Comprado en el super.
VISUAL: Amarillo pajizo de intensidad media-baja.
OLFATIVA: Aroma de intensidad justa, con recuerdos de fruta bien madura.
GUSTATIVA: En boca es de cuerpo medio, con acidez correcta, buena intensidad frutal y un final notable. Tiene un estilo que apunta claramente al clasicismo.

Casi un año después, este vino ha mejorado. Vamos a tener que creer a los vinateros de Rueda, que dicen que estan mejor de una cosecha para otra.
En nariz siguen las flores, la piña, las hierbas y los cítricos.
En boca es donde se encuentra la mejoría más notable, esta más equilibrado y la acidez se ha controlado y está en su justa medida, siguen los recuerdos de la nariz y tiene un final con mucha persistencia.

Color amarillo claro.
Aroma de buena intensidad a frutos tropicales, amarillos y blancos, toques de flores, hierbas, cítricos y vegetales.
En boca es untuoso, paso de boca bien equilibrado y con buenos recuerdos frutales y florales, final persistente.
Esta bastante bien por los 6 € que cuesta.

Vuelto a probar dicho vino, esta vez con la ayuda del prestigioso riojano Manuel Ruiz, destacar los matices en sensaciones en boca con los que nos ilustró, los cuales no eran muy positivos.
Mejor en nariz que en boca

Visual: Amarillo pajizo verdoso con borde aceitoso, lágrima marcada, limpio y brillante
Nariz: Intensidad alta, notas tropicales de piña y mango, boj y al principio aunque enseguida desaparece, pis de gato.
Boca: Buena acidez y de volumen amplio
Vino fácil de beber.

Amarillo pajizo con irisaciones verdosas.
Heno fresco, piña madura con buena intensidad.
Buena estructura, con sensacioens frutales, carnoso y orrecta duración en boca.