El amarillo marcadamente dorado con destellos cobrizos nos evoca ya expresividad, cierto cuerpo, volumen.... y es lo que nos encontramos.
Ni más ni menos.
Un champagne con toque sutilmente vinoso, paladeable pero sin perder frescura con "elcarbónicobienintegrado" (qué aburrimiento de frase)...
Bien, bien. Para beber y beber, con todo tipo de alimentos... o sin ellos. La grandeza de un buen champagne.
Calidad.
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