Palomino y Pedro Ximénez, envejecido siguiendo el tradicional sistema de criaderas y soleras en botas de roble americano. Nariz extraordinariamente compleja, potente, notas a caramelo tostado, toffe, torrefactos y pasas, dejando paso a una boca sabrosa, intensa y bien estructurada, con dejes salinos y un final prácticamente infinito, un pedazo de vino para degustar con mucha tranquilidad.
Terminada la cata (casi 3 horas) nos fuimos a comer a la vera del Guadalquivir, con el Parque Nacional de Doñana de telón de fondo, restaurante Bajo de Guía, tapeamos y bebimos muy bien, terriblemente rico su tártar de atún. Terminamos de comer sobre las 17:00 pasadísimas, dimos una vuelta por el paseo y nos dirigimos al Hotel Guadalquivir, subimos hasta el último piso donde hay una terraza donde se puede disfrutar de unas magníficas vistas de Sanlúcar, y de un precioso atardecer. De ahí nos dirigimos de nuevo a la Plaza del Cabildo y entramos al Bar Taberna Juan, ya os podéis imaginar, no faltó la manzanilla, muy ricas por cierto sus papas aliñás. De ahí nos fuimos al barrio alto, dimos un paseo y José Augusto nos llevó a la Taberna “El Loli”, nos sirvieron una riquísima cocina tradicional sanluqueña acompañada como no podía ser de otra manera con manzanilla, esta vez en rama, de La Gitana, tremenda la ensaladilla de pulpo. A partir de aquí poco más, algunos se fueron a dormir y el resto nos fuimos a conocer Sanlúcar de noche.
Domingo 23 de Febrero 2014
Nos levantamos algo perjudicados por el trasnocho, pero a las 09:30 ya estábamos desayunando para coger fuerzas antes de visitar la bodega de Barbadillo y coger el avión para volver a Barcelona. A las 10:30 ya estábamos dentro de la bodega escuchando las explicaciones de Antonio Barbadillo. Aquí es donde elaboran, entre otros vinos, la manzanilla Solear y el vino blanco joven “Castillo de San Diego”, uno de los blancos más vendidos en España. Íbamos con el tiempo justo, nuestro avión salía a las 13:00, sólo contábamos con una hora de visita, por lo que fuimos bastante al grano. Impresionante la bodega “La Catedral” por sus dimensiones y sus gigantescas columnas de casi 15 metros de altura. Poca cosa más pudimos ver, nos despedimos del grupo y camino al aeropuerto donde embarcamos a las 13:15, bastante cansados, algunos dimos una cabezadita, nos lo habíamos ganado.