Lo abrí tres cuartos de hora antes del primer contacto.
Lo primero que me sorprendió fue su oscuro color, casi negro, prácticamente opaco. Al mirar su densa, brillante y cubriente capa, a mi mente vino la imagen de una tela, no más bien de una piel, negra y lustrosa.
Cuando me empapé de su primer aroma, me envolvió una fuerte fruta negra, de tan madura casi compotada. Más tarde se hizo paso el bosque, las ramas, las hojas, los arbustos.
Con respeto, me decidí a probarlo y me golpeó su vigor, su potencia, su fuerte musculatura.
Y entonces lo vi, era un caballo, un caballo negro, galopando, primero desbocado, salvaje, pero según iban pasando las horas, se iba domesticando, iba admitiendo la doma del oxígeno, mas no del todo, no se entregaba completamente. Marcaba a su raza, su pureza, su casta.
Tras veinticuatro horas, el caballo me reconoció, me permitió cabalgarlo, pero en ningún momento renunció a su carácter.
Volví a olerlo y aparecieron las especias, y entre ellas, la pimienta negra.
Es un vino hermoso pero difícil, no apto para aquellos que gustan de un viaje tranquilo al trote.

Rojo picota brillante de capa alta, en la copa muyoglicérica. Esta Mencia es realmente un puro espectáculo, tiene una intensidad alta, predomina la fruta madura, los minerales y los toques de madera muy bien integrados con la fruta. En boca se muestra bastante intenso, carnoso, poderoso, tiene buena acidez y los taninos marcados, algo de cacao, notas balsámicas, recuerdo lácteo. Un vino realmente espectacular tendremos que seguir su evolución, quizás el precio pueda parecer algo alto pero en este tipo de vino con producción pequeña puede que esté justificado.

En muchas ocasiones me he dado por derrotado, pensé que la humanidad perdió, fue un valor de otra época, y yo quería y deseaba caer con ella. Quizás pudiera defenderla con otras vivencias, conociendo a otras personas, viviendo otras experiencias; pero son muchas las veces que me he querido dar por vencido.
Afortunadamente, la divina providencia siempre nos presenta eventos y situaciones como probar Demencia. Sé que el vino es bueno, muy bueno. Pero hay algo que me transporta a otro sitio, otra época, otros valores, otra realidad. GRACIAS.

Pues sigo con los mencías este fín de semana me ha picado el gusanillo y quería comparar las dos añadas que hay en el mercado de este magnífico vino.

Color bastante cerrado, copa tintada y lágrima muy densa.

En nariz es potente, se le perciben algunas notas de la barrica, pero quedan en el fondo meciendo al conjunto, aún primario, que es el vino. Mucha fruta roja, mineralidad a raudales y leves notas especiadas son las que definen a este vino tan personal.

En boca el vino es igualmente potente, aún presenta aristas, pero nada que moleste ni pueda solucionar el paso del tiempo, taninos muy maduros que le aportan dulzor y una acidez característica de la zona y de la mencía que compensa el alcohol, conjuntándose magníficamente. Esta añada será grande en este vino, eso sí, habrá que ser algo más paciente que con la 2006.

Al igual que su predecesor, Demencia 2006, encuentro un vino potente, de gran concentración y con una necesidad de respirar muy por encima de lo habitual.

En este caso me ha sorprendido la notoriedad de la fruta, aun falto de botella, sobre la crianza y sus matices.

Indudablemente se trata de un vino de altas prestaciones, que aun estando esplendido en estos momentos seguirá creciendo como lo ha hecho su hermano el 2006.

Pese a que fue decantado con casi una hora de antelación y tras un buen rato dándole meneos a la copa dejamos de buscar nada en el vino. Otro claro ejemplo de gran promesa, pero veremos qué es lo que pasa con el paso del tiempo. Desde luego tiene toda la pinta de que va a ser grande, muy grande, pero ya lo veremos dentro de al menos un año. Por ahora solo aparecen notas muy elegantes de la aportación de la barrica, pero se vislumbran algunas notas frutales muy frescas y una muy buena acidez.

Desde luego, tendremos que comprar unas botellas y guardarlas unos años para ver si estoy equivocado…..