No se puede hablar de este vino sin hacer mención a la atención que le han brindado a su presentación, encargando el diseño tanto de la botella como de la etiqueta al enfant terrible del diseño español: David Delfin.
Dentro de la estética rompedora con la línea habitual en el vino, al menos en España, David Delfín se toma al pie de la letra el nombre del vino y crea una botella con claras reminiscencias a la que contiene uno de los perfumes más famosos y caros del mundo, de marca francesa y por todos conocido. Sólo un pero, su forma rectangular dificultaría su guarda y reposo en vinoteca.
Pero centrémonos en lo que nos ocupa aquí.
La nariz es intensa y expresiva, con mantos de fruta roja y negra intercalándose a modo de milhojas, salpicados de pimienta negra y aromatizado con penetrantes balsámicos.
Tamaña intensidad olfativa no se traslada a la boca que nos saluda con un contacto aterciopelado, ligero y suave, en el que destaca la fruta roja. Muy envolvente pero con la necesaria acidez para que no se haga pesado.
Un vino creado para hacer disfrutar con todos los sentidos, algo que sobre todo consigue aromáticamente, pero sin duda es un vino de calidad.
Picota con ribete granate de buena capa y muy glicérico.
Nariz de media intensidad, elegancia e integración, fruta roja madura, especidos, ligeras notas a canela y vainilla dando cierta golosidad al conjunto todo ello sobre un fondo balsámico muy refrescante.
En boca es elegante y muy fino, marcada presencia de fruta con la madera muy bien integrada, muy buena acidez que vertebra todo el paso, tanino presente pero muy fino.
Elegancia en estado puro
Como ya se ha señalado interesante y curioso diseño de la caja, botella y etiqueta emulando un perfume, desde luego no deja indiferente y da muchas ganas de abrir el conjunto.
La nariz aún tras aireación se mostró algo tímida, asoma fruta roja, sensaciones licorosas, balsámicos muy frescos, recuerdos especiados y claras notas de café. Fresca y compleja.
En boca tiene una entrada sedosa, muy buena acidez que refresca, tanino marcado muy vivo, seco, elegante, fino, con buena estructura y un esqueleto que garantiza buen futuro. Final de muy buena longitud y sensación de haber bebido un muy gran vino.
Color picota de capa alta y ribete violeta.
Nariz de buena intensidad, fruta roja de corte licoroso. Balsámicos y especiados de regaliz y anís dulce junto a un punto de cuero, quizá algo tímido. Con algo de aire va desplegando y asentando los aromas anteriores.
Boca suave, acidez notable junto a un punto picante de pimienta. Cuerpo frutal una vez más, licorosa. Final cálido.
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