Botella bordelesa típica de este vino. Etiquetado clásico.

Buen corcho que sale perfecto con sacacorchos de láminas. Bañado en vino (en algún momento) hasta un poco más de la mitad del mismo. Huele muy bien.

Decantamos 30 minutos antes de disfrutarlo.

Visual

Rojo picota-cereza de capa media tirando a media-baja, ribete atejado-transparente, limpio (salvo algo de poso al final), brillante y de buena lágrima de lenta caída. Típica de vinos de corte clásico con esta edad (9)

Nariz

De elevada intensidad, inicialmente, terciaria y reductiva, con notas de pólvora, fósforo y fruta algo cocida.

Con la aireación, mejora muchísimo y aparecen frutas rojas y negras muy maduras, balsámicos, regaliz, especias dulces, herbáceos de monte bajo, finos tostados, ahumados, maderas, abundante tabaco rubio, caja de puros y flores ajadas. 

Muy buena la nariz cuando se le da tiempo: intensa y compleja. (8,8)

Boca

Ataque frutal, fresco y de cierta contundencia a la vez, de excelente acidez, de media densidad y cuerpo y buena estructura, es un vino expansivo en boca, de buena potencia aún, envuelve la boca con taninos sabrosos, redondos y dulces. Muy rico y fluido en el paso por boca (se bebe casi como el agua).

El final es de muy buena longitud, balsámico, con herbáceos-tostados-especiados muy ricos que envuelve la boca en un postgusto y retronasal excelente con notas a tabaco rubio y ahumados que invitan a otro trago. (9,2)

Excelente Viña Arana a sus 23 años de vida. Muy buena botella la que ha salido (tanto que ha caído muy rápido).

La nariz es buena, pero la boca es fantástica y me ha sorprendido muy gratamente (me recuerda a muy buenos Viña Ardanza de la misma época).

La RCP es, sencillamente, imbatible para lo que ofrece (por su precio y edad, muy pocos vinos ofrecen lo mismo o más a estas alturas).

Cuando La Rioja muestra su cara más auténtica, añoramos su edad de oro, la gran época de los tintos sin exceso de extracción ni de oloroso roble nuevo francés. Éste mantiene tradiciones en vías de desaparición : apenas se nota la crianza ; sobre un fondo de fruta roja jugosa, un toque térreo y finas notas cítricas y mentoladas. Sucumbimos a su encanto porque es un vino " a la antigua usanza " - de los que desgraciadamente ya quedan muy pocos - no sólo delicado y distinguido sino también tan limpio y ligero que se bebe como agua. ( PVP : 20 € )

Color rubí oscuro de capa medio alta.

Magnifico aroma my clásico con regaliz de palo, fruta roja fina, un poco de madera vieja, flores ( geranios y algo de rosas).

Boca de magnifica suavidad, gran equilibrio, excelente cuerpo medio-alto de potencia. Excelente acidez en su punto. Muy expresivo en boca y retroolor: fruta roja fina. Bastante largo con final frutal, especiado y elegante. Otro gran clásico de los que acompañan perfectamente una comida , que no cansa y que gusta.

Botella bordalesa verde oscura troquelada en los hombros y el la base , etqiueta y contra en beige con letras en negro y dorado , escasa información . Tapón de corcho natural correcto .
Rojo cereza con ribete atejado y borde final transparente , lágrima amplia , poco tintante y que desaparece lentamente .
Aromas de frutas rojas maduras ( cerezas , moras y fresas ) bayas ( zarzamoras y arándanos ) un fondo especiado y mineral ( vainilla , clavo ) , caramelos de toffe .
En boca es fresco , elegante , se amplía en el transcurso del trago , acidez alta y una astringencia notable , mucha más fruta roja , sutil madera ¡¡¡ Está hecho un chaval...!!! , es un típico y olvidado "vino fino" de rioja ¿porqué no lo han aguantado 3 Ø 4 añitos más en la bodega...? , tendremos que dejarlo nostros y entonces estará ....¡¡¡ p’a mojá pan...!!! .

Poco que añadir a la completa nota de Lomaosorio. Un vino que permite disfrutar plenamente de casi cualquier comida y quedar bien con todo el mundo. Sin sorpresas, como suele ser lo habitual en esta bodega: muy riojano, redondo, equilibrado, con el cuerpo necesario y un retronasal muy agradable de fruta, vainilla y regaliz de palo.

Color cereza con ribetes teja. Capa media-ligera. Agradable y clásica nariz carnosa con vainilla, madera de ebanista, levemente pudding de pasas (fruta madura confitada con vainilla y especias). Esa fruta madura dulzona con algo de oxidación domina la entrada en boca, bastante plena, donde le acompañan matices carnosos y térreos (tierra y carbonilla). Taninos integrándose, todavía algo astringente aunque cómodo, la calidez y equilibrio propios de la casa. El regaliz, ciruela y uvas pasas van dominando en un final que no está mal de longitud y que sobre todo es limpio, dulzón y placentero.