Gregorio Martínez
Cuántas veces hemos hablado aquí de "cerrar círculos"; esos círculos que se empiezan a dibujar cuando pruebas un vino que tiene "algo" que te emociona, un vino con personalidad, con alma, reflejo muchas veces de una tierra, incluso de una parcela concreta, y de la gente que está detrás de él. El círculo se sigue trazando en las siguientes botellas, y acaba de cerrarse cuando no te queda