Opiniones de Alto Moncayo
OPINIONES
24

Botella tomada en restaurante.
De color rojo picota de capa muy alta, ribete rubí y lagrima densa que tiñe la copa.
En nariz se muestra muy fragante, con predominio de fruta negra muy madura y maderas finas, también se hacen presentes tostados y torrefactos, especias dulces, cacao y balsámicos bastante potentes.
En boca tiene una entra potente, concentrada, con un tanino que se deja notar pero que poco a poco se va redondeando y una punta de acidez que lo hace muy disfrutable, postgusto realmente largo con recuerdos de la fruta madura y su paso por madera.
Creo que es una gran garnacha que apenas ha sufrido el paso del tiempo y tiene pinta de ir para mucho tiempo.

Magnífica presentación de la botella, con una etiqueta de diseño e información en inglés. Vidrio grueso y 16%. Contundencia.
Presenta color picota intenso, ribete amoratado y capa alta.
En nariz es expresivo, hay fruta madura, licor de frutas, torrefactos, lácteos, especias y balsámicos (regaliz). Buen equilibrio pese a su carga frutal y a su graduación.
En boca hay mucha fruta también. Muy buena acidez, tostados bien integrados, lácteos de nuevo, mucho volumen, es goloso, denso y bien perfilado. Sabroso, potente y suave a la vez. Recuerdos florales, torrefactos y balsámicos. Posgusto persistente, a café, estupendo.

Catado en cata en el Club en cata llamada "Garnachas del Mundo", donde se tomaron vinos de australia, sudáfrica, EE.UU., Francia y España.

Este fue el representante español.
Rojo picota oscuro, casi tinta China, ribete granate oscuro, limpio y brillante.
Intensidad aromática alta, muy largo, fino, fruta negra muy madura, tostados intensos, especias dulces, rico.
En boca es sabroso, carnoso, goloso, excelente acidez, algo amargo que le da carácter, alcohol muy integrado, para nada se nota los 16 gradados de alcohol, retronasal a tostados y trago largo. Muy rico.

Precio sobre 30 €, pero es un gran vino, lo vale.

Pura fruta, expresiva. Densa y madura, pero equilibrada, firme, taninos finos y frescos. Concentrado, pero armonioso.

Efectivamente y tras unos meses desde la última cata, no parece aconsejable catar este vino con su excelencia Aquilón. En esta ocasión en solitario, muestra mejor su esplendor, su magnífica capacidad frutal, sus excelentes maderas y por lo visto su capacidad loable, para sostenerse en el tiempo

Botella tomada en restaurante.
De color rojo picota de capa muy alta, casi opaco, ribete violaceo y lagrima densa que tiñe abundantemente la copa.
En nariz muestra una gran carga frutal algo sobremadurada, maderas finas, tostados y torrefactos, chocolate negro, leves lacteos, alguna nota especiada y balsamicos con cierto poder.
En boca tiene una magnifica entrada, potente, con mucho cuerpo, tánico, excelente acidez y un postgusto bastante largo con recuerdos de la fruta y los tostados.
¡Que rico!

Quorum. O consenso, como se suele escuchar más en el argot político.
Este Alto Moncayo sigue siendo un fiel exponente de las mejores Garnachas aragonesas.
Por lo menos, habida cuenta de catar y volver a catar varias añadas, sigue presentándose así ante nosotros.
Color rojo picota de capa alta en copa. Ribete morado y abundante lágrima en copa.
A pesar de ser abierto no con mucha antelación ni decantado, se muestra bastante domesticado en la nariz y se ofrece para gustar: fruta madura, notas de cacao y chocolate; no excesivamente "amaderado" ni alcohólico por muchos grados que lleve (que no son pocos, ni era el que más tenía). Con un poquito de tiempo más, más fruta roja y licor y al final, ese toque que siempre aparece y tan bien define este vino (ya me ocurrió con un reciente 2006 que bebí no hace mucho) que es el de los aromas a café con leche.
Después de esta nariz, la boca no decae. Ataca con decisión y ofrece fruta y notas tostadas de la crianza; sabroso, con un cuerpo contundente (pero no salvaje, a pesar de que le queda mucho tiempo por vivir), con un final limpio, con bastante persistencia que nos ayuda al final a regresar a la botella.
Bueno. Fué un buen final de fiesta con este vino.
No sé porqué, pero creo que por eso lo dejamos para el último sorbo y trago.
No obstante, todo lo bebido se probó; todo reunió dudas y generó comentarios y todos en su justa medidad, aportaron alguna cosa en especial.
Sigo siendo garnachero...

Algo decepcionado, tras grandes sensaciones previas con su hermano mayor.Parece , como si en tal comparación, Alto Moncayo mostrara una sensación frutal de inferior calidad, maderas más secas, carpintería, con una boca algo más rugosa, peor recorrido. Sigue siendo un buen vino, pero mejor evitar algunas comparaciones

Vestido picota intenso de capa alta, concentrado y de borde violaceo. Lágrima tintada, cremosa y homogenea.
Nariz compleja e intensa de frutos negros (moras, ciruelas) maduros, con apuntes de sotobosque, rodeados de tonos de cedro, grafito, café tostado y fondo mentolado.
En boca es carnoso, profundo y muy estructurado, con buen equilibrio entre fruta, especias y notas tostadas, así como una mineralidad masticable. Su recorrido es largo y concentrado, con taninos nobles y notas balsámicas que dan paso a un persistente final, sabroso y elegante.

Cata magistral Doña Emiliana, Concha y Toro y Pancho Campo dentro del III Congreso Mundial de Cambio Climático y Vino.

Balsámico de eucalipto sobre un matorral con fruta negra de fondo y toques anisados y especiados, tan fresco que se confunde con aceticos. en boca es fino e igualmente fresco, con muy buen recorrido en botella.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar