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Vendimiando en la Borgoña 2010: Vosne-Romanée

François, desde muchos años amigo por el gremio de catadores de vino de Lovaina, hice las vendimias en la finca familiar Robert Sirugue después de más de veinticinco años.  Nos invité, mis amigos Jan, compatriota y Roberto, Sajon, y el viernes 24 de septiembre hicimos el viaje de 600 kilómetros hacía Vosne-Romanée en una lluvia constante.

El sábado 25, a las 6 de la mañana, nos levantamos para tomar pan tostado con confitura y un gran tazón de café amarguísimo, y a las 7:15 nos enfilábamos a quince por furgoneta hacía los viñedos.  Menos de quince minutos después ya estábamos enhilados, una treintena de bultos, algunos inquietos, cada uno al inicio de su haya de pies de vid de un centenar de metros de longitud.

Menos de una hora después, ya me había cortado una tajada en un dedo blando de empleado de oficina.  Estaba mal, el tiempo, algunas lluvias, lodo...botas muy pesadas por el fango...pero hicimos nuestro trabajo con la tenacidad impuesta por la dignidad y los ancianos, hombres de la tierra con las experiencias de muchos años de vida campestre y obra de la viña.

Trabajando, se aprende a diferenciar las buenas uvas de las, generalmente más altos en la viña,  verdes (se dice “verjus”).  A veces había de elegir entre racimos inmaduros o podridos...es que el 2010 no es la añada del siglo, ni decir:  menos 30% en cantidad.  Se observa, agrupados y juntos, plantas enteras con uvas podridas, seguidas por zonas de uvas sanas.  Hay racimos grandes y otros muy pequeños.  Mucho depende de la zona exacta, de la denominación precisa del “climat” (nombre Borgoñón de una, a menudo muy escasa y siempre exactamente definida, unidad geográfica de terruño).

Muy baja en la escala,  generalmente en la llanura al otro lado de la carretera nacional, hay los Bourgogne Passetoutgrains:  el único vino el cual se hace con más de una raza de uvas: aquí, unos 66% Pinot Noir y 33% Gamay.  Es mucho mas fácil vendimiar el Pinot, él,  a racimos elegantes, bastante iguales, que esa maldita Gamay:  pequeños racimos redondos, mucha verdura de ramos, ramas y hojas, un combate para cortarlos de todos partes de la planta.  También hay el “Bourgogne” sencillo, todo Pinot Noir, en esos partes, próximo a menudo de la línea ferroviaria mayor Dijon-Lyon (¡simpáticos los conductores del tren saludándonos por bocina!)

Cada día, a las 9 de la mañana, “casse-croûte”:  botellas de agua (¡sí!), más de tinto “passetoutgrains” (vino menor, de acidez impresionante), y tres baldes de pan, queso “Coulommiers”, paté de primera calidad, y chocolate.  Comíamos como lobos y bebíamos como los valentones que estábamos.  Media hora después, encendimos el turbo, hasta la media día (verdad que oíamos, cada quince minutos, las campanas de las iglesias próximas, y contaba religiosamente, yo, cada golpe). Trabajé de rodillas, anduve a cuatro patas, cada vez acabado una planta de vid, empujé de golpe el balde de uvas de tal manera que protegiera mi pobre espalda de la siempre posible lesión fatal cual hubiera acabado con mí participación laboral.  Y trabajé derecho, replegado mi espalda, para vendimiar las uvas abajo.  Muy abajo, pues están muy bajos, esos racimos.  Sufrí, pero con determinación, para que “les Belges” no fueran la risa de esos franceses orgullosos.  Padecí de ataques de hipoglucemia contra el cual me comí unos azucares y unos racimos de uvas.  

Para cada seis a ocho vendimiadores, hay un portador:  un hombre fuerte con un gran balde dorsal cual, lleno, pesa hasta unos sesenta sino setenta kilos.  A menudo fumando un cigarrillo, observa la progresión del grupo, y al momento adecuado grita con fuerza “¡on vide!” (¡a vaciar!) y vaciamos los baldes en su contenedor dorsal, ¡ojo a no vaciar las uvas en su nuca!

A la mediodía estaba acabado, por fin, el primer turno de la primera jornada. Todos en la furgoneta rumbo a la casa-bodega Sirugue, desprenderse de sus botas fangosas, la ropa mojada de lluvia, lodo y zumo de uva, después ...¡a mesa!   

En Francia, el almuerzo (la comida) mayor del día se toma a las 12:30 horas. Para nosotros, aperitivo:  un kir (un fundo de “sirop de cassis de Dijon” de 18 grados con vino blanco Aligoté; delicioso) y,  siempre, aquí en casa Sirugue, sopa o caldo, lechuga “vinaigrette”, o ensalada rusa, o zanahorias y apio rallado con alguna salsa de vinagre/mayonesa, seguido por varios fiambres de “charcuterie”,
maravillosos, boeuf Bourguignon (carne cocida en una salsa hecha con ...¡ocho botellas de Vosne-Romanée!), o pollo con macarrones al horno, o cordero cocido en salsa de vino, ¡claro! con patatas y nabo...seguido –siempre- por cinco o seis quesos varios y, después, torta de frutas y café con, a menudo -medio ocultado por la mafia belga-, un “marc”, alcohol fuerte de tipo orujo, o alcohol “mirabelle” (licor de ciruela).  

A las dos (de la tarde francesa) rumbo a los viñedos.  Turbo, seguido por fatiga, desconcentración, pero siempre con ojo al vecino, al grupo y a la obra. Hasta las seis de la tarde.  Ducharse y ...otro “apéritif” (kyr, o cerveza belga o alemana, traído por nosotras)... a las ocho de la tarde, cena, bastante similar a la de la mediodía pero quizás un poco menos fuerte.  

Si, a mediodía, hubo solamente vino “passetoutgrains”, la cena estaba acompañado por vinos en botella de la cual faltaban la etiqueta, pero siempre de la bodega y, en general, proviniendo de los “climats” que habíamos, anteriormente, vendimiado:  Quizá un Vosne-Romanée, Chambolle-Musigny hasta, otra vez, Vosne-Romanée 1er Cru “Les Petits Monts”, incluso, un Grands-Echézeaux de 1998 después en la bodega privada del patriarca Don Robert Sirugue.  Siempre (¡siempre!) en copas “Duralex”, ¡jamás en buenas copas para catar vino, una lástima!

Hemos trabajado seis días de ocho horas para vendimiar 12 hectáreas, en la ladera de los Premiers y Grands Crus, hemos vendimiado justo al lado, y casi siempre en vista, del “Clos Vougeot” y de su tapia circundando sus 50 hectáreas de famosas viñas.  Vimos y saludábamos los vendimiadores de la Romanée Conti.  Hicimos los dos barricas del “Grands-Echezéaux” (vendimiándolas, ¡no bebiéndolas!) en menos de una hora de trabajo:  era fácil, con racimos pequeños pero de buena calidad – claramente, los grandes “climats” (terruños) promocionan el elemento de la calidad, no solamente por sus calidades organolépticas en su mismo vino, pero también higiénicos para la salud de la vid, situada en un lugar privilegiado por el microclima...

A veces sí, desesperé.  El cansancio era aplastante; al nivel del coraje.  Estábamos un equipo, una banda.  Existía la solidaridad:   siempre ayudábamos a los otros.  Hicimos bromas; incluso malas.  Hemos cantado (canciones de bebida...claro).  Ví a mi compañero François gimiendo de dolor, sangre abundante brotando de su mano malherida:  broma, un racimo de “tinturier” aplastado en su mano, ¡cabrón!  Hemos tirado pedos; muchos. Una experiencia inolvidable.

El sexto día, hemos vendimiado una hectárea de uva Aligoté, blanca.  Y, a las tres de la tarde corté el último racimo.  Satisfecho.  
Regresábamos, como es tradición, en cortejo de las dos furgonetas y el tractor cargado de las últimas uvas, los vehículos adornados con flores y hojas del campo, a la bodega.  Cantando, gritando, dando voces de alegría, aporreando el suelo de la furgoneta con nuestras pesadas botas.  Nuestra pequeña procesión hizo la vuelta del pueblito de Vosne-Romanée, los habitantes en las calles saludándonos incluso con surtidos de lanzas de agua.

Así se finaliza la vendimia en un pueblo de la “cuesta de oro” de Borgoña, precisamente en la “Côte de Nuits”.  Empieza “la paulée”, la fiesta de la vendimia.  Una cena similar a las otras, pero con muchas copas de vino espumante, “Crêmant de Bourgogne” y alegría.  Me acosté a dormir a las 22:30 horas, exactamente media hora más tarde que las noches anteriores... ¡casi aún de tarde en España!
El pago era, por jornada, de 76 € neto de impuestos y gastos sociales (era trabajo “en blanco”).  Ademas, nos acordábamos 15% de descuento sobre el precio “bodega” para el vino que comprábamos.

Gasté todo que gané con mis manos.

  1. #1

    Mayol

    Me ha encantado tu relato sobre la vendimia y sobre todo has sabido expresar muy bien el esfuerzo y el trabajo en equipo... eso une y une mucho.

    Parece que os cuidaban bien en lo referente a las viandas y bebidas ¿no?.

    Creo que es una experiencia muy buena para los que nos gusta el vino y sepamos que hay detrás de cada botella.

  2. #2

    Belgik

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    Gracias, Mayol. Sí, la comida era muy buena, y ademas quiero añadir al artículo que había, cada día, al menos cinco mujeres al horno, que séa para el desayuno, el almuerzo o la cena. Verdad que, el domingo estabamos unos 50 y los otros días 20-25 personas hambrientes y sedientes. Me han dicho los que saben esas cosas que, en muchos otras bodegas, comen cada día de lo mismo... Para finalizar mi comentario, Mayol, verdad: sé lo que hay detrás de una botella, que sea de buen o mal añada. Y, para los vinos menores (Passetoutgrains) hay que trabajar MAS que paro los Grand Crus...algo bastante contradictorio.
    Pablo

  3. #3

    Obiwan Ferran

    Bonito relato Belgik, me ha encantado porque me ha hecho sentir como si hubiera estado allí. Muchas gracias.

    Ferran

  4. #4

    Cente Medina

    El Español es un idioma muy rico, pero insuficiente para describir los diversos sentimientos que afloran al cortar el ultimo racimo,en el ultimo día de vendimia.
    Saber que parte de ti, va en ese vino que un año mas tarde podrás disfrutar.
    Este relato me trajo gratos recuerdos.
    Gracias Belgik.

  5. #5

    Belgik

    en respuesta a Cente Medina
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    Pues, amigo Cente, ¡de naaa! Probablemente que hay pocas cosas cuales unen más a la gente que las experiencias compartidas, el trabajo unido y interéses comúnes.
    Aún en elementos menos edificantes, hay fundos de humanidad, como cuando unos jovenes y rápidos vendimiadores, acabado su hilada de viñas, se ocultaban en cuclillas dentro de las hilas, para descansar y fumar un cigarillo, en vez de hacer mostra de su solidaridad y ayudar a otros, algo más despacios en la ejecución de su arduo trabajo. Esos trucos, sí, me hicieron sonreir, pues forman parte de cierta educación.

  6. #6

    Jose_J

    Qué envidia!!!
    Éso es empaparse del terroir. Me encantaría poder hacer algo parecido, especialmente en Vosne, pero las ataduras laborales-familiares lo hacen complicado.
    Vendimiar es un duro trabajo. Recuerdo mi espalda destrozada al vendimiar 500 kilos de monastrell en jumilla, para elaboración artesanal de mi vino.
    Merece la pena en sitios como Vosne, chambolle, clos de beze.....

  7. #7

    Jzm2000

    en respuesta a Jose_J
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    A ver cuando visitamos tu finca, paisano, y habrá que probar ese vinico tuyo...

  8. #8

    Jzm2000

    Precioso relato Belgik, parece que estás vendimiando mientras lees, y una experiencia como dices, preciosa...

  9. #9

    Jose_J

    en respuesta a Jzm2000
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    Mis padres tiene unas tahullas donde planté shiraz, pero los pájaros se comían absolutamente toda la uva, así que apenas queda alguna cepa. la uva la vendimié de la finca de unos amigos de mis suegros, en el 2003, en jumilla.
    Saludos

  10. #10

    Belgik

    en respuesta a Jose_J
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    Uff, Jose - sé que en el pais de Cahors (pais del Malbec original en Francia), están los jabalies cuales comen mucha...
    Viendo su fotó, ¡estan tan altos, los viñedos! Uno de los problemas en Borgoña es que los racimos estan ubicado muy bajo, desde 15 cm hasta unos 50-60 cm arriba del suelo.
    Saludos.

  11. #11

    Belgik

    en respuesta a Jzm2000
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    No, ¡nooooooo Jzm! Estoy cuidando mi espalda, haciendo nada o poco, leyendo, ¡vendimiando comentarios! ;-)

  12. #12

    F.T.

    Mantienes el buen nivel de español pero me parece que no te vendría mal un reciclaje por Salamanca :-). Y de paso nos traes alguno de esos y probamos.
    Un saludo.

  13. #13

    Belgik

    en respuesta a F.T.
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    ¡Hola amigo Paco! Hombre...escurra el tiempo dentro de los dedos, ¿verdad?... Lo de pasar por Salamanca, siempre de acuerdo: mantengo para esa magnífica ciudad un lugar priviligado en mi corazón, si uno pudiera vivír dos vidas... ya me entiendes.
    Lo de traer vinos a Salamanca sabe, Paco, no estoy en condiciónes de aplicar mi sueño de rellenar un coche con los legalmente permitidas 120 botellas (90 litros pueden traspasar las fronteras), y hacer una cata documentada para amigos de "Verema". Por ejemplo combinando eso, para mí, con una visita de la comarca del vino de la tierra de Zamora y los Arribes del Duero -quizá hacer unos días de vendimia por allá-, y para traer otras 120 botellas hacía Bélgica para una cata interesante aqui. Pero me falta la plata...y no soy comerciante, no tengo esponsores. Pero si, en Salamanca o cualquiér otro lugar les sonaría, tengo tiempo de sobre y talento (ademas de experiencia) para hacer alocuciónes sobre vino y documentar catas: ¡a buen oyente!

  14. #14

    Jose_J

    en respuesta a Belgik
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    Sí, el mayor poblema es la altura de los racimos.
    La monastrell jumillana se conduced en vaso bajo, sin espaldera, y TODOS los racimos están a 15 cm del suelo.
    Eso unido a que la cogimos en cajas de 20 kilos, sin porteador, por lo que despues de cortar los racimos, lleva las cajas hasta el camino.
    al contrario de tu experiencia borgoñona, en jumilla hacía un calor terrible en plena vendimia.
    El año pasado visité algunas bodegas del chianti en plena vendimia. allí las condiciones eran bastante apetecibles: espaldera con los racimos a la altura justa, temperatura agradable....
    De hecho, la foto de mi avatar es la de la visita a los viñedos de Panzano in Chianti en plena vendimia.
    Cuando pueda, espero poder repetir tu experiencia.
    Saludos.

  15. #15

    Belgik

    en respuesta a Jose_J
    Ver mensaje de Jose_J

    Uff, Jose...vale...15 cm; por supuesto, me equivoqué por la fotó del Chianti. Otra vez, en los años 1980, visité hasta dos veces la comarca; estabamos recientamente casado mi mujér y yo, habiamos alquilado un pisíto en el castillo de Vicchiomaggio http://www.vicchiomaggio.it/ en Greve...buenos tiempos, y ¡la comída, ní hablar! Hablando de "repitir experiencias", estoy esperando un mensaje desde Cahors para saber si sí o no vamos a hacer la vendimia de un solo día del vino "Divin" de Chateau Les Croisille http://www.chateaulescroisille.fr/FR/Galerie%20photos.html Se trata del Malbec.
    Unos saludos desde Bélgica
    Pablo


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