Cuando la pasión se transmite

Muchas veces conoces en el mundo del vino a gente entrañable, maravillosa, de enorme calidad humana. Esto es lo que siempre nos une a muchos y nos motiva para seguir trabajando y disfrutando de lo que hacemos día a día.

Una de esas personas que cuando la conoces te cala profundamente es Pepe Raventós: entrañable, cercano, agradecido, profesional,… Son varios los calificativos que se me ocurren.

Pepe se acercó a Valencia el pasado día 21 de abril, para mostrarse, para abrirnos las puertas de su casa desde la distancia y para transmitirnos su amor por lo que hace. El Restaurante Seu Xerea fue el marco elegido. Steven también consiguió que la noche fuera muy entrañable. Aparte ví a Michele también en el servicio, y ya me quedé muy tranquilo.

Una historia familiar la de Raventós i Blanc que tuvimos la suerte de conocer un poquito más de la mano de otro personaje de esos que no te dejan indiferente: el crítico y enólogo Jaume Martí, buen conocedor de la familia Raventós desde hace 2 generaciones. Gran persona y excelente tertuliano.

La cata de los vinos fue rápida, debido a que no disponíamos de mucho tiempo entre la presentación y la cena. Una lástima porque teníamos unas joyas delante que bien hubieran merecido quedarse horas con ellas, pero no podía ser. Pepe empezó mirando una copa del cava rosado, en silencio, y preguntó: ¿Qué os parece el color?  Buena manera de empezar. Era precioso.

Los vinos y cavas que catamos fueron:

- Silentis 2009, un Xarel.lo 100% muy interesante, trabajado sobre lías en depósitos y barricas. Me sorprendió por su complejidad y profundidad.

- De Nit: el cava rosado, rosa fresa, muy liviano en color, muy atractivo. Un cava para disfrutar, sin renunciar a la complejidad y con una buena paleta aromática. De fiesta. De Nit.

- Manuel Raventos 2002: si pudiera, me bebería una botella de este cava cada día. Es un cava para comer, para catar, para soñar.

- La Finca: un cava más directo, más claro. Con gran equilibrio y que apetece beber.

- 11 de Isabel Negra: un tinto de la casa Raventós que se presenta con fuerza para decir “aquí estoy yo”. Sobresaliente. Cabernet y Monastrell muy bien abrazados por una crianza adecuada que hacen de este un vino con mucha personalidad. Me gustó mucho.

Tras ello, pasamos a otra sala donde Steven nos tenía todo preparado para la cena, que acompañamos con Elisabeth Raventos 2004. La verdad es que hubiera sido un buen broche haberla maridado con los productos de la cata, aunque no fue así. Eso me penó un poco, ya que seguro que algunos de los vinos de la cata hubieran ensalzado algunos de los platos que ya de por sí estaban muy bien trabajados. El menú fue:

- Rollito de tartar de bonito con brotes mixtas, wasabi e hierbas: muy rico el primer entrante.

- Vieira con jengibre, ajo y ensalada tailandesa: soy poco de jengibre, pero la vieira estaba fantástica

- Espaguetis con calamares ajo, guindilla y limón: Uno de los platos que más gustó en la cena.

- Saltimbocca de San Pedro con hierbas frescas y rosti de patatas: sabroso, aunque quizá un poco menos hecho hubiera estado mejor.

- Cordero asado con garbanzos y especias marroquíes: en este punto estábamos ya más que satisfechos de la cantidad y calidad de la cena. A pesar de eso, todos acabamos este plato. Muy sabroso (¡qué bien le hubiera venido el tinto de Raventós!)

- Y, de postre, Brioche Galette con fruta mixta y helado de zabaglione. Correcto, aunque no me enamoró.

Muchas felicidades a Steven y a su equipo, que nos hizo pasar una velada fenomenal en el Xeu Serea. Gracias a Josep Ripollés, el lado “duro” comercial de la bodega, siempre cercano y amable. Me alegró verte.

Y agradecer a Pepe Raventós su cariño. Sois una bodega ejemplar, y unas personas ejemplares. Enhorabuena.