El Bosque

La Sala de Espera del Depósito: Capítulos 34 y 35

Resumen del capítulo anterior:

El Rubio le cuenta a Eusebio cómo se separaron Paula y él la primera vez. Ángel Iglesias le amenaza a través de Teresa.

 

34.

Teresa encendió la radio de su “máquina”, un Ford Fiesta de color rojo vibrante que inmediatamente conectaba con su teléfono móvil mediante el sistema bluetooth. Mientras atravesaba Madrid desde su despacho en la calle Arturo Soria hasta los alrededores de la Gran Vía, fue dirigiendo a la voz metálica que le ofrecía diferentes opciones hasta llegar a la lista de contactos. Con voz firme y decidida dijo: “Eusebio“ y a los pocos segundos se pudo escuchar el tono de llamada:
 
-Hola Teresa, qué alegría recibir una llamada amiga esta mañana- la voz de Eusebio sonaba abatida, Teresa nunca lo había escuchado así en sus casi ocho años de relación profesional.
 
-Hola Eusebio, a mí me alegra que reconozcas mi llamada- risita de Teresa acompañada de un amago de Eusebio. -Mira, voy en el coche hacia tu barrio.
 
 
-¿Y qué vas a hacer en el Barrio del Pilar?
 
-¡Ay no! Perdona, digo que voy hacia la Gran Vía. ¿Sigue todavía en pie tu oferta de los albariños?
 
-Sí- sin ocultar un suspiro -Hoy más que nunca. Me alegro de que te lo hayas pensado.
 
-No había nada que pensar Eusebio, es que entre que ayer tenía mucho lío y además no me encontraba bien…
 
-Eso no me lo dijiste, Teresa.
 
-Tampoco te creas que era muy consciente de ello, me he dado cuenta esta mañana cuando me he levantado con ganas de comerme el mundo.
 
-¿Y qué? ¿Se ha dejado?
 
-¿Se ha dejado qué?
 
-Que si se ha dejado comer el mundo, Teresa
 
-No, me he guardado el apetito para unas gambitas a la plancha regadas con manzanilla.
 
-Pues sí que hemos atravesado la península, desde los albariños hasta las manzanillas.
 
-¿Te importa? Es que tengo un antojo.
 
-¿Debo entenderlo literalmente?
 
Carcajadas sonoras por parte de los dos
 
-No hombre no, ya sabes que yo soy una monja.
 
-Pues será porque tú quieres…
 
A Teresa se le encogió el corazón durante unos segundos.
 
-Además tengo novedades para ti.
 
-A ver si me alegran el día porque llevo una mañana…
 
-Vaya, pues cuanto lo siento. No sé si te alegrarán pero creo que te darán una pieza más para tu puzzle. Por cierto, tu mala mañana no tendrá que ver con Álvaro Castro ¿verdad?
 
-No sabía que en la Facultad de Psicología os enseñaban brujería también.
 
-Me lo temía, el individuo éste ya ha movido los hilos…
 
-¿Qué dices, Teresa? No te oigo, te estoy perdiendo...
 
-Es que estoy entrando en el parking. ¿Me esperas en el Rincón de Huelva?
 
-Ahí nos vemos Teresa- Eusebio confió en que le hubieran llegado sus últimas palabras porque justo al terminar de pronunciarlas se corto la comunicación.
 
***
 
No hay zona de Madrid como las callejuelas que se esconden detrás de ambos lados de la Gran Vía para encontrar todo tipo de minúsculos locales que ofrecen comidas regionales o internacionales con honestidad y a buenos precios.
 
El Rincón de Huelva era uno de ellos. Pequeñito, como su propio nombre indica, nada más llegar te acogía con el blanco y el azul luminoso de sus paredes, y a través de sus fotos del Coto de Doñana y de sus kilométricas playas, te hacía sentir la brisa atlántica en la piel del rostro. 
 
Tenía un par de mesitas a la izquierda nada más traspasar la entrada, mesitas de madera con sillas de rafia pintadas en alegres rojos y verdes. Le seguía la barra en forma de quilla de barca de pesca y más allá un pequeño comedorcito con las mismas mesas y sillas pero esta vez vestidas de alegres manteles a cuadros blancos y azul marino.
 
Eusebio estaba acodado justo a la esquina del final de la barra, con una manzanilla ya frente a él y una tapa de fritura mixta. No pudo evitar sonreírse al localizar a Teresa buscándole entre los parroquianos y se sorprendió pensando que no entendía por qué esa mujer tan inteligente, y tan atractiva a su manera, estaba sola. 
 
Tras unas décimas de segundo se dio cuenta de que era precisamente por eso, porque una mujer tan inteligente y con un atractivo diferente al que se espera habitualmente en el sexo femenino suele provocar miedo en la mayoría de los hombres.
 
-¿Podías haberte escondido más?- con mohín de fingido enfado.
 
-Es que en la entrada había mucho jaleo ¿nos sentamos?
 
-Espera que voy a pedir algo que vengo sedienta
 
-Tranquila, todo controlado. Vamos a la mesa- y la dirigió a una de las mesitas del comedor donde ya les esperaba una cubitera con una botella de manzanilla de Sanlúcar al fresco de los hielos y una tapa de salmorejo con taquitos de jamón, chorro de aceite de oliva virgen y picos.
 
Ya sentados a la mesa y después de haber brindado con el frío líquido pajizo Teresa comenzó:
 
-Hoy ha venido Ángel Iglesias a mi despacho.
 
-¿A consulta?
 
-No- pausa para mojar un pico en el espeso salmorejo -A amenazarte.
 
Eusebio bajó la cabeza:
 
-Menudo cabrón… amenazar después de haber soltado la bomba.
 
-Álvaro Castro ya ha hablado contigo ¿verdad?
 
-Sí, me ha apartado del caso.
 
El abatimiento de Eusebio era evidente, Teresa jamás le había visto así.
 
-Tengo la amenaza grabada en cinta.
 
-Siempre has sido una chica lista.
 
-Le puedes denunciar.
 
-Ahora mismo no sería una buena idea.
 
-¿Por qué no? Le darías con un canto en los dientes al cretino de Álvaro.
 
Pausa provocada por la llegada de una fuente de gamba blanca a la plancha.
 
-Es posible que a medio o largo plazo consiguiera llevarme la revancha pero ahora me interesa el corto plazo y si le denuncio mañana por la mañana me envía a Tres Cantos.
 
-¿Y en qué consiste el corto plazo?
 
-He aceptado su propuesta de tomarme una semana de vacaciones.
 
-¡¿Qué has hecho qué?!!!- la imagen de Teresa con expresión de estupefacción en la cara, una gamba pelada en una mano y trozos de cáscara en la otra era decididamente cómica.
 
Eusebio no pudo evitar sonreír y Teresa al verle y darse cuenta de porqué estalló en carcajadas. Las risas rompieron la tensión y Eusebio continuó.
 
-Álvaro Castro, todo amabilidad, me dijo que tenía aspecto de cansado, que si no paraba podía acabar enfermo. Que el caso que tenía entremanos era un callejón sin salida y que no iba a conseguir nada removiendo historias íntimas ajenas. 
 
Rápidamente yo calculé que si me negaba él tenía maneras de averiguar si seguía con él o no, y que sin embargo, si me tomaba la semana de vacaciones que me ofrecía podía seguir yendo a tomar copas al Born y mantener una segunda charla con El Rubio.
 
Teresa asentía mientras se llevaba la copa de manzanilla a la boca.
 
-Así que oficialmente estoy de vacaciones pero esta tarde voy a leer más archivos de Paula y dependiendo de lo que me cuente llamaré a Kimi o a Miguel Reinoso.
 
-Hablas de ella como si estuviera viva.
 
-Hasta que no cierre el caso para mí lo está.
 
-¿Qué quieres decir con eso?
 
-Que siento como si me estuviera pidiendo que hiciera justicia- Una sombra nublaba su expresión de nuevo.
 
-Eusebio, por favor, párate a pensar lo que me acabas de decir, estás perdiendo tu objetividad.
 
-No la estoy perdiendo, hace tiempo que la he perdido, Teresa.
 
-Me preocupas, tú como persona y tu carrera.
 
-Gracias Teresa pero preocúpate sólo de mi persona, mi carrera está acabada.
 
-¿Estás loco Eusebio? ¿Por qué dices eso? A ver si te voy a tener que dar hora en la consulta.
 
-Estoy cansado Teresa, estoy cansado de coger chorizos de tres al cuarto y nunca coger a los que están arriba, estoy cansado de ver como explotan a niñas a través de anuncios en los periódicos y que nadie lo impide, estoy harto de que los de siempre se libren siempre.
 
-Es una época, una temporada nada más, te recuperarás. Tómate esa semana de vacaciones, vete a Galicia y ponte ciego a albariños, luego vuelves y denuncias a Ángel Iglesias.
 
-Gracias por lo que me dices pero no. He decidido averiguar lo que le ocurrió a Paula Reinoso oficial o extra-oficialmente. Después dejaré definitivamente el cuerpo y seguramente me vaya de Madrid.
 
A Teresa se le dispararon los latidos del corazón sin poder hacer nada por evitarlo.
 
-¿Y dónde vas a ir? ¿Y de qué vas a trabajar? ¿O es que piensas meterte a detective?
 
-El hermano pequeño de mi padre se quedó en Galicia, en Lugo. Allí tenemos unas hectáreas de viñedos que tienen mucho potencial. Voy a intentar hacer vino.
 
Teresa suspiró sin poder reprimirse.
 
-¿Estás bien, Teresa?
 
-Sí Eusebio, estoy bien.
 
-¿Nos pedimos otra botella de manzanilla con un poco de jamón?
 
-Venga.
 
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35.

 
De camino a casa no podía olvidar la cara de Teresa al oírle hablar de sus planes en Galicia. Hasta ese momento no se le había ocurrido que podía sentir algo por él que no fuera lo mismo que él sentía por ella, un profundo y entrañable afecto. Según iba pasando el tiempo necesario para llegar a su garaje, aparcar y subir a casa, su planteamiento hacia ella iba cambiando y no podía evitar recordar sus propios pensamientos de hacía menos de tres horas sobre el atractivo de la inteligencia de esa mujer.
 
Mas al llegar a casa y servirse una copa de mencía de su tierra gallega supo que no podría dar ningún paso adelante ni atrás en su vida hasta saber no sólo lo que le había ocurrido a Paula sino quién o quiénes eran los responsables de su declive y caída.
 

Cogió la bandeja con viandas y vino, y se instaló de nuevo en el otrora infrautilizado despacho. Encendió el ordenador y de la carpeta de Paula abrió el archivo “Bye, bye Paul”

 
Te escribo Pablo puesto que ignoras mis llamadas y mis mensajes.
 
¡Qué mala suerte haberte vuelto a encontrar! Por unos días creí que tenía alguna posibilidad de ser feliz pero me has confirmado que el macho de la especie humana es el animal más cobarde que habita este mundo.
 
Fui feliz en tus brazos y sé que tú también. Ambos sabemos que no lo hemos sido desde que nos separamos, yo con dieciséis y tú con dieciocho. Estaba dispuesta a dejarlo todo, mi marido, mi posición, mi casa, todo por empezar de nuevo contigo, pero cometí el error de decírtelo. 
 
Y no me vengas con historias de que tú no eres bueno para mí, que lo que yo me merezco tú no puedes dármelo, y ¿qué es eso que yo me merezco? Me conformo con que me des lo que le das a tu mujer.
 
¿Por qué eres incapaz de dejarlo todo por mí? Sé que me amas, lo vi en tus ojos cuando estabas dentro de mí, sé que esa mirada es mía, que ninguna otra mujer la ha visto. Pero la vida me ha enseñado a no esperar nada de quien se niega a darlo. 
 
Adiós Pablo. No te preocupes, no volverás a saber de mí si te apartas del Born, creo que eso no es demasiado pedir.
 
PD: Los trenes de la vida sólo paran una vez en cada estación. El nuestro paró dos veces. Ya hemos tenido el doble de oportunidades que el resto de los mortales y no lo hemos sabido aprovechar. Ya no habrá más.
 
“¿Por qué seremos tan cobardes los hombres?” se preguntaba Eusebio con rabia contenida. Esa mujer, ese pedazo de mujer le ofrecía a un hombre que indudablemente la amaba, dejarlo todo por él y él la rechazaba.
 
No, no le cuadraba, tenía que haber algo más, le faltaba alguna pieza.
 
Cogió el móvil que había colocado en la bandeja y escribió un sms a Kimi:
 
“Kimi, necesito hablar contigo y con Pablo, juntos o separados. No tengo problema de hora pero preferiría no retrasarlo. Eusebio”
 
Respuesta casi inmediata:
 
“n 1 hora nl Born tú y yo. Intntaré q vnga P. tmbn”
 
“¿Sin Andy?”
 
“Hoy libra”
 
“Ok”
 
Eusebio miró el reloj, eran las seis. Si se veían a las siete calculaba que tendrían una hora como mínimo para hablar hasta que llegaran los primeros clientes.
 
© Mara Funes Rivas -  Mayo 2013
  1. #1

    JaviValencia

    Ay ay ay con Teresa y Eusebio, parece que hay buen feeling y ayyyyyyy con Álvaro..... que intriga!!!

    XXX

  2. #2

    Mara Funes

    en respuesta a JaviValencia
    Ver mensaje de JaviValencia

    Personalidades curiosas y complejas las de Teresa y Eusebio, dan mucho de sí... y respecto a Álvaro, grrrr

    XXX

    Mara
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  3. #3

    Lagarita

    Estoy de acuerdo con Javi algo se cuece entre estos dos,pero cada vez veo más intriga en esto .Me han gustado los capítulos,parecia que yo estaba en "el rincón de Huelva" tal como lo describes hasta me olian las gambas.
    Espero las nuevas entregas para ver si deslio algo de lo que voy pensando.

    Saludos:)

    Ana

  4. #4

    Mara Funes

    en respuesta a Lagarita
    Ver mensaje de Lagarita

    Y qué buenas están las gambas de Huelva ¿verdad?

    Gracias Ana, saber que te meto hasta en la comida de los bares me da una gran confianza pero no olvides lavarte las manos después con limón que no veas el olor que dejan... ;-)))))

    Mara
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  5. #5

    Anubis7

    Gracias Mara. A esperar a la proxima semana otros interesantes capitulos. Besos

  6. #6

    Mara Funes

    en respuesta a Anubis7
    Ver mensaje de Anubis7

http://www.verema.com/blog/puck/

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