Un vino al cual le debemos atención, para así disfrutar cómo se transforma en copa, un vino que puede tener muchos momentos gastronómicos, a veces se comporta más salino, otras donde aparece el amargor. Un vino donde la fruta negra se mezcla con el incienso, la brea y el carboncillo, rozando la mineralidad extrema, un vino lleno de salinidad en boca, demostrando el potencial del Valle y el acierto de la Viticultura de Suertes del Marqués.

Disfrutado en Dom Vinos donde tantas y tantas parcelas de Suertes del Marqués hemos disfrutado.

Muestra de barrica, catado “en rama”.
En comparación con el 2011, este 2012 todavía no terminado ni comercializado muestra una tremenda potencia y concentración frutal, con incluso mayor fuerza interna que su añada precedente, gran mineralidad y con ese carácter volcánico que hace de los vinos de esta casa algo único.
En boca confirma igualmente sus registros y resulta arrasador por su enorme carga de terruño. Con una gran estructura y una fina acidez, el vino se deja beber ya de maravilla aun en una fase inicial de su vida. Puede ser incluso mejor que 2011.
Siempre resulta interesante catar muestras de barrica pues, aunque no sean vinos terminados, ya te haces una idea de su potencial. Y en caso del ciruelo 2012 es sencillamente impresionante. Sin duda, en la cima de los tinos canarios. No puntuamos, hay que esperar a que salga al mercado.