A la vista se presenta con un color picota, con ribetes y destellos entre rubís y amarronados y con una capa media o tirando a algo más baja.
En la nariz intensidad media a media alta, con fruta negra, monte bajo y complejidad de entrada, con más tiempo empieza a mostrar especiados y detalles de mineralidad.
Al paso por la boca, de entrada dada buena acidez y recuerdos a ramojos, y cuando le dejas un rato se empieza a manifestar mejor y se vuelve más dócil y a mostrar con la fruta, algo de glicérico y mineralidad.
Fase final media y no muy expresiva.
Vino complejo, quizás por su monovarietal, que hay que darle un buen rato para que se manifieste.
Botella con etiqueta blanca sencilla con el numero 2217 y con una contraetiqueta con escasa información al consumidor, en cuanto a información del vino no legal.
El tándem formado por José Luis Mateo y el ubicuo Raul Pérez está tras este atractivo vino de color picota de capa media. Que tiene un perfil expresivo, con matices especiados, toques de caramelo y fruta ligera pero madura. En boca resulta fresco y con bastante fruta, cierta cremosidad, un punto goloso, largo y con atractiva definición.
Cereza, ribete rosado, capa media-baja...
Nariz interesante. Fruta roja y negra madura, sotobosque, especias, regaliz, recuerdos minerales...
En boca es un vino fresco, con buena acidez, paso muy equilibrado, sedoso, buena estructura, taninos pulidos, final largo y maduro con un toque de ligero amargor (verde) para nada desagradable. Fruta roja y negra, recuerdos balsámicos y minerales.
A medida que se oxigena se asienta y crece.
Muy rico.
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