Ya he tomado otras cosechas y esta la he tomado al pie de un molino de la Mancha,
con un buen jamon de pata negra y queso de cabra, el ambiente tambien ayuda, a tem-
ratura correcta y sin decantar (no era el sitio).
Lo note con menos cuerpo pero con taninos y equilibrio correctos y muy a gusto con
el jamon y el queso, hemos ido despacio para saborearlo en la medida posible y la
verdad es un buen recuerdo...un buen vino, un buen lugar y con quien compartirlo,
lo mas importante.
Color picota con ribete violaceo y capa media-alta.
En naríz despliega notas de fruta roja madura, algo de regaliz, grafito, lácteos, vainillas y especias finas con una intensidad media.
En boca presenta un potente ataque, cierta rusticidad, es amplio, corpulento (algo desbocado) y con muy buena acidez. En su desarrollo en boca se caracteriza por su cierta astringencia, su rusticidad y algo de rugosidad, como si necesitara algo más de tiempo para conseguir que todos sus componentes se equilibren. Fruta roja madura, tostados, especias y algo de cueros aparecen en esta fase. En su final nos deja recuerdos amargosos que llegan incluso a secar la boca.
En mi opinión necesita de una larga temporada en botella para ser domado, ya que ahora mismo se muestra todavía "muy salvaje"
PVP. 24€
Una gran cata en el Celler de Gelida dirigida por Meritxell Falgueras sobre vinos de Castilla i Ribera del Duero. Ferran Falguera jugo con nosotros tapando las botellas, para que fuera una cata a ciegas y este vino, que catamos junto a un San Román, Vega Sicilia Único 99, y un Torremilanos, fue de los más reconocidos. Tiene un color rojo oscuro, de capa alta con un ribete granate. En nariz aromas muy intensos y complejos, apareciendo la madera, notas tostadas, levadura. Posteriormente aparecen notas lácticas, fruta negra, balsámicos. En boca Es suave, muy buena acidez. Un vino muy equilibrado que me proporciona un gran frescor, es amplio y largo.
Cereza picota tomada de buena capa. Lágrima abundante, densa y limpia.
Intensidad y complejidad en una nariz en la que destacan los tostados de barricas nuevas y los aromas frutales de negras no muy maduras. Bosque umbrío, cipreses mojados, pacharán... completan la fase.
En boca es espectacular, pues no es excesivamente corpulento pero sí brioso, musculoso y nervioso. Atesora cierta cremosidad a la par que ligereza, lo que le otorga un paso realmente "amigable". Se despide con honores de gran vino, con un largo y sabroso postgusto.
Riquísimo.
Catado de una botella formato doble magnum, decantado 2h antes y junto a un Gran Clos 2004, este no se queda atrás.
Visual: Color picota intenso, de capa alta.
Olfativa: Alta intensidad aromática, compleja, interesante, atrayente, nos aporta grandes sensaciones, fruta negra, tostados agradables, fondos terciarios, a medida que se oxigena se vuelve fresco, aporta mentolados, larga nariz y potente.
Gustativa: Potente entrada, acidez marcada que seguro se suavizará con unos meses más de guarda, inmenso, amplio, goloso, regalices, muy largo y el final complejo como la nariz.
Catado de una botella formato doble magnum, decantado 2h antes y junto a un Gran Clos 2004, este no se queda atrás.
Visual: Color picota intenso, de capa alta.
Olfativa: Alta intensidad aromática, compleja, interesante, atrayente, nos aporta grandes sensaciones, fruta negra, tostados agradables, fondos terciarios, a medida que se oxigena se vuelve fresco, aporta mentolados, larga nariz y potente.
Gustativa: Potente entrada, acidez marcada que seguro se suavizará con unos meses más de guarda, inmenso, amplio, goloso, regalices, muy largo y el final complejo como la nariz.
Lo bebimos después de un Laurel 2005 del Priorat, quizás fuese ese el fallo... pues la verdad es que nos gustó mucho más Laurel pese a que Pintia nunca nos ha defraudado.
Decantado pero servido al momento.
Color: picota oscuro de capa muy alta.
Nariz: al principio se muestra cerrado. Poco a poco aparece fruta roja y negra, fruta en licor, notas como de hollejos (de la extracción), notas minerales, especies dulces, pegamento, cacao...
Boca: buen ataque, es carnoso y redondo (pero no lo es tanto, ni carnoso ni redondo, como el Priorat anterior). Muy buena acidez. Taninos muy presentes maduros. Final muy largo. Sensación un poco secante al terminar el trago.
Pues la verdad que el vino en la copa tiene un PINTIA excelente, con esa capa media alta típica de Toro, su ribete cardenalicio, deja ya clara una presencia para no dejar indeferente.
En nariz entra esa potencia controlada de los buenos Toros, frutas rojas, especias, algún café y algún que otro tostado.
Es en boca cuando uno se da cuenta que este vino va mejorando añada tras añada, y si no, probemos a hacer guarda y de aquí unos años hablamos:
elegancia en el paso, tanino muy muy currado pese a la juventud del Toro, fruta madura llenona y agradable,los tostados,la madera,etc... acidez de la buena y postgusto cariñoso.
Lo dicho, una Pintia excelente.
La verdad es que el vino estuvo dentro de lo que se puede esperar de un vino de la casa, pero cumpliendo unos mínimos. Por supuesto el color era excepcional, la concentración y equilibrio excelentes, las maderas nuevas y el vino correcto.
La nariz es muy fragante, con esa característica tan típica de los Toros, pero adicionada con una madera y tostados que creo lo maquillan.
En boca es redondo, sedoso y equilibrado. No destaca por su fruta pero el vino está muy bien.
Si que es cierto que de algún modo no tiene esa "rusticidad" tan característica (y atractiva para mi) de los vinos de la zona.
Picota muy cubierto, profundo, tirando a opaco. Aromas de fruta negra muy madura, balsámico y especiado, nos muestra todo su carácter en boca, potente y algo arrebatador. Buen final, mucho vino para según qué platos.