Rubí con ribete rojizo, capa media.
Buena intensidad en nariz que sorprende por su entereza y definición para un vino de su edad. Aparecen notas de flores secas, tonos balsámicos, fruta roja en licor, especias, trazas minerales, tabaco de pipa, ligeros tonos terciarios de sangre y caza de pelo, en fin, un Rioja viejo-joven en plenitud.
En boca conforma registros y se trata de un vino en plena forma, con una excelente acidez y una marcada estructura que le hará seguir evolucionando con clase, destacando como siempre esa distinguida elegancia de los 890. Final largo y armónico dejando notas especiadas y de frutas en licor. Persistente.
El 70 es otra añada que en Rioja no da más que satisfacciones pese a las elevadas cifras de producción y este 890 es un vino en plena forma y que todavía tiene cosas que decir, con ese estilo tan propio de la bodega y la referencia, si bien no nos pareció superior al 904 del mismo año. En cualquier caso, un Rioja formidable.

Ya el color promete, nada habitual en un vino que ha superado los 40 años. Parece que aún está en plena juventud. De color rubí rojzo de capa media-alta, brillante, limpido, sin asomo alguno de precipitados. Reflejos rojizos y granadinos, borde cobrizo, no muy amplio, resaltando sobre el menisco.

Pureza y profundidad. Aquí hay de todo, de todas esas cosas que podemos encontrar en las grandes cosechas de La Rioja Alta y además en cantidades industriales. Un 890 entre los grandes vinos de Rioja, que no le quepa duda a nadie... Se presenta con una potencia explosiva, con un cañonazo de balsámicos. Asilvestrado, repleto de aromas florales, pétalos marchitos, retama de olor, y un fondo de monte mediterráneo (romero, salvia, oréganos, té de roca). Sin percibirse, muy sutilmente, se va desarrollando una suave punta a eucalipto, casi resinosa, que nos trae un toque de hojarasca, corteza de nogal, trufa, castaña en rama. Elegante a más no poder. Sigue creciéndose, ofreciendo fruta roja muy madura, reducida, endrinada, con un deje tostado muy fino a café recién molido, manteca de cacao, maderas finas, hoja de habano, ceniza de puro.

En boca es pura redondez y equilibrio. De tacto acídulo, fresco, sin un excesivo peso inicial pero con un recorrido exagerado. Lleno de pequeños detalles, muy muy complejo, sabroso, largo, confitado. Despuntan las especias que encubren fruta roja picante en confitura. Los taninos son puro seda y la acidez lo recubre todo como un guante de terciopelo. Lleva la añada marcada a fuego: 1970. En esa triste España de los 60 y 70 se hacían vinos como éste. Inexplicable!!!

Más información del vino: http://vinosclasicos.blogspot.com.es/2013/12/la-rioja-alta-890-gran-reserva-1970.html

Botella nº 3.948. Color picota de capa media alta con menisco pardo desarrollando en nariz aromas a frutos rojos muy maduros sobre un fondo superior a higos y eucalipto y pasta de cacao aportando también la buena madera tostados muy presentes, su paso por boca elegante, aterciopelado no exento de acidez, la tiene pero en conjunción y equilibrio, vino que deja retronasal intesidad buena a la fruta y a la madera, recuerdos finales a vainilla, un gran vino