Amarillo palidísimo, con menisco verde. Flores blancas muy destacadas en nariz, me traen recuerdos de las praderas en primavera, con la humedad a flor de césped.
En nariz se abren paso la manzana, y el plátano. Entrada muy agradable, y con un paso de menos a más, que da lugar a un postgusto más persistente del que anuncia su tremenda palidez.
Excelente para unos entrantes de ibérico, salmón ahumado con mantequilla sin sal, y un bloque de hígado de oca.
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