Enamora, desde la caja en la que va la bonita botella, como el vino en sí.
Corcho pequeño y achaparrado (tipo tonel) en perfectas condiciones. La botella tiene un tapón de rosca, como los perfumes.
El vino tiene un color cereza picota muy intenso, casi negro. El ribete es rojizo y la capa es alta.
Los aromas son muy profundos y nítidos a bayas negras: grosella negra, ciruela negra, más adelante sigue el regaliz...pero la fruta es persistente y de excelente calidad, como si fuera un perfume.
En boca es muy agradable, goloso, sabroso, frutal.
Por el precio que tiene, unos 25 euros, me parece que es un vino para regalar y/o abrir en ciertas ocasiones. No creo que sea un vino para guardar mucho tiempo.

Al fin la hemos abierto, y bueno, no está mal, siempre esperas más de un vino con un lanzamiento y una presentación tan sofisticada, y casi siempre encuentras menos.

La presentación está, como todos sabemos, muy cuidada, tapón de plástico de rosca que protege un corcho bastante mediocre, supongo que el diseño del cuello de la botella no da para más calidad.

Gran contenido de datos sobre los viñedos, elaboraciones, tipos aromáticos, pero....no dice que uva o uvas son las elaboradas.

Nariz profunda, buenos aromas de frutos negros bien maduros, buenos tostados, muy sanguíneo, algún torrefacto, bien la madera.

En boca está pulido, bien domados los taninos, si alguna vez los tuvo, aunque carece de largura.

Botella de guarda a parte ya que no congenia con el diseño clásico del resto del botellero, y en la mesa es incomoda de servir.

Un buen vino, del que se espera algo más y que siempre queda bien en la mesa, por hacerse con el centro de intención por la vista más que por otra cosa.