De color rubí marronoso de capa media, claro. Reflejos cobrizos y anaranajados, sin mucho brillo, algo mate, ligeramente granulosos con un fino precipitado en la base de la botella. Ribete amplio, atejado, con marcada diferencia respecto al menisco.

Todas las dudas que podíamos tener ante una excesiva evolución quedan descartadas al echarle la nariz a la copa. Tan intenso como potente pero sobre todo reconocible. Un 904 de manual, excelso, limpio, con predominio inicial de ahumados, cava de puros, tabaco Virginia y un fondo de granos tostados que se funde con el cuero más elegante que nos podamos imaginar. Cada vez más otoñal y umbrío. Asoman finas notas minerales que giran al calafateado, brea, pez, y giran a sotobosque, setas deshidratadas, colmenillas. Tremendo!!!

En boca nos encontramos un vino más pausado y redondeado de lo esperado. Amplio, vivo, fresco, algo más liviano y menos grueso que el 904 de 1982. Le falta parte de esa energía que mostraba en otras cosechas aunque lo suple con una elegancia tremenda. Viene vestido de frac, sin arrugas, reluciente. Pensamos que ha llegado a su cumbre. Beber y beber en los próximos años.

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2014/09/la-rioja-alta-904-gran-reserva-1981.html

Rojo rubí un punto más apagado que los anteriores, con marcado ribete atejado, capa media, limpio.

En nariz presenta aromas de bosque umbrío, setas, fruta madura, duela envinada, especias clásicas, limpios y de buena intensidad.

Buen ataque, con gran clasicismo y finura, redondo, buena acidez, toques cremosos de la madera, especias, pastel de crema, con final largo de fina dulcedumbre.

La fama que precedía esta añada quizá puso el listón muy alto, y se resintió del buen tono “inesperado” que dio el 83. Pero que nadie dude que es un muy gran vino que debe tenerse en cuenta y aún en forma.