Rosado de color atractivo, no muy intenso, en nariz y boca decepciona. La nariz, de suaves matices de frutos rojos, no aporta mucho más, y el paso en boca, lineal y sin amplitud, deja el regusto de podría haber sido más. Esperaba mucho más de este vino. Por cierto, casi 12€.

Desde 2012 está certificado como vino ecológico. Tiene un vivo color salmón con destellos azulados. La nariz es muy fina, expresiva, con una amplia expresión de fruta roja caramelizada y un atractivo fondo floral. En boca tiene buen ataque, resulta fresco, con cuerpo medio, cierto volumen, suaves amargos y un fondo de hinojo.

Acostumbrados a rosados espectaculares, descarados, hasta exagerados en aromas, llegas a este vino, timido, como yo, pero para nada cortado. Solo le hace falta tiempo, espacio y temperatura.

Aroma tranquilo, algo cerrado, hay que buscarlos, encontramos frutos rojos, un toque vegetal, cerezas, finos toques de golosina, sin artificios, muy leve, nada empalagoso. Trae recuerdos a hueso de cereza, fresas maduras y frambuesas acidas.

En boca es graso, untuoso, con cuerpo, a la par de delicado. Se muestra muy fresco, fina acidez que le dota de caracter, de estructura,por que en el fondo, insisto, es muy delicado. Le dare tiempo y otra oportunidad, ahora no esta muy hablador, aunque lo prefiero a los charlatanes, creo que cuando hable, con una sola palabra sera capaz de gustarme.