Opiniones de Amontillado Coliseo VORS
OPINIONES
6

Lo que más me sorprendió de este vino, más allá de su intensidad, su complejidad, su elegancia y su precio (163 euros en la web de la bodega), es su sabor salado. Nada de notas salinas. Sal pura y dura. Eso sí, compensada por una magnífica acidez y una marcada presencia de frutos secos y madera, y multitud de aromas cambiantes que invitan a una cata larga y paciente. Para maridarlo con un buen habano tumbado en la terraza a la fresca. En dos palabras: Im-presionante :-)

Color caoba intenso, ribete tonalidad yodada bien brillante y gruesa lágrima bien lenta y bien tintada. Nariz con una notable intensisdad en la que se empieza a deducir su complejidad, notas de frutos secos (almendras tostadas), maderas viejas con barnices (ebanistería), suaves matices licorosos que van resultando más punzantes a medida que nos vamos acostumbrando en nariz a apreciarlo, higos secos y ligeros orejones muy secos, cáscara de naranja seca, toques de chocolate y cacao en grano, tabaco de pipa y suave fondo salino y ligero matiz que recuerda a un Pedro Ximénez viejísimo. Notable entrada en boca con un magnífico recorrido amargo y bien seco, excepcional acidez que le aporta mucha frescura, frutos secos (almendras, avellanas y nueces), fina salinidad que contribuye a magnificar su carácter sanluqueño, armonioso, concentrado, muy voluminoso que consigue llenar toda la boca y estremecer todo el paladar, monstruosa persistencia que engrandece el conjunto. Final muy largo, postgusto de frutos secos y retronasal ahumado.

Más información en: http://www.elvi.net/2013/12/29/valdespino-amontillado-coliseo-vors-0-375-l/

Color caoba con discretos reflejos iodados. Limpio y brillante
Nariz muy intensa, enorme en profundidad y complejidad. Cafe, miel, frutos secos, tostados, ahumados , orejones , salitre . Muy largo , permanecen los raomas muchisimo tiempo.
Paso por boca tremedamente salino , con una cidez brutal. Se te fija a las papilas y te hace salivar durante muchisimo tiempo
Postgusto larguisimo

Vestido caoba con ribete en tonos ambar intenso y reflejos cobrizos. Limpio y luminoso.

Destacan en su enorme y punzante nariz aromas limpios de almendra y avellana tostada decoradas por sutiles notas amieladas, caramelo de naranja, puntas de vainilla y orejones, y un ligero toque salino bien fundido con notas de maderas viejas pero elegantes.

En ataque es rotundo, con casta, afilado y demostrando lo bien que lleva su edad. Recuerdos almendrados, de fruta secada al sol, salitre, maderas finas, atisbos de pastelería y especias. Su paso es amplio y potente, extremecedor, con un final fuera de lo común, de gran persistencia. Postgusto muy complejo y agradablemente amargoso.

Extraordinario amontillado.
Color caoba claro
Aroma de enorme potencia, cáscaras de almendra, madera finísima, tabaco de pipa, elementos marinos como piedras mojadas por mar, discreta piel de mandarina y cientos de registros más, un tanto inabarcables.
La boca es igual de impresionante e inmensa, volumen tremendo que inunda y llena la boca llenando el cráneo entero, potencia altísima, debe tomarse a pequeños sorbos, extraordinariamente seco, e infinitamente largo. Todo lo que se diga es poco

Conceptualmente es distinto del NPI, aquel es fuera bruta y salvaje de la naturaleza y este resulta también fuerza de la naturaleza pero mucho más ordenada y coordinada, todo responde a un orden armónico.
Vino de los que estremecen por su complejidad y de los que es imposible olvidarse.

10

(Muestra catada directamente de la bota)
Precioso color caoba con algún destello yodado. Limpio y brillante.

Nariz realmente impresionante por su potencia, profundidad y complejidad. Notas de frutos secos, avellanas, almendras garrapiñadas, ebanistería fina, maderas nobles, especias, miel, piel de naranja e incluso orejones. Percibimos algún recuerdo de la crianza biológica pero obviamente predomina más la oxidativa. Punzante y directo, con una complejidad que asusta y que sólo nos ofrecen los vinos más viejos.

En boca resulta avasallador por su fuerza desbocada y su carácter punzante y salino. Pero ojo, es un vino perfectamente bebible porque esa vejez y ese carácter están perfectamente domados e integrados. El paso es firme y poderoso y el final resulta eterno, dejando un recuerdo de frutos secos amargos. Persistencia eterna. Vivo, concentrado, salvaje y eterno.

Coliseo es la quintaesencia del amontillado viejo, junto con NPI y la Solera fundacional de Pérez Barquero son los mejores que he probado. Un vino mítico por su concentración, su fuerza y su complejidad. Uno de los grandes vinos mundiales, aunque reconozco que no es un vino para todos los públicos.

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