Y este es el segundo vino que nos pedimos en una cena en el restaurante La Suculenta con mi jefe ecuatoriano. Un vino elaborado por el Master of Wine, Norrel Robertson (el escocés volante) en la D.O. Calatayud y que ya probamos en su alada 2017. Nos lo sacaron a unos 16°C de su vinoteca y esperamos unos 15 minutos antes de proceder con su valoración.

VISUAL: De color rojo picota, de capa media-alta y con un luminoso ribete rubí, muy brillante. Su lágrima es densa, de grosor medio, bastante abundante y ligeramente tintada (90).

OLFATIVA: En primer término encontramos intensos aromas de fruta acompotada, mermelada de moras, chuches de fresa y algo de fruta fresca, arándano negro y picotas. Agitamos y enseguida aparecen unos delicados especiados de pimienta negra con un toquecito de fenogreco, acompañados por herbáceos de montebajo muy claros (romero). Después emana notas más empireumáticas, ahumados y tostados de exquisita elegancia, con algún puntito a chocolate negro y también a tabaco habano. Exquisita complejidad con una intensidad media (91).

GUSTATIVA: Buen punch, con pegada, de alta acidez y con los taninos muy presentes de entrada para irse dulcificando sorbo tras sorbo. Paso por boca carnosito, sabroso y muy amplio, con un retronasal que nos trae recuerdos herbáceos y balsámicos. Post-gusto poderoso, con la fruta como protagonista de inicio, pero con apuntes tostados y balsámicos que van cogiendo el relevo durante la valoración. Al final intuimos una cierta mineralidad (tinta china) que le aporta carácter junto con esos taninos tan bien integrados y un sutil y delicioso puntito licoroso. Nos dio una persistencia de casi 4 minutos, una mala bestia... La añada 2017 que disfrutamos en Agosto 2020, quizás estuvo un poco por encima de esta 2018, pero seguimos estando ante un vinazo sobresaliente, corpulento y señorial (92).

La RCP la considero excelente pues en tiendas cuesta un poco más de 10 euros.

MARIDAJE: Acompañó varios platos: Unas croquetas de rabo de toro y parmesano, una tartar de ternera con manteca, y una careta de cerdo dos cocciones con salsa barbacoa, apio, cebolla tierna y queso feta. Un disfrute tremendo con cada plato pero nos quedamos con el maridaje con el "morro", sabores grasos y ahumados perfectamente armonizados con el marcado carácter tostado y mineral de nuestro vinazo... uuffff... qué gozada amigos!!

Salud-os!!