Rojo moratoso de capa media, con ribete brillante. En nariz muestra cierta complejidad con notas de fruta negra madura, monte bajo, notas balsámicas, ligeros ahumados. En boca tiene buena estructura, vinoso, con el alcohol bien integrado y el retrogusto es frutal, con algún recuerdo floral y ligeros tostados. Un vino con un coupage de diversas variedades (foráneas y autóctonas) con el sello de Ignacio de Miguel.

Picota granatoso de capa media alta. Nariz intensa, extraída, madura, con notable peso de fruta, algo de monte bajo y toques de azúcar quemado. En boca tiene buen ataque, con bastante cuerpo, buenos amargos, bien de acidez, resulta largo e intenso, con uno taninos dulces y bien integrados.

9,20.
Picota con menisco ligeramente morado, media intensidad, limpio y brillante. Nariz de intensidad alta y con una buena complejidad. Aparecen en un primer plano las notas terrosas y arcillosas junto a una ciruela madura. Tras esto encontramos una sensación dulce, pastelería, coco, vainilla y lácteos. Más tarde la fruta aparece como frutos del bosque y, junto a esto, también encontramos maderas y tostados. Todo ello envuelto en una sensación de calidez. En boca es de entrada amable, paso con la frescura adecuada, sin aristas, tanino pulido, la cremosidad que muestra llena la boca, ligeramente amargo, muestra calidez, frutalidad, bombón de cerezas en licor, vainilla, tostados y cacao. El final es bueno, cremoso, amable y ligeramente amargo.
Interesante el toque mineral, la elegancia y la cremosidad que muestra.
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