Rubí con ribetes rojizos y capa media-alta.
Buena intensidad en nariz con notas de frutas negras en licor, bombón belga, trazas especiadas y balsámicas, incipientes recuerdos terciarios de piel curtida, carne cruda y caza de pelo, tinta china, ligeros ahumados, mueble viejo y tabaco de pipa. Agradece el aire mostrándose complejo y con una enorme definición.
En boca es un vino compacto y en plena forma, vertebrado por una magnífica acidez, con fuerza y concentración, de paso firme y rectilíneo y final duradero, dejando recuerdos de frutas licorosas y trazas especiadas, con un tanino que todavía se siente y que otorga al vino más nervio y mucha vida por delante. Buena persistencia.
No habíamos tenido la ocasión de probar un GR 890 con tantos años y lo cierto es que este 62 se muestra compacto y poderoso, es un vino más sustancioso y de más largo recorrido que 904 aunque quizá con algo menos de finura, en cualquier caso impresiona por su entereza y recorrido, con una excelente calidad. Una gran bodega.
VISUAL: Color rojo rubí amarronado, capa baja.
OLFATIVA: Bien de intensidad, que gran virtud que tiene estos Riojas de envejecer poco a poco y seguir vivos y perfectamente después de más de 50 años, el vino no está muero para nada, mantiene una pequeña proporción de fruta y alguna nota fresca, muchas notas ahumadas y especiadas con gran carácter,… aparecen hojas de tabaco seco…
GUSTATIVA: Sorprende su madurez, sedosidad y elegancia, puntas de acidez, ligero, no delgado del todo, muy largo, en conjunto aún tiene algo de frescura, poca pero aún se mantiene.
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