Opiniones de La Bota 19 Cream
OPINIONES
8

Color marrón con destellos yodados, ribete amarronado y yodo oscuro, capa muy alta y algo de poso muy fino. En nariz tiene un arranque potente con presencia de finos tostados, ligeros toques dulzones (azúcar quemado) y frutos secos, recuerdos de manteca de chocolate, cáscara de naranja y cítricos secos, notas de canela y dátiles e higos secos, finas notas de tabaco y cuero muy viejo. En boca tiene un buen ataque, de medio cuerpo algo dulzón y suave, fácil de beber y disfrutar, recuerdos de frutos secos, algo especiado, excelente acidez y suave persistencia bien elegante. Final largo y postgusto de frutos secos algo dulzones.

Un Cream memorable.

Más info en: http://www.elvi.net/2012/04/16/la-bota-de-cream-no-19-bota-no/

Ciertamente curioso lo que sucede con este vino. Abrí la primera botella por año viejo 2009; la segunda para celebrar el primer día del año 2011, y ahora la tercera la bebí entre la noche vieja 2012 y el primer día del año 2013.

Por lo tanto es un vino de celebraciones. Pero ya se ha acabado la secuencia porque ya no me quedan más.

Tan espectacular como en las otras ocasiones. Desde luego sublime

Después de haber probado unos cuantos 'cream' llegas a este vino y te quedas literalmente transpuesto... Procedente de las bodegas Jose Estevez, de Jérez aparece vestido de color ámbar con destellos azafranados. La nariz es intensa, profunda, compleja y seductora, hay notas de azúcar quemado, toques de especias exóticas, barniz de mueble viejo, salitre, nueces, uva pasa, dátiles, toques de naranja confitada .... En boca tiene buen ataque, es untuoso, con volumen, notables amargos, ligeras sensaciones cálidas, dulzor comedido, largo y seductor. Su horizontalidad es notable. Una vez más me rompió los esquemas....

Este vino desde luego impresiona, es algo fuera de lo común. La vejez del mismo esta la vista. Su precioso color ámbar yodado de gran pureza y transparencia permite apenas adivinar lo que viene después.

El aroma es una complejidad asombrosa, maderas viejas, barniz, especias, sal marina y océano, frutas secas tostadas, y un sinfín de aromas surgen de la copa.

Admirable su boca, igualmente de alta complejidad, concentrada y salina, con un dulzor comedido y ajustado resulta francamente impresionante. Vino de meditación para tomar con mucho, mucho respeto.

Son los dos primeros adjetivos que se me ocurren. Los demás casi sobran.
Extraordinariamente complejo, se desarrolla en capas, que se envuelven unas a otras, suben y bajan, se muestran y se esconden. Pese a esta complejidad, no apabulla en modo alguno. Es una maravilla. El equilibrio en los términos más absolutos. Especiados, ¿curry? ¿ras-el-hanout?, uvas pasas que no se sienten pasificadas, dátiles sin el dulzor que empalaga, café, cáscara de naranja seca, la fruta dulce del Roscón de Reyes, pan de higo, melocotones y albaricoques secos con una pizca de angostura. Infinito.

Es, quizá, uno de los vinos que más impresión me han causado.

Siendo un firme 'creyente' en los gustos y planteamientos del equipo Navazos, degustar esta bota "No" de un producto que tradicionalmente estaba diseñado para los gustos del mercado anglosajón (me refiero a los 'cream') me representaba a la vez curiosidad y una ligera dosis de excepticismo.... El vino se presenta con un bonito vestido de color ámbar de media intensidad con destellos iodados.
La nariz es intensa, muy bien definida y con notable profundidad, con una entrada de especias exóticas, entre ellas un curry baste marcado, junto a algo de pasas sultanas, recuerdos a barniz de mueble viejo, frutos secos (sobre todo avellanas pero también un toque de higo seco) y algunos matices entre los tostados y el azúcar quemado.
En boca tiene buen ataque ,presenta cierta 'cremosidad', cuerpo medio, un toque amargoso, un dulzor evidente pero bien equilibrado e integrado con el alcohol y los amargos, muy buena sensación de frescor, toques de azúcar quemado y notable persistencia. En el retronasal aparece toques cítricos e incluso algún ligero matiz a flor de azahar.
Para 'no' perdérselo.... (supongo que es lo que significa el no de la bota ;-)

Ambarino oscuro con reflejos ligeramente yodados.

La nariz es intensa y nos da esas sensaciones que obtenemos solamente con los vinos realmente viejos. Tras una importante volátil, con toques de lacas o barnices y un frondoso bosque cetónico, aparecen sensaciones de maderas nobles, frutos secos, almendras garrapiñadas, especias orientales, cáscara de naranja, un ligero fondo salino y un cierto deje de frutas pasificadas. Es un vino tremendamente complejo en nariz, quizá demasiado trascendental, que merece ser indagado muy poco a poco.

Y en boca es un auténtico cañón, de paso firme y concentrado, esencioso, con mucho peso y eterno. Con un impresionante equilibrio gustativo entre sabores dulces, ácidos y amargos, incluso salinos, hablamos por tanto de un vino multidimensional, que nos deja su impronta durante varios minutos. Un vino difícil de comprender y que solamente puede serlo desde la más pura emoción. Un deleite para los sentidos.

Cuando probé este Cream en la sacristía de Valdespino hace ya unos años, ya hablamos sobre la posibilidad de embotellarlo en una futura bota. Esa bota ya está aquí. Esto no es el Cream que beben las señoras mayores inglesas a media tarde, no, esto es la quintaesencia del Cream, un vino viejísimo de verdad, procedente de una de esas históricas Botas "No" de Valdespino, vinos que quizá carecen de la frescura de los que se encuentran bajo la escala de soleras y criaderas, pero que sin duda poseen el alma de esos vinos extremadamente viejos, ese alma que no puede explicarse con palabras. Hay que probarlo y punto. Y luego puede no gustar, eso está claro, pero si te conquista lo hace para siempre. Comigo lo ha conseguido.

La bota de Cream Nº19 es un nuevo vino para la historia. Disfrútenlo poco a poco y con todo el respeto que se merece.

Impresionante vino, de los que no se olvidan . Complejidad asombrosa y tremenda vejez se alían de nuevo para hacernos disfrutar de un vino único.

Y como todo lo excepcional la descripción es muy difícil, la nariz da tonos de nueces, y frutos secos tostados, madera viejísima, agua salada, piel de naranja fina, especies secas. Carurusel olfativo inacabable.

Boca estratosférica, cuerpo de alta potencia, a pesar de su rotundidad resulta equilibrado, tensionado. La boca es otro carrusel de sabor en los cuales el dulce casi ni se nota. Larguísimo, interminable. Sin duda el mejor vino de la noche vieja 2009.

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