Opiniones de Alenza
OPINIONES
6

Rojo cereza de capa alta con ribete teja. Una hora de decantación. Maravillosa nariz, especiada, de bosque umbrío con grosellas y moras, vegetales humeantes, pimienta, lentisco, tierra de maceta, matas aromáticas ( Lentisco ). La frutilla silvestre siempre esta latente, emociona con sus rasgos raciales de monte. Hay regaliz, cacao, menta, after eight, pero todo muy bien integrado. En boca es sabroso, con fruta del bosque en confitura, deliciosos taninos dulces que llevan al vino en volandas por toda la evolución con una acidez perfecta y que termina en un posgusto tostadito y lleno de sapidez, persistencia y emoción frutal, condensado, preciso, frutal maduro y con unos taninos dulces que son una maravilla.  Por retronasal salen pinceladas de notitas cárnicas muy nobles. Nunca puede pensar que este vino me iba a proporcionar estas sensaciones, creo que he catado otras añadas y tenían un perfil más basado en la barrica y sus tostados. Me da la sensación por sus toques especiados y vegetales que debe de llevar cierto coupage de Cabernet y Merlot, pero es para quitarse el sombrero. La mayor sorpresa del año, jamás lo puede imaginar. Un vino con raza, tierra, uva, campo y concepción. Yo solo le veo mejoría en botella, ante mi preocupación de que tan solo me quedan 3 botellas de este emotivo vino, en mi querida y vieja bodeguita ya en traslado imaginario. La próxima vez que esté cazando en este invierno, entre zarzas y matorrales, después de haber llovido y con la hojarasca típica en el suelo, seguro que me acordaré de este vino. Pido a Dios a me de la posibilidad de ello y a la vez Le agradezco que ya lo haya hecho.

Rojo cereza, casi picota, con un ribete granate. No parece un vino del 96.
Aromas complejos, por un lado salen los terciarios (maderas, cueros, tabaco, cacaos) y por otro los primarios (hay fruta roja presente) y los secundarios (especias, balsámicos). Magnífica nariz, compleja y muy elegante.
En boca está muy equilibrado. Esta en un gran momento, en su plenitud. Suave, elegante y persistente, un ejemplo de vino bien hecho y en su mejor momento. Alejandro Fernández es uno de los “magos” del tempranillo – roble americano y sus vinos de alta gama como éste son un ejemplo de ello. Además envejecen muy bien. ¡Que pena que cada vez haya menos vinos como éste en España! Para tomar ahora, no guardar más.

O debo ser un pésimo catador, o de plano probé otro vino. Porque si me lo hubieran dado a ciegas y con apenas un minuto para catarlo, hubiera creído que era un burdeos, un St. Estephe en específico, de una añada mediana.
Nariz terciaria al principio, de buena intensidad, con toques de cuero, maderas, algo de humedad y bosque húmedo. El aire le da un firme carácter mineral de grafito, carbón vegetal, pimienta quebrada, y notas austeras de la fruta en medio de chocolate de leche, capuccino y algo de tostados. Requiere una buena aireación; también en el paladar demanda paciencia. Poco a poco se va acoplando en un recorrido potente pero elegante, con abundante fruta roja y berries que nunca reboza de madurez y va sostenida de buena acidez y tanicidad madura pero ligeramente áspera. Hay tonos achocolatados con algo de especias y la crianza bien ensamblada. Acaso el final es un tanto cuanto tosco y falto de dimensión... y es aquí donde uno se da cuenta que no es un St.Estephe.

Cereza de buena capa y ribete granate oscuro. Nariz rica y terciaria, con aromas de fruta pequeña del bosque madura, sobre matices tostados y especiados ( pimienta, comino, clavo ). También hay de la serie vegetal – balsámica, hojarasca, tierra de maceta, sotobosque verde, caja de puros y animal ( un toquecito leve de carne asada ). En boca es rico, ensamblado, redondo, de buen paso y frutosidad madura, taninos dulces y perfectamente ensamblados con una buena acidez, pero que mantienen una buena estructura tanica - frutal. Retronasal donde se perciben sensaciones cueros y tabaco, al igual que en el posgusto donde se queda también un buen recuerdo frutal.

Bonito color picota, capa alta con menisco teja-anaranjado.
En nariz sorprende por sus aromas a frutos negros, tostados y vainillas, carne y minerales.
En boca se muestra potente, con cuerpo y estructura. Largo y con un postugsto elegante. Buena tanicidad.
Acompañó perfectamente a un solomillo de ternera de Morucha a la plancha.

Color picota bastante oscuro con borde anaranjado.
Aroma potente, complejo y elegante a frutos rojos maduros, buenos tostados de la madera, especias (pimienta y vainilla), vegetales y pasteleria, toques minerales, muy bien en nariz.
En boca es potente, poero tiene un paso de boca demasiado agresivo, incluso después de dos horas abierto, se le nota con mucho cuerpo, taninos muy vigoroso, final largo y un poco astringente. Mucho mejor en nariz que en boca, donde mejorará con el tiempo en botella. Cuesta sobre 50 €. El corcho un 8. Peor que el 95, esta cata fué hecha en el año 2001, ahora estará mucho mejor.

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar