Este vino es conocido como el 'Grange de los pobres' por la simple razón de que pasa por barricas que antes maduraron al Grange. Pero la fruta no es la misma. Y por lo que sé, el estilo mucho menos.
Poco importa. De la línea Bin de Penfolds, éste es el vino premium, el buque insignia. Y por lo menos en las pocas añadas que yo lo he probado, lleva muy en alto el estandarte de la casa.
Estamos ante un vino muy concentrado, muy maduro pero nunca obvio y por lo mismo complejo, con mucha cereza, fresas silvestres, frambuesas, chocolate, laurel y otras hierbas y un cierto acabado a oporto que le da un toque exótico. Alguna nota a refresco de cola complica por ahí las cosas. En boca es amplio, generoso, de recorrido terso, sin aristas ni cambios de textura y con una carga tánica prominente e integrada. El retronasal expresa toda la fruta del vino, y su final, sabrosamente tánico y largo, pide a gritos dejarlo unos añitos más. Para repetir. Lo tomamos con un corte rib-eye de ganado Angus de EEUU, y le ha ido de p-e-l-o-s. 45 CHF en Zurich, unos 30 euros.