Un vino muy especial, para Mallorca, para el Celler Miquel Gelabert y también para nuestra familia.
Muy especial para Mallorca ya que se elaboró ​​con un 60% de la uva afectada por el ataque de la podredumbre noble (botrytis cinerea), uva sobremadurada de las variedades riesling (50%), chardonnay (45%) y moscatel (5%) ), las condiciones climatológicas de nuestra isla no son las ideales para el desarrollo de esta podredumbre, una auténtica rareza.
Muy especial para la familia Gelabert ya que es complicado que se dé la podredumbre noble en Mallorca y tampoco es fácil tener la intuición y la paciencia para gestionarlo. Además es un vino elaborado en honor a la primera nieta de la casa, evidentemente se llama Martina y nació en 2012. Y para acabar de redondear la situación, éste es un vino solidario, un euro de la venta de cada una de las botellas se destinó a la Fundación Kirira que se dedica a luchar contra la mutilación genital femenina. Miquel Gelabert dice que es su más preciado tesoro, puedo dar fe, cada vez que he ido a comprarle una botella le he tenido que justificar el por qué.
El por qué de mi debilidad por este vino es que está buenísimo, cada vez que lo he bebido me ha hechizado. Pero además, Martina es el nombre de nuestra única hija que nació en 2013, muchas casualidades que hacen que en nuestra familia este vino se considere especial. Aparte de la bodega creo que somos las personas que más botellas tiene en el mundo, poco a poco las iremos abriendo, cada día es una celebración pero hay días especiales en los que abrir este tipo de botellas se convierte en un plus emocional reseñable, las disfrutaremos seguro tanto como gozamos ésta en el día de la primera comunión de Martina.
Color gutagamba con el ribete de cobre, limpio y brillante.
En nariz es muy aromático pero destaca más por su complejidad que por su exuberancia, frutas blancas y amarillas sazonadas, níspero, calabazate, naranja confitada, membrillo y configura de albaricoque "galta roja", un punto cítrico y floral, aromas de dama de noche, un aroma penetrante pero suave y elegante a la vez; en otro plano aparecen aromas de resina, miel y manzanilla.
En boca es muy denso y glicérico, hay concentración pero también elegancia, goloso pero fresco, muestra un gran equilibrio en este sentido, deliciosamente amargo, pegajoso, recorre toda la boca y se muestra persistente, de inicio se ubica en la base de la lengua, luego pasa a los laterales mostrando una acidez interesante y termina en la punta de la lengua de forma impactante reflejando la salinidad del suelo calcáreo y el "embat" mediterráneo.