Color rojo cereza de ribete granate, capa baja, limpio y brillante.
Intensidad media baja, estado maduro, predomina la oscuridad en este vino, muy marcado el terruño, notas tostadas, animales, de terruño, mentoles, fruta roja madura, especia.
Boca suave de buena acidez, paso de boca ligero, agradable, sedoso, con volumen y amplio, con cuerpo medio, astringencia pulida. Tanino perfecto y tacto fantástico.
El mejor para mí.
Ha pasado dieciséis meses de crianza en barrica nueva, tiempo que tan sólo se ve en su color picota parduzco de medio voltaje. La madera ni se huele ni se saborea.
Comienza a hablar de campos de violetas y frutas rojas, detrás cacao en polvo y canela. Vuelvo a él y encuentro un delicioso ensamblaje de oliva y menta, una fragante golosina.
En boca se muestra ligero, danzante, saltarín, largo, con sutiles notas yodadas. Muy elegante, con una profundidad sorprendente y fresco, siempre fresco (¡esa acidez permanente!), equilibrado, sin estridencias.
Uno de los vinos catados en el evento: Los cinco vinos de David Rabasa que tuvo lugar en Gastrónoma 2013 ©Puck
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