Hoy le ha llegado el turno a este Riscal, un reservita del año 1990. Tuvimos la botella en posición vertical 4 días, la cual presentaba una etiqueta un tanto amarillenta y algo deteriorada así como un nivel de líquido justo en la base de su cuello. Al descorcharlo con el abridor de tijeras se nos partió el tapón en dos (tintado en el 75% de su longitud). Al final lo sacamos sin problemas. Lo dejamos respirar por espacio de dos horas antes de proceder con su valoración a 18°C.

VISUAL: Presenta un color rojo picota de capa alta con un ribete de amplitud media en tonos ocre-atejados. Posee lágrimas densas, gruesas y lentas. Brutal su color para un vino con 30 años (96).

OLFATIVA: A copa parada emana fragancias de fruta en confitura así como frescas notas de montebajo mediterráneo. Al agitar el líquido encontramos especiados de clavo y nuez moscada, dulzones toques de vainilla y canela, herbáceos de té negro y recuerdos de flores marchitas. Al final una buena pátina terciaria, cuero viejo, desván, polvorilla, chocolate negro y hoja de tabaco habano. De la madera queda poco pero aún se insinúan apuntes de roble muy sutiles. Exquisito bouquet de intensidad media-alta (93).

GUSTATIVA: En boca presenta un buen ataque, acidez alta y taninos todavía presentes, bien esculpidos, confiriéndole una gran personalidad. Amplio, seco en su paso por boca y de tacto terroso, con mucho cuerpo. En retronasal proporciona aromas de arcilla húmeda y notas tostadas intensas. Post-gusto mineral en principio que poco a poco se torna frutoso con notas de guindas en licor y ciruelas pasas de mucha calidad. Carnoso, equilibrado y elegantísimo este Riscal. Con mucha vida por delante, con capacidad de mejora en los próximos 10 años sin duda. Poderoso y desafiante, pletórico de forma (94). Lástima que solo teníamos ésta porque lo hubiera comprado por cajas.

La RCP fue excelente pues conseguimos este delicioso néctar por 18 euros, increíble.

MARIDAJE: Nos lo ventilamos en tres tandas. Primero con un pulpo a la brasa, otro día con un arrocito hecho con un hueso de paletilla ibérica, longaniza cuencana, alcachofas, habas y garbanzos y nos la terminamos con unos suculentos bistecs al romero. Espectacular en cada uno de los maridajes, pero la mención especial es para la combinación con ese arroz, intensos sabores cárnicos y vegetales en absoluta armonía con las notas minerales y tostadas de nuestro reserva, deliciosa sinergia. Otra vez nos deleitamos con estas joyas viejunas que aguantan el paso de tiempo mejor que nosotros, mil veces !! Y que vivan los viejunos!!!

Salud-os!!