¿Salino? No. Salado

Lo que más me sorprendió de este vino, más allá de su intensidad, su complejidad, su elegancia y su precio (163 euros en la web de la bodega), es su sabor salado. Nada de notas salinas. Sal pura y dura. Eso sí, compensada por una magnífica acidez y una marcada presencia de frutos secos y madera, y multitud de aromas cambiantes que invitan a una cata larga y paciente. Para maridarlo con un buen habano tumbado en la terraza a la fresca. En dos palabras: Im-presionante :-)

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