Porque es un vino que sigue los parámetros clásicos riojanos, pero con un toque moderno y elegante.

Su color es más intenso, con más capa, pero mantiene una gran carga frutal en nariz, con fruta roja madura y luego evoluciona a compotada, balsámicos, toques de coco y vainilla, regaliz, madera fina, tostados, vainilla, especias, cuero, sotobosque, algo de guinda en licor, calidez, pero con un contrapunto de frescura de los balsámicos. La fruta, a pesar de ser una nariz tan compleja, manda en el conjunto. Me gusta ;-)

En boca es corpulento, sedoso, voluminoso, con una acidez de libro, con taninos presentes que se redondearán, pero que no molestan en absoluto. Fruta, especias, guinda en licor, pimienta jamaicana, tostados, vainilla, coco, balsámicos refrescantes, flores, mineralidad... Es laaaaaaargo, muy largo y potente. La fruta es la gran protagonista. Aunque el disfrute es el que gana con este vino.

Un vino que está muy joven, pero está para disfrutar ya y parece que tiene un futuro muy prometedor. Estaremos atentos, porque con ese precio...

Color picota, menisco granate violáceo, capa media, limpio, brillante, lágrima fina y poco tintada.
En nariz hay buena intensidad de frutos rojos maduros, notables especias (vainilla y clavo), también buenos tostados y balsámicos, todo ello bien equilibrado.
En boca tiene cuerpo medio, de trago largo, notable presencia de fruta negra madura, una acidez presente con taninos maduros, es elegante. Buena persistencia.

Un vino que aún ganará presencia en los próximos años.

Vamos a catar este reserva de la emblemática bodega de Marqués de Riscal. Nos lo trajeron unos amigos que invitamos a comer en casa. Abrimos la botella una hora antes de su cata que realizamos a 17°C:

VISUAL: Se nos presenta con un color rojo picota de capa media con el ribete burdeos. De lágrima abundante, fina y transparente (90).

OLFATIVA: En nariz y a copa parada tiene una intensidad alta, con notas de fruta roja en sazón y mermelada de ciruelas. Al agitar encontramos apuntes de chuches de fresa, herbáceos de estragón y laurel, especiados de pimienta negra y unos delicados terciarios de cuero ruso y caja de puros. Al final aparece un delicioso aroma avainillado al que interrumpe con más intensidad un recuerdo de pimientos asados al horno. Nariz con mucho que decir, compleja y de una intensidad brutal (93).

GUSTATIVA: En boca tiene un buen ataque, amplio, carnoso y con los taninos aún marcados. De acidez descomunal, presenta una sobria estructura, un vino con mucho camino por delante sin duda. En retronasal aparece un recuerdo floral de rosas rojas y un toque balsámico de eucalipto y menta. De persistencia alta, casi tres minutos y medio. Estamos ante un vino de los buenos, un reserva con 5 o 10 años por delante para que se redondee por completo. A un precio de 14 euros... para comprar y guardar. Por supuesto que ahora mismo está sensacional, pero es todavía un chaval (92).

Con ese precio y esa calidad la RCP es excelente por supuesto.

Acompañamos este vino con un arroz caldoso de pollo y costilla sabrosísimo, como una paella pero cladosa. La potencia del guiso necesitaba de un vino como éste capaz de competir en igualdad de intensidad. Y vaya si lo hizo, sobradito... Otra maravillosa comida entre amigos compartiendo un buen vino. Que siga la fiesta...

Me parece un buen vino, cierto equilibrio entre fruta y madera (quizás predomine esta última, roble americano de libro).
Sale ahora a la venta, pero parece ya en buen momento para consumo.
Color granate de capa media-baja.
Aromas a fruta roja, con predominio de vainillas y tostados.
En boca taninos pulidos, agradables.

Nueva hornada de este Reserva de Marqués de Riscal, y a mí me sigue resultando un tinto convincente. La elaboración quizá se acerque más a un estilo moderno por el grado alcohólico (14º puede que sean demasiados), la capa o la presencia de maderas nuevas que sin embargo no atosigan ni camuflan la fruta. El resto del conjunto me gusta; la nariz delata su lugar de procedencia y es relativamente compleja pese a su juventud, posee una notable acidez y el paso aunque vigoroso también es elegante. Se bebe muy bien y eso al final es lo que importa.
Veremos qué tal va evolucionando en los próximos años, ignoro si envejecerá tan bien como los clásicos, pero habrá que comprobarlo por nosotros mismos. En cualquier caso, la conclusión que saco es que independientemente del perfil que nos guste, en España me salen quince o veinte referencias que siempre han cumplido y continúan haciéndolo. Vinos además en torno a los 15 ó 20€.