Increible e impresionante

Son los dos primeros adjetivos que se me ocurren. Los demás casi sobran.
Extraordinariamente complejo, se desarrolla en capas, que se envuelven unas a otras, suben y bajan, se muestran y se esconden. Pese a esta complejidad, no apabulla en modo alguno. Es una maravilla. El equilibrio en los términos más absolutos. Especiados, ¿curry? ¿ras-el-hanout?, uvas pasas que no se sienten pasificadas, dátiles sin el dulzor que empalaga, café, cáscara de naranja seca, la fruta dulce del Roscón de Reyes, pan de higo, melocotones y albaricoques secos con una pizca de angostura. Infinito.

Es, quizá, uno de los vinos que más impresión me han causado.

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