Vista: amarillo pajizo con algún reflejo dorado.
Nariz: de buena intensidad: con fruta tropical y flores, también cítricos, notas de miel, hierbas, notas de la barrica, mantequilla, vainilla, tostados, panadería.
Boca: ataque goloso, fresco y cítrico en el paso, floral, buena acidez, cremosidad media, final de buena persistencia.

A la vista se muestra con un color amarillo pajizo, con destellos ligeramente dorados, limpio y brillante.
En la nariz se presenta con una intensidad media-alta, con fruta de tipo blanca, albaricoque y detalles de fruta exótica, la madera bien presente en la nariz.
En la boca tiene bastante potencia, con buena acidez y largo en la boca.
Quizás en el final junto a la acidez se nota en un punto de demasía la madera.
En conjunto un vino bien hecho, pero en el que quizás la madera esta demasiado presente.
Botella y etiqueta en fondo negro típico de la casa.
Cata realizada en una presentación de la bodega Torres, de algunos de sus vinos, por tanto no se sus precios y no puntuare este capitulo.

A mí es uno de los vinos que más me gustan de Torres, elaborado con una selección de las mejores uvas de sauvignon blanc (y algo de parellada) del viñedo de 25 Ha. que tienen plantado en la LLacuna en el Alt Penedés, donde se localiza la Masía de Fransola que le da el nombre. Es un vino elegante y complejo, muy intenso en los aromas varietales típicos de algunos vinos homónimos bordeleses (fruta fresca carnosa -melocotón, albaricoque, melón-, algunas notas cítricas,..) entremezcados con aromas típicos de la crianza -especias, vainilla, ligeros tostados-. En boca es opulento, amplio, con mucho cuerpo y una acidez que le aporta frescura y armonía. Para mi gusto, lo consumiría en un par de años, cuando la aportación de la barrica estuviera algo más integrada con los taninos de la fruta. En cualquier caso, un gran vino. PVP aproximado, unos 18 euros.

amarillo pálido
nariz varietal,con notas frescas,tropicales y barrica integrada
boca fresca de equilibrada acidez con recuerdos finales tropicales