El Bosque

La Sala de Espera del Depósito: Capítulos 38 y 39

Resumen capítulos anteriores:

Conocimos la teoría de Kimi sobre la relación de Paula con su marido y El Rubio nos contó los detalles de su segunda separación mientras la trompeta de Miles Davis desgranaba su "Kind of Blue"...
 

38.

Se dirigía al parking a recoger el coche cuando sintió la vibración del móvil en el bolsillo interior de la americana. Lo sacó y antes de contestar miró la pantalla para ver quien le llamaba a esas horas: era Fernando Moreno así que le dio a la tecla verde.
 
-Hola Fernando.
 
-Eusebio- había nerviosismo en su voz que el ruido del tráfico no ocultaba del todo, Fernando conducía su coche y hablaba a través del “manos libres”.
 
-¿Qué ocurre Fernando?
 
-Antes de nada coge el coche y ponte en dirección a El Escorial.
 
-Bien, ya estoy subido. Suéltalo ya.
 
-El día que fui a casa de Ángel Iglesias antes de volverme para Madrid le hice una visita al jefe de la policía local. Le expliqué sin darle muchos detalles que teníamos alguna sospecha sobre Ángel Iglesias por lo que le pedí que si veía cualquier cosa rara en su casa o por los alrededores me llamara, sin menoscabo de que tuviera que actuar.
 
Él consintió pidiéndome tan sólo que hablara bien de él para que le concedieran el traslado al Ayuntamiento de Madrid, a lo que yo también accedí, es un hombre relativamente joven y ambicioso.
 
Eusebio no pudo evitar que un sonido de apremio se le escapara de la garganta
 
-Perdona Eusebio. Me acaba de llamar hace dos minutos para decirme que se habían oído tiros provenientes de la casa de Ángel Iglesias y que él se iba para allí en ese mismo instante. 
 
-Pues nos vemos allí Fernando, yo calculo que tardaré unos veinte minutos.
 
-¿Veinte minutos? ¿Estás loco o andas por allí cerca?
 
-No, estoy saliendo del Parking de Fuencarral.
 
-Ten cuidado Eusebio.
 
-Soy policía Fernando o ¿es que se te ha olvidado?
 
-Ya... policía, pero de vacaciones.
 
-Las vacaciones no empiezan hasta mañana, de momento éste sigue siendo mi caso.
 
-Tú sabrás…
 
-Efectivamente- sin poder evitar que la sequedad que sentía en boca y garganta se trasladara a su tono de voz..-Nos vemos allí.
 
A pesar de que pisó el acelerador de su Toyota tan fuerte que rozaba el asfalto, a Eusebio le pareció que pasaron horas antes de llegar a la pobre réplica de la Puerta de Alcalá que daba la bienvenida a la “Leal Villa de El Escorial”.
 
Desde allí se veían las luces giratorias del coche-patrulla aparcado en la Avenida de la Constitución donde tenía Ángel Iglesias su casa. Aparcó a unos 25 m de allí, salió del coche y buscó el de Fernando. Lo encontró aparcado detrás de un patrulla, sacó el móvil y marcó su número.
 
-Ya he llegado Fernando ¿dónde estás?
 
-En el camino que lleva al garaje de Ángel Iglesias, pasada la verja. Voy y te abro.
 
-¿Es lo que yo me temo?
 
-Depende de lo que te temas, si es suicidio o asesinato, pues sí, Ángel Iglesias está muerto.
 
-Ahora te veo- y colgó.
 
En menos de dos minutos estaba esperando en la verja y casi al llegar ésta empezó a moverse para hacerle paso. Otro coche patrulla más una ambulancia estaban aparcados en el camino entrecruzando las luces de diferentes colores en la oscuridad de la noche. 
 
Fernando se dirigió hacia él:
 
-Eusebio, le han disparado, le han matado.
 
-¿Se sabe quién? ¿Se le ha podido coger?
 
-Sí, está en el coche patrulla…, le conoces.
 
En dos zancadas se puso a la altura del patrulla y miró por la ventana. A pesar de estar doblado sobre las rodillas con las manos esposadas delante de él Eusebio no tuvo ninguna duda, el cráneo rasurado que veía pertenecía a Andy.
 
Por una vez en la vida sintió ganas de vomitar, y no había visto un cadáver.
 
Sala_Espera_Depósito_ambulancia_nocturna

 

39.

Eusebio se dio media vuelta sin advertir a Andy de su presencia, dirigiéndose hacia la ambulancia. Sacando y abriendo la cartera para mostrar su credencial de policía a los paramédicos, se identificó:
 
-Soy Eusebio López Bravo, Inspector Jefe de la Comisaría Centro de Madrid. Estoy llevando la investigación de la muerte por presunta sobredosis de la mujer de la víctima de hoy ¿Qué me pueden decir?
 
-Que no parece haber sido una pareja con suerte… Soy Javier González, jefe del Servicio de Asistencia Inmediata del Hospital de El Escorial.
 
Tras una pausa prosiguió:
 
-La víctima ha recibido dos tiros a bocajarro, a poca distancia, menos de un metro, que le han impactado en la frente y en el pecho. El de la frente ya lo mató y pareciera que el del pecho lo recibió estando ya caído en el suelo, vamos, que lo remató. Pero todo esto se confirmará durante la autopsia.
 
-¿Habían recibido llamadas provenientes de esta dirección antes?
 
-Lo tendría que comprobar pero creo que es la primera vez que veníamos por aquí.
 
-¿Y qué me puede decir de la persona detenida?
 
-Cuando llegamos estaba de pie junto a la víctima, con la pistola en la mano, mirándola inmóvil. La policía se echó sobre él para desarmarle, pero no opuso la menor resistencia, estaba totalmente ido.
 
No sé mucho de estas cosas pero no me dio la impresión de ser un asesino profesional, ni siquiera un chorizo cogido “in fraganti”.
 
-Muchas gracias Dr. González- y mientras le entregaba una tarjeta -Cualquier cosa relacionada con este caso me interesa por lo que llámeme si recuerda algo más.
 
-Entiendo que le harán llegar el informe de la autopsia.
 
-Así será pero me refiero a cualquier cosa que pueda haber visto por aquí en relación con el incidente.
 
-Con el asesinato querrá usted decir.
 
-Con el presunto asesinato. Gracias.
 
Y se apartó de la ambulancia mientras sacaba el móvil del bolsillo y marcaba el número de Teresa que no tardó en contestar más de tres timbrazos
 
-Ya sé que no son horas.
 
-Y yo sé que no llamarías a estas horas si no tuvieras una buena razón.
 
-La tengo: Andy, el amigo de Paula Reinoso, se acaba de cargar a Ángel Iglesias.
 
-¡Dios Santo! Eso se avisa, menos mal que no estaba de pie.
 
-¿Estabas ya acostada?
 
Teresa ignoró la pregunta
 
-¿Y qué necesitas de mí? Porque me imagino que para simplemente contármelo me habrías llamado mañana y no leas reproche en mis palabras.
 
-Y te imaginas bien. Mira Teresa, conozco a Andy y sé que estaba atravesando una profunda depresión desde la muerte de Paula. Desde la primera vez que lo vi estaba intentando encontrar un culpable, alguien sobre quien descargar su frustración e ira por la muerte de su amiga.
 
-Una amistad muy profunda y curiosa.
 
-Sí porque no había nada sexual entre ellos. Eran como hermanos, qué digo yo hermanos, como deberían ser los hermanos pero no son en la mayoría de los casos.
 
Fernando se plantó delante de él haciéndole gestos que señalaban a su teléfono móvil, indicándole que tenía una llamada urgente. Eusebio juntó las dos manos en forma de T pidiéndole tiempo.
 
-Teresa, no me puedo entretener mucho, Fernando tiene una llamada para mí y no hace falta ser adivino para saber que es Álvaro Castro. Necesito que vayas preparando un buen argumento basado en conocimientos empíricos para intentar que Andy no tenga que pasarse el resto de su vida en la cárcel.
 
-Eusebio, estás siendo totalmente parcial.
 
-Lo sé y me da igual, es mi último caso.
 
Un suspiro hondo precedió a la respuesta de Teresa:
 
-A pesar de que no le conozco personalmente con lo que me has contado y mi experiencia en juicios puedo preparar un caso provisional a la espera de poder entrevistarme con él en persona
 
-Si no me surgen imprevistos lo podrás hacer mañana. Muchas gracias Teresa.
 
-Para eso estamos Eusebio. Te llamo por la mañana cuando lo tenga listo.
 
-Si no te he llamado yo antes para confirmarte la hora de la entrevista. Un beso Teresa.
 
A Teresa le gustó esa despedida.
 
-Otro para ti Eusebio.
 
Eusebio miró interrogante a Fernando que había colgado ya el teléfono:
 
-¿Y bien?
 
-Al final no le dije que estabas aquí.
 
-¿Ah no?
 
-No.
 
-Pues gracias.
 
-No me las des, hubiera sido un marrón para mí.
 
Eusebio no quiso discutir más pero sabía que Fernando le había echado un gran cable.
 
Se apartó unos pasos en dirección a la verja dejando a Fernando gestionar la recogida de datos y muestras, al fin y al cabo, en teoría se suponía que él no estaba allí.
 
Tras rechazar la idea de llamar a Kimi directamente al móvil, marcó el número de Pablo, suponía que él siempre estaba pendiente del teléfono por la cuenta que le traía.
 
…Ring, ring, ring
 
-¿Si?
 
-Pablo, soy Eusebio.
 
-Dime, yo también iba a llamarte pero iba a dejarlo para mañana.
 
-Ahora me lo cuentas pero primero necesito que me hagas un favor.
 
-Lo que sea.
 
-Necesito que me pongas con Kimi urgentemente, sé que si la llamo al móvil no lo oirá.
 
-No estoy lejos del Born, voy andando hacia allí. ¿Sería demasiado pedir preguntarte por qué?
 
-No, te enterarás más pronto o más tarde y prefiero que lo hagas por mí pero no le digas tú nada a Kimi, quiero ser yo quien le dé la noticia.
 
-¿La noticia? Por supuesto, en cuanto llegue le paso el teléfono.
 
-Estoy en El Escorial, han asesinado a Ángel Iglesias.
 
-¡Hostia! Perdón. Me alegro.
 
-No debería decirlo pero yo también.
 
-Ya sabes que tus secretos están tan seguros conmigo como los míos contigo.
 
-Dentro de muy pocas horas dejará de ser un secreto.
 
-¿Y quieres darle la noticia personalmente a Kimi para alegrarla?
 
-Ojalá Pablo, la noticia que le tengo que dar a Kimi es que Andy fue encontrado en el lugar del suceso con el arma del crimen en la mano
 
-¡Hostia! Perdón.
 
-Deja de pedir perdón o de decir “hostia”, Pablo.
 
-Perdón, es decir, olvídalo. Uff, pobre Andy.
 
-Ya… Entre tú y yo, voy a intentar ayudarlo lo más posible pero no tiene muy buena pinta el asunto. En fin cosas más raras se han visto.
 
-Supongo…
 
-¿Y tu noticia?
 
-¿Estás sentado?
 
-No, pero no me hace falta, estoy curado de espanto.
 
-Ok. La partida de heroína adulterada que mató a Paula proviene de un alijo decomisado por la Guardia Civil que estaba siendo custodiado por la Policía Nacional.
 
-¿Y eso cómo lo sabes?
 
-Hay mucha gente que me debe favores.
 
-Para hacerte caso necesito más que tu declaración.
 
-Tendrás pruebas.
 
-Bien.
 
-Ya estoy llegando.
 
-Gracias Pablo, siempre un placer.
 
-Gracias a ti por partida doble.
 
Eusebio no podía perder tiempo para preguntarle porqué pero hizo una nota mental para no olvidarse:
 
-Te paso a Kimi, Eusebio.
 
-Gracias, te llamo mañana.
 
-Espero tu llamada.
 
-Hola Kimi…
 

© Mara Funes Rivas -  Mayo 2013

  1. #1

    JaviValencia

    Candente candente. Andy, pero que has hecho muchacho, si tu eres todo corazón. Has sido el autor, has sido complice.... que ha pasado?

    Muy interesantes estos dos capitulos, pero jolin, a esperar otra samana :-(

    XXX

  2. #2

    Lagarita

    ¡Que buenos capítulos!que intriga,¿habrá sido Andy inducido al asesinato.¿Tendrá Castro algo que ver con esa droga decomisada?
    Esto es para cavilar mucho,espero con ansia los próximos capítulos.

    Saludos:)

    Ana

  3. #3

    Mara Funes

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Tienen bien ritmo estos dos capítulos ¿verdad? Ay el bueno de Andy...

    XXX

    Mara
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  4. #4

    Mara Funes

    en respuesta a Lagarita
    Ver mensaje de Lagarita

    Parece que la cosa se complica para quien menos se lo merece ¿verdad? Menos mal que tiene buenos amigos...
    Besos,

    Mara
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  5. #5

    Anubis7

    Por fin ¡¡¡ he podido sacar un ratito para leer mis ansiados capitulos .. Estos estan que echan chispas. Fenomenal Mara. Muchas gracias y espero ansiosa "la cuarentena"...

  6. #6

    Mara Funes

    en respuesta a Anubis7
    Ver mensaje de Anubis7

    Ya están subidos los siguientes capítulos pero son más tranquilos, tiene que haber calma después de la tormenta... ;-)

    Mara
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