Color entre castaño y caoba, reflejos yodados, lágrima densa y de lenta caida.
En nariz hay buena intensidad destacando olores de navidad: higos, dátiles, pasas, chocolate, naranja confitada pero manteniendo una buena armonía y elegancia.
En boca tiene buen cuerpo, sensación de seco al inicio pero dulcifica haciéndose amielado a pesar de su punta de acidez, es complejo, intenso, sabroso, maderas ajerezadas. Alta persistencia final.
Un puno final muy bueno de dulce, pero ojo con los 20º.
Vista: caoba con reflejos yodados.
Nariz: de muy buena intensidad: frutos secos, higos, pasas, torrefacto, dátiles, chocolate, garrapiñadas, caramelo, toffe, piel de naranja, canela, polvorón, barniz de mueble viejo, olivas...
Boca: sabroso, tras un ataque casi seco el paso se va tornando dulce y torrefacto, bien de acidez pese a que no resulta refrescante. Final de buena persistencia.
Un vino con mucho carácter, intenso, complejo y profundo. El Oloroso Solera 1842, procede de los pagos Carrascal y Macharnudo; criado en estructuras paralelas y distinguiéndose, principalmente, por el pequeño porcentaje de viejo Pedro Ximénez dulce que se incorpora al Solera 1842 en sus últimos años de crianza. Se trata, pues, propiamente de un elegante oloroso dulce. Es bueno con repostería.
Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Personalizar”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.