Grandísimo Champagne, de potente estructura, carnoso y apabullante. Excelente y personal interpretación del millesimé 1996; ofrece un color oro oscuro, atractiva vinosidad y burbuja escasa pero de continua formación.

Tras la decantación, un aroma a manzana asada y desván viejo inunda el ambiente. Bouquet de gran intensidad; fruta blanca madura, casi pasada, compota, maderas discretas, mantequilla y tostados. Mucha miel, neroli, flores secas. Impresionante paleta aromática.

Acidez vertebral que organiza el resto de los sabores, perfectamente ensamblados y equilibrados formando una sensación sápida monolítica pero de gran complejidad, que a medida que se bebe se va desgranando. Cremoso y con un toque amargo final. Finura y desparpajo conciliados en el mismo caldo.

Un Champagne especial, diferente, con cierta dificultad de maridaje (opté por beberlo solo)y con una excelente relación calidad precio si tenemos en cuenta que es perfectamente comparable en origen, elaboración y placer a cualquier cuvee de prestigio de la Champagne.

Amarillo dorado.

Poca burbuja ya. Carbónico integrado.

Aromas intensos a miel, mandarina, higo. Nariz muy dulzona.

En boca es potente, con acidez pero no en demasía. Prima su caracter dulzón, aunque sea seco. Probablemente esté en su culmen de evolución aunque tal vez se mantenga así una temporada

Color amarillo dorado medio, con múltiples burbujas sin formar rosario y corona. Media intensidad en nariz con dosis de carbónico, fruta blanca madura ( manzana golden asada – plátano pasado ), apuntes de pastelería con fruta, flores blancas, leves recuerdos de piel de naranja, toques melosos y leves sensaciones de reducción ( almendras crudas ). En boca tiene un carbónico en su desplazamiento activo, incipientemente cremoso, intensa retronasal con aromas de reducción, miel de acacia, cítricos y fruta blanca muy madura ( manzanas verdes ) aspectos que también aparecen en el paso de boca. Posgusto de similares características y muy persistente, con buena acidez y vigor carbónico por integrar. Mejorará con dos o tres años en botella, hoy en día se muestra muy activo, con nariz de buenos atributos aún por ensamblar y necesitado de algo más de integración - fundición en boca. Rico y refrescante gracias a una magnifica y frutal acidez.

Color dorado con burbuja fina. Nariz sutil llenas de aromas a manzana fresca, ahumados, mantequillas y flores. En boca es una delicia; agradable, sutil, fresco para tener ocho años y muy largo. Exquisito. No lo puntúo por no estar en las mejores condiciones de cata. Gracias a la Peña Bilbao por el detallazo