Adostiempos

La fábula... o el cuento chino

Visita a Granada el fin de semana (la boda de Sandrita) y como teníamos una cenilla pendiente con el Mata, aprovechamos para ir a probar los platos de La Fábula, restaurante del Hotel Villa Oniria (hotel precioso decorado por Pascua Ortega, el decorador de la boda de Felipe y Letizia), del cual había oido que sonaba como futura (y primera) estrella michelín en Granada. El chef, Alvaro Arriaga presume en su CV de haber trabajado en Akelare de Pedro Subijana.

El sitio es precioso, un jardín situado en pleno centro que hace que te sientas en un entorno natural lejos del mundanal ruido. Los platos del menú degustación fueron los siguientes en orden de aparición:

  • Tapita de pulpo a la gallega con sus patatas y su pimentón presentado en una lata de conserva. Bien, pero sin alardes, me esperaba algo más currado y orginal como aperitivo.

         

  • Ensalada de cigala. Se compone de dos partes, por un lado el langostino con una base esponjosa del propio jugo de la cigala y, por otra, un mezclum de lechugas envuelta por una fina capa de gelatina transparente. Estaba bueno, pero sin sorprender.

         

  • Foie frío hecho sin molde con una capa de gelatina de manzanilla, pequeñas esponjas de frutos ácidos y especias y caramelo de manzana asada. Como los platos anteriores, estando bueno, le faltaba originalidad y calidad de materia prima. El foie, pues ni fu ni foie, y la manzana caramelizada, de andar por casa. Eso sí, había una especie de peta zeta en el foie que le daba un toque gracioso.

         

  • Chill Crab. Sin duda el plato más sorprendente de la noche, lástima que ya hubiese probado algo parecido en Diverxo en Madrid. Se trata de un cangrejo cuyo exterior crujiente imita al caparazón pero que se come todo. Nos quedamos con ganas de más. Por cierto, la mala presentación de la foto es culpa mía…

         

  • Rodaballo sobre verduritas y trigueros, nuevamente plato correcto sin sorpresas. Para mi gusto, el rodaballo estaba un pelín demasiado hecho.

         

  • Solomillo de buey asado a baja temperatura, chop suey de brotes, reposado sobre meloso de foie, servido con puré de patata tradicional. Buen solomillo de receta estándar, aunque mejorable.

          

  • Servido en frasco: flan de mascarpone, pistachos frescos perlas de piña, todo ello aliñado con miel de arce y acompañado de mojito helado. Pues qué queréis que os diga, en la linea del menú, poco currado para un sitio que aspira a una estrella. No quiere decir que no estuviera bueno, pero por el precio que se paga se espera algo más…

         

No sé si por la descripción del menú os puede parecer que he sido un poco duro con el título ya que, aunque no cumplió las expectativas, hay que reconocer que todo estaba bastante bueno. No obstante, hubo algo en la cena, a lo que normalmente no suelo darle demasiada importancia, que destacó negativamente, el servicio. Primer detalle, pido una caña y me la traen en un vaso similar a los de chupito alargado…segundo, pido la carta de vinos y no la traen hasta que íbamos por el segundo entrante…tercero, nos traen el vino acabando ya el tercer entrante y tras llamarles en varias ocasiones…cuarto, la descripción de los platos fue nula, cuando trajeron el plato de pescado ni siquiera nos dijeron lo que era y cuando trajeron la carne se limitaron a decir, sooolomillooo. Evidentemente, era un solomillo, pero hubieramos apreciado saber cual era el acompañamiento ya que en un menú degustación no sueles saber con antelación lo que vas a comer, como era el caso. Bueno, y no sigo por no aburrir (si es que no lo he hecho ya), pero que en definitiva fue un desastre.

Por hacer una comparativa con un restaurante que juega en la misma categoría (también situado en pleno centro y en un hotel con encanto de cinco estrellas), me parece que el Senzone, del Hotel Palacio de los Patos, le da mil vueltas en cuanto a comida y servicio. Yo estuve un par de veces, en 2008 y 2009, y me he quedado con ganas de probar el Senzone de Madrid, enfrente de la Puerta de Alcalá.

Volviendo a La Fábula, la bill ascendió a 72 euros por cabeza con vino incluido (Arzuaga crianza), precio por el cual se espera algo más de un restaurante que pretende ser el mejor de Granada. Por hacer el chiste fácil, más que un restaurante con estrella tiene, sobre todo, papeletas para ser un restaurante estrellado. 

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