Sólo sé que no sé nada
En un mensaje del foro de debate alguien afirmaba "que las reuniones en Verema.com son para disfrutar de experiencias, no tanto de conocimientos". Esperamos que aquellos que no nos conozcan y lean nuestros párrafos, sientan que lo que estamos tratando de trasmitir son esas experiencias y no los escasos conocimientos que aún tenemos.
Abordamos nuestra segunda cata con más ilusión, si cabe, que la primera. Nos abandonaron en esta ocasión Miguel Ángel Alarcón por cuestiones familiares y José Javier López en viaje de negocios en Lisboa. Sin embargo, los componentes de "Los chicos de la vid" muy lejos de amilanarnos preparamos nuestra primera cata de tintos jóvenes. Para la selección del vino repasamos mensajes y mensajes del foro y volvimos a visitar a nuestro amigo Gonzalo de La Ermita para decidirnos por 2 tempranillos y 2 monastrell.
En esta segunda de abono se cataron cuatro tintos cuatro para los "primeros espadas": Carlos, Diego, Fernando y Miguel.
La noche parecía propicia para la cata y la gula. El ambiente era frío y amenazaba lluvia. Los cuatro "diestros" nos dirigimos al restaurante La Tinaja cargados con 4 brillantes tintos de mucha casta y nuestras copitas, por las que ya empezamos a ser conocidos en lugar de "Los chicos de la vid" por "Los chicos de las Riedel".
Hicimos el típico paseíllo garboso cargados de bolsas y cajas hasta llegar al "ruedo" y nos sentamos en nuestra mesa dispuestos a realizar nuestra segunda experiencia sensorial con el vino como protagonista.
El cartel era muy interesante y la cata a ciegas prometía una mezcla de novedad y tradición. Los vinos se cataron en el siguiente orden: Casa de la Ermita, Madredeus, Luberri y Casa Gualda.
Iniciamos la cata con una nueva ficha de cata diseñada para la ocasión por el grupo. Tras la primera cata, advertimos que si éramos demasiado genéricos en la valoración, nuestras puntuaciones serían mucho más subjetivas que con una ficha de cata que tuviera más ítems. Por tanto, en adelante decidimos utilizar una ficha en la que se valoran los siguientes aspectos:
1. Vista
Fuidez-consistencia
Transparencia
Intensidad de color
Brillantez
2. Olfato
Diversidad de olores
Intensidad de olor
Agradabilidad de olores
3. Gusto
Calidad de los sabores
Intensidad de los sabores
Sensaciones táctiles
4. Retrogusto
Diversidad de aromas
Intensidad de aromas
5. Armonia
Nuestras puntuaciones no las tomamos en consideración, ni esperamos que nadie lo haga. La dificultad en la percepción de esta cata de tintos en relación a la de blancos era mucho mayor. En primer lugar porque es más sencillo valorar un blanco que un tinto para los principiantes (tienen más diferencias y matices o eso creemos) y, en segundo, porque en esta cata había vinos con similitudes en los varietales.
De los resultados de la cata podemos extraer nuestra preferencia por los vinos con tempranillo, que quedaron globalmente mejor posicionados que los vinos monastrell. La mayor ligereza y aromaticidad de los vinos tempranillo superaron la fuerza alcohólica y robustez de los vinos de Levante. Quizá los condicionantes típicos de los varietales los hacían propicios para que el resultado de la cata fuera el que definitivamente se produjo. Destacar también la igualdad entre los diferentes vinos de los que particularmente no nos atreveríamos a destacar ninguno sobre el resto, pero si a describirlos:
Notas de cata
Casa Gualda 1999
Rojo picota. Limpio en nariz. En boca es un vino suave, redondo y equilibrado. Final persistente Madredeus 2000
Moderno envoltorio para un vino rojo cereza muy cubierto y consistente. En boca es amplio, gustoso y persistente. Luberri 2000
Brillante por no decir brillantísimo, fascinante color rojo rubí. Presentaba sedimento. En boca es ligero y fresco con aromas frutales y amplio retrogustro.
Casa de la Ermita 2000
Brillante color rojo cereza. En nariz es amplio e intenso y agradable. Mostraba aromas lácteos.
Nuestro vocabulario técnico comienza a ampliarse y esperemos seguir haciéndolo y cada vez mejor.
Pasada la seriedad de la cata, la cena continúo con el albedrío de una lucha 4 contra 4 en la que ganaron los tintos por abrumadora mayoría. La cena desató nuestra voracidad con revueltos de gambas, ensaladas de pimientos con ventresca y entrecots de por medio y el resto de la noche, ¡jo, qué noche!, que se lo pregunten a Carlos.
Las conclusiones que podemos derivar de la cata es que aún no sabemos nada de este mundillo y que ya está en proceso la cata de Navidad del 22 de diciembre, esperamos contar con nuevos catadores y recuperar a los "lesionados". El cartel será aún más de lujo que éste.