Tras decantar 10 meses despues una nueva botella (ver mi anterior valoración), todavia esta mejor que el anterior, superándose sobremanera.
Es imprescindible acompañarte de la persona/s que mas desees a tu lado para degustar un placer llamado PINTIA
Es necesario comer algún pequeño bocado para dejar que la suavidad del Toro te llene de cremosidad, de fruta licorosa negra, todo bailando en tu boca y siendo digerido tan tranquilamente que puedas darte cuenta al día siguiente lo bien que te encuentras y lo bien que tu organismo sabe decir, he crecido un poco mas. Un vino para amar.

Vino encerrado en botella bordelesa y etiquetado con el diseño habitual de la casa madre, es sencilla y elegnte. Botella nº 193591.
A la vista se manifiesta con una capa alta, limpio, brillante, color rojo picota con irisaciones algo violáceas. Menisco igual. Lágrima gruesa y denda que se desliza con lentitud por la copa.
En nariz muy frutal, fruta del bosque madura, moras, arándanos, balsámico, madera bién integrada.
En boca es elegante, corpulento, equilibrado, taninos pulidiéndose, carnoso, con corpulencia, mineral, madera fina e integrada, notas de pimienta negra, balsámico, con buena acidez. Tiene un elegante y largo paso de boca. Me dá una permanencia en boca de 3,45 minutos. Un buén vino que comienza a estar en su momento óptimo de consumo.

Botella bordelesa vestida muy " al estilo de la casa", o sea sencilla pero elegante. Corcho 8,5/10. Volumen Alcohólico 15%.

Visual: Color picota de capa alta y ribete violáceo. Limpio. Lágrima abundante y fina que va tintando su lento recorrido.

Nariz: Ataque intenso, complejo y elegante. En su evolución hay notas de frutos del bosque maduros tanto rojos como negros (moras, frambuesas, arándanos), especias (vainilla, pimienta), lácteos, tostados, sotobosque, ceniza de tabaco, cueros y balsámicos (mentolado)

Boca: Entrada tan intensa y elegante como en la fase olfativa. Los años en botella han domado al potro salvaje. Taninos finos, agradables, buena acidez y con sus poderosos 15º de alcohol plenamente integrados. Muy equilibrado en su conjunto. Las notas predominantes son las frutas maduras, las especiadas y las balsámicas. Final de largo recorrido, goloso, redondo, demostrado que es un toro azabache, astifino y de excelentes hechuras y trapío.

Un vino con correcta RCP (29/33€) que acompañará con arrogancia a cocidos, platos de cuchara, carnes rojas y caza.

Un toro miura en botella, asi que ojo al descorchar y decantar, ya que lo necesita sin duda. Media botella va bien.
La otra te aguanta 24-48h sin duda , para notar la licorosidad fina.
En visual es rojo ocre
capa media
notas de mentolados, fresas, trufa y madera, profundo y aromatico, desea evolucionar mas. Cafes tostados. miel polen, licores de almendra y nuez moscada.
La boca evoluciona fina , con cuerpo y elegancia, paladar suave, volumen y estructura bien hechos, no falla y deja largo postgusto, para un buen sofa y charlas con tus amigas.
Es un buen vino y no un vinazo(para los gramaticos vinazo= mal vino)

Presenta un color rojo picota de capa media-alta con ribete granatoso, abundante lágrima y muy tintada.
Nariz predominante a fruta roja en la que parece que también haya en él algo de fruta negra, tostados y madera bastante presente y cueros de fondo.
En boca se presenta potente, entrada muy frutal dando paso a los tostados en los que la madera no se acusa en exceso como en nariz, con un fondo balsámico agradable y fresco. Tanino fino y pulido de buena acidez y de trago largo y persistente

Produce un aroma intenso con fruta roja, madera en abundante cantidad, lácteos y especias, la boca es ruda, buen cuerpo, astringente y poco refinado, muchísima intensidad y bastante largo. Me gustó más el 95 dentro del tono general de estos vinos que no me acaba de convencer.

Color picota oscuro. Aroma a cuero, canela y ciruelas. Madera aparente. A medida que se abre aparecen aromas tostados. El paso por boca es potente, fruta roja, con taninos potentes, salvajes, algo asperos (tras una hora, los taninos se amansan un poquito, pero aun asi tiene un final secante). Buena acidez.

Es uno de los vinos a los que vuelvo de vez en cuando y el 2006 me parece el mejor de los que he probado hasta ahora. Un vino potente pero de trago fácil que también agrada a los que prefieren vinos más "suaves". En nariz es frutal y envolvente. Buen retrogusto.
Comprado en 2010 y bien conservado hasta su apertura a finales de septiembre del 2011. Se cató a unos 16ºC (lo prefiero así de fresco)

Ensombrecido, todavía más si cabe, por la añada anterior, produce cierta decepción comprobar como parece querer mostrar las características de los previos pero a un nivel inferior. Frutal , pero no tanto como otros, rústico y rugoso, menor intensidad en nariz, más apagado

Prácticamente veinte meses después de mi anterior botella vuelvo abrir una nueva para comprobar su evolución, y vaya cambio el experimentado para mejor. Desde luego no se aprecia esa marcada astringencia que mantenía, ni la elevada acidez de la botella anterior, pero sigue teniendo buen carácter, con garra, un vino vigoroso pero sin agredir, mucho más equilibrado, sabroso, de buen paso, amplio, envolvente y de largo recorrido.
En nariz resulta intratable, sin reproche, de muy buena intensidad y complejidad, con elegante madera, finos tostados, regaliz negra, suaves mentolados, vainilla y fruta negra madura.
Todavía dispone de muchos años por delante.