Disculpa que tarde en responder, se me escapó tu sugerencia. Puede estar

Disculpa que tarde en responder, se me escapó tu sugerencia.

Puede estar genial, desde luego. Como sugerencia, me parece fantástico y habría que probarla.

Creo que lo que le "mata" a David en su papel, son un poco las formas y su lenguaje en twitter (independientemente que sé tiene sus seguidores haga lo que haga y diga lo que diga). Sólo hay que ver cómo ha cargado contra el chef Jordi Cruz... algunas expresiones parecen MUY infantiles, y no parecen de alguien nacido en 1980 y con casi 35 tacos ya (que ya somos mayorcitos aunque vengamos de la era Messenger y llevemos 15 años con un móvil en las manos).

De entrada, no me caso con nadie (literalmente). Ni con Muñoz, ni con Cruz, ni con ninguno. Voy a los restaurantes a que me den de comer bien, no a hacerle la rosca a ningún chef (más allá de la cordial alabanza si creo es justamente merecida en un momento dado). Hay cocineros que me caen genial, pero vamos, que como a misa, ni de lejos (y a otros sitios menos aún), ... en general, ni con cocineros ni con prácticamente nadie (salvo algunos familiares o amigos muy amigos míos).

David destila algo más viejo que la tos: quiere cambiar el mundo del vino, romper dogmas, para realmente no cambiar nada ni hacer nada nuevo bajo el sol. Lo de aliñar con vino o hacer experimentos químicos y "guarrindongadas" con vino es tan viejo como el mundo. Lo peor no es eso, pues "vendehumos", "sabelotodos" y "blufs" ha habido, hay y habrá siempre (el mundo es cíclico y el ser humano no aprende y repite una y otra vez idénticos patrones, se suceden las modas, se suceden las burbujas y sólo cambian las épocas y las personas). Lo peor es que notas un cierto tufillo salomónico retrógrado de: "O me aplaudes y te postras ante mí, o como me cuestiones lo más mínimo en mis planteamientos, eres mi enemigo".

Sinceramente. Soy más joven que muchos de vosotros pero, a la vez, ligeramente mayor que David Muñoz. Ir por la vida de esa guisa (por mucho éxito que uno tenga y aunque su papel sea el de transgresor, provocador y diferente al resto), no es buena dinámica. Uno puede hacer las cosas como mejor le parezca, tener un público y evitar a otro tipo de público, pero ante una crítica constructiva o un cuestionamiento por parte de un (potencial) cliente, nunca puede uno ir de Sabelotodo (y menos siendo menor de 40 años de edad). Lo siento mucho y por ahí no paso.

Pienso que la humildad, la prudencia y explicar el por qué de lo que haces (convenciendo con razones), es la mejor manera de ganar no sólo prestigio sino hacer que la gente entienda tu forma de trabajar. Pide libertad para la cocina, y dice que el vino es "zero libertad" ... cuando él, hasta hace nada, su interés por el vino si no cero patatero, era prácticamente ínfimo,... ¿ dónde queda la libertad de opinión del comensal ? Cierto es que éste es libre de ir o no a su restaurante, de repetir o no, pero igual que él es libre de ponerle lo que le sale del guano al cliente en su casa y cobrarle lo que corresponde, el cliente (el que paga) también debería ser libre de preguntar, debatir y cuestionar sobre lo que come o bebe en un restaurante (o eso pienso yo, vamos).

En cualquier caso, estamos abiertos a sugerencias gastronómicas (y enológicas), Doctor ;) ... pero el resumen de mi mensaje es que las formas muchas veces son tan (o más importantes) que el propio fondo.