El pasado fin de semana tuve la suerte de asistir a una cata del club Vino&Teca en el restaurante Bebop de Sant Cugat. La temática de estas catas es sorpresa y los organizadores las preparan a conciencia para explicar en profundidad los vinos elegidos.
Esta vez los protagonistas fueron los vinos portugueses y más concretamente la DOC Douro. Es la región vinícola más importante de Portugal y donde se realizan los vinos de Oporto. Los suelos son ricos en pizarras y esquistos y existe un gran número de variedades autóctonas que dan mucha personalidad a sus vinos. El río Duoro es el eje de esta región y en sus márgenes y meandros estan plantados los principales viñedos.
Los vinos elegidos para la cata pertenecen a una de las bodegas más prestigiosas del país, Niepoort, dirigida por uno de esos productores que crean escuela en el mundo del vino, Dirck Van Der Niepoort. Es una bodega familiar (ya van por la quinta generación) y se caracteriza por el uso de métodos tradicionales con bajos rendimientos. Y después de esta breve introducción para situarnos vamos a describir los vinos seleccionados:
El primer vino fue el Tiara Branco 2007, un blanco que ha permanecido 4 meses con lías en depósitos de acero inoxidable. Este vino es fruto de viñas de 40 a 100 años y está elaborado con las variedades Codega, Rabigato, Donzelinho, Viosinho y Cercial. Tanto en este vino como en los siguientes todas las variedades son autóctonas de la zona. Se presenta brillante, de color amarillo pajizo con reflejos verdosos y límpido. En nariz en primera instancia aparecen notas de cítricos, piña, melón y mineral. Al cabo de un rato de oxigenarlo empiezan a salir aromas a hidrocarburos y caucho. En boca es fresco, mineral, con una acidez muy bien integrada, y de postgusto largo. Fue muy curioso que a la mayoría de los presentes nos recordó muchísimo a los rieslings. De hecho estoy convencido de que si me lo hacen catar a ciegas hubiese dicho que se trata de un vino alemán. Un blanco diferente y muy recomendable de probar.
Continuamos con el Redoma Branco Reserva 2009, un vino que ha envejecido en barricas de roble francés durante 8 meses. También procede de viñas viejas, algunas de más de 100 años y está elaborado con Rabigato, Codega, Donzelunho, Viosinho y Arinto. El color es muy similar a su antecesor, un poco más subido, menos brillante y más untuoso. En nariz se presenta más complejo y destacan al principio las notas a frutas como el plátano y la manzana verde y el mineral. A continuación aparece la manequilla, la bollería, la crema para acabar con notas de la crianza como los tostados o el barniz. En boca es fresco con una acidez marcada y un paso largo. Creo que un par de años más de botella le pueden venir muy bien a este vino.
El primer tinto fue el Redoma 2007, un vino que ha envejecido durante 18 meses en barricas nuevas, la mitad de roble francés. Los viñedos tienen más de 60 años y proceden de la Quinta de Nápoles y Pinhão Valley. Está elaborado con Tinta Amárela, Tinta Roriz y Touriga Franca. De color picota intenso, brillante y de capa alta presenta aromas a frutos rojos, palote de fresa, lácteos y a medida que se oxigena aparece el tabaco, la cuadra y la tinta china. En boca es estructurado, con los taninos marcados, con un final muy largo y los taninos marcados.
Llegados a este punto tocaba catar una de las joyas de la bodega, uno de esos grandes vinos que difícilmente pruebas si no es en catas como ésta, el Charme 2007. Este vino ha fermentado en los típicos lagares de granito portugueses y posteriormente ha envejecido durante 16 meses en barricas de roble francés. Se elabora con uva seleccionada de viñas viejas de Tinta Roriz y Touriga Franca situadas en los valles Mendiz y Pinhão. Fue decantado un par de horas antes y se presenta con un color teja intenso, capa media-alta y una ligera turbidez que denota que no ha sido filtrado. Al acercarlo a la nariz te das cuenta de la complejidad que posee y encuentras notas a fruta madura, tofe o caramelos werter, tabaco, cacao y el mineral característico de la zona. En boca vuelven a aparecer la fruta y el mineral, es muy equilibrado, con los taninos muy bien integrados y persistente postgusto. Es de aquellos vinos en los que la presencia del alcohol apenas se nota y que invita a seguir bebiendo. Particularmente fue el vino que más me gustó de la cata y quedé sorpendido de los tintos que hacen nuestros vecinos.
Por último y como no podía ser de otra manera le tocó el turno a unos de los famosos Oportos que realiza Dirck Niepoort, el Porto Niepoort LBV 2005. Los Lattle Bottled Vintage son embotellados tardíamente después de envejecer entre 4 y 6 años en pipas de gran tamaño donde la oxidación es más lenta. Posee una graduación alcohólica de 20 grados y está elaborado con Touriga Nacional, Touriga Franca, Tinta Cão, Tinta Francisca, Tinta Amarela Sousao y Tinta Roriz. También fue decantado un par de horas antes y nos guardamos media copa para maridarlo con un postre a base de chocolate amargo que teníamos preparado. Se presenta de un color rojo granate muy intenso y casi opaco. En nariz encontramos ciruela, cerezas, balsámicos y un fondo de chocolate. En boca es muy goloso, afrutado y de trago largo. Cabe decir que casó a las mil maravillas con el chocolate y la media copa que me había guardado quedó muy corta.
Y hasta aquí mi primera cata de vinos portugueses aunque no me gustaría finalizar sin agradecer al club su invitación, a Jordi Castelló y Pep Torres la organización y a Josep Baeta por cedernos el Bebop y la posterior comida con la que nos deleitó.