F. Visual: Botella troncocónica bastante pesada (no acabo de entender para qué tanto vidrio – contaminación). Corcho bastante largo pero un poco blando, ya que aunque no parece estar mal, se ha roto al salir. Color picota de capa media. Limpio y brillante. Muy glicérico. Lágrima abundante de tamaño grueso que apenas tiñe la copa.
F. Olfativa: Aroma atractivo y complejo. A copa parada violeta, balsámicos, un punto de alcohol, fruta a roja y pimienta. Después salen los secundarios (lácteos, canela, vainilla…) y algunos terciarios como el tabaco y la madera muy fina.
F. Gustativa: Entrada fácil un poco ligera. Acidez y alcohol presentes. Vino suave. Sin aristas. Taninos muy pulidos. Dulce y a la vez salino. Vino de trago largo, se bebe muy fácil.

Color rojo picota oscuro con ribete violáceo y capa media alta. Aparece precipitació de bitartratos en el fondo de la copa y algo en el corcho. Lagrima fina que desciende lenta, glicérica pero sin teñir la copa. Aspecto de lo más juvenil, desde luego.

Nariz intensa, con cierta complejidad y muy golosa. De entrada y sobre un fondo balsámico, aparece mucha fruta roja y negra maduras, esos especiados de la Shiraz (pimienta negra), ligero toque lácteo (yogurt de fresa). Al poco de remover aparece la caja de puros y se percibe un cierto atisbo mineral, aparecen más especias, vainilla, canela y también tonos mentolados.

En boca entra potente, goloso, con una buena acidez (sorprendente, viniendo de donde viene) que hace salivar y un tanino aún presente pero que lejos de molestar le aporta personalidad. Encuentro que hay un buen equilibrio en conjunto (acidez, tanino, golosidad). Al final el recuerdo balsámico y frutal es intenso, sobretodo este último. Buena persistencia.

En definitiva un vino sorprendente por ser de la zona que es y por la calidad que atesora. Intentaremos seguirle la pista.

Vino encerrado en una botella bordelesa de calidad y vestido con una sencilla, pero no por eso menos elegante. Botella nº10.624. Discreto corcho que está muy tintado e irregularmente, con muchos poros y con pequeños cristales de bitartratos.
Encuentro el vino de color rojo picota con una capa media-alta, limpio, brillante, lágrima fina y densa que se desliza con lentitud por la copa y tintándola. Menisco granatoso y con algunas notas violáceas.
En nariz descubro frutos rojos y negros del bosque muy maduros. Muy balsámico, algo de pimienta negra, mucho eucalipto, madera de su crianza integrada. Notas de confitura de frutas negras pasas, vainillas y licoroso.
En boca es un vino complejo, extraño. Nunca había tomado un vino así. En boca es muy licoroso, muy mineral, fino, seco, taninos por domar, madera de su crianza integrándose. Notas de vainilla de su crianza, caramelos de violeta. Acidez presente, te ensaliva mucho la boca, pero no por ello vivirá mucho, 4 0 5 años. Ciruelas pasas en licor de brandy. Monte bajo muy presente. Paso de boca correcto, pero no invita beber. Muchas notas salinas. Eso sí es largo. Me da una permanencia en boca de 3,00 minutos.
Viendo las notas y puntuaciones de cata de los participantes, me pregunto si yo he probado el mismo vino.

Color rojo picota de capa media-alta, brillante con lagrima abundante y fina
En nariz aparecen frutas rojas, frambuesas, frutos del bosque, algo especiado, pimienta negra, clavo, tostados y toques salinos
Entrada en boca suave, fácil, con un toque dulzón. El vino tiene mucha carga frutal y buena acidez . Paso por garganta con cierta astringencia, con un final un poco amargo. El postgusto es largo.

Visualmente es una golosina de color rojo picota con tonalidades granate y destellos rubí. Muy limpio y brillante, su lágrima es fina, cubre pero no tinta.

Con una oxigenación previa de más de treinta minutos su primer contacto en nariz es fresco y delicado, con transparencia de violetas sobre fruta roja. Pasito a pasito la fruta negra en forma de moras maduras intenta apoderarse de los aromas pero no lo consigue porque incipientes balsámicos que prometen crecer reclaman su parte y al hacerlo traen consigo de la mano una acidez que nos devuelve a la fruta roja con vocación de frambuesa.

¿Encontraré la misma acidez en boca? Y me sorprendo a mí misma pensándolo pues estamos ante un vino de cuatro años. Y si lo hago ¿lo hará refrescante o astringente? La acidez puede ser peligrosa...

Una capa de seriedad se extiende sobre la nariz cubriendo de hoja de tabaco con chispas de pimienta negra una piedra oscura, pizarrosa.

En boca entra dulzón, con paso largo y una acidez que descoloca pero que es reconducida por una sensación alcohólica envolvente, cálida...

El sabor es muy frutal, con dominio del rojo sobre el negro aunque la grosella se niega a ceder protagonismo. Unas pinceladas dulces quisieran convertirse en anís pero su halo cítrico las deja en agua de azahar, como la que aromatiza los roscones. Este dulzor se amalgama con balsámicos y el resultado recuerda al eucalipto de monte.

Su frescura es deliciosa con una maravillosa acidez que apartando temores no seca sino que acaricia.

El Finca Moncloa es bosque del sur, menos tupido que los mesetarios y los norteños, dejando que se cuele la luz con dulzura, con manto de arbusto y la eterna pelea frutal entre el rojo y el negro, con su ramaje y sus hojas aromáticas. Su paso es ligero pero el crujir de la huella que deja tras de sí permanece.

La fragancia a violeta nunca se pierde convirtiéndose en parte fundamental de la idiosincracia de este vino.

Es, sobre todo, un vino diferente, un vino con una personalidad marcada y una incógnita respecto a su futuro ¿qué vida tendrá?

Cata de Puck

Color rojo picota con capa media-alta, limpio y con buena lágrima, se le ve bastante glicérico.

En nariz fruta negra, bastante especiado sobretodo pimienta negra, se nota la madera, vainilla... y balsámicos.

Entrada potente en boca, destaca la acidez inicial que luego pasa a tener notas dulces. Es bastante largo.

Color picota rubí, con borde granate.

Aromas de mediana intensidad, donde destacan las frutas de varios tipos muy maduras, especias blancas y dulces, también aparecen flores, hierbas, el regaliz y los tostados muy presentes, ligeros toques salinos.

En boca es sabrosa y fresca, aunque tiene buena intensidad es agradable y tiene buen equilibrio, los taninos son un pelin rasposos, el retronasal muy bueno, con todos los aromas de la nariz y el final es largo y con buena persistencia.

Vino que disfruta de muy buena acidez y atesora una gran personalidad y sobre todo es muy ORIGINAL y PERSONAL.

Cereza picota de capa media con ribete rubí, lágrima abundante gruesa y lenta. En nariz gran complejidad, frutas rojas maduras , cítricos , regaliz, balsámicos. En boca tiene una entrada golosa , es equilibrado , una buena acidez , algo de taninos. Todavía tiene recorrido en botella.

Es un vino que sorprende para los que lo probamos por primera vez. Es un vino fresco, de entrada levemente dulce, goloso y aromático. La acidez está bien equilibrada y el alcohol no sobresale. El final es persistente aunque levemente áspero.

Parte de la cata la hemos hecho con queso manchego curado y jamón Lampiño y el maridaje ha sido excelente.

Rojo picota, ribete rosaceo, capa media y déjà abundante lágrima fina que cae con lentitud.

Nariz compleja, frutos rojos, grosella, bastante mineralidad, pimiento negra, mas adelante tabaco Rubio, vainilla y maderas finas.

En boca es largo, con entrada amable y luego es algo astringents, no diria que amargo, acidez en su justa medida.

En conjunto me ha gustado y sorprendido gratamente este andaluz,, vino muy equilabrado que no deja indifferente.

Vino que acompañará bien comidas no muy complejas que no enmascaren las bondades de este, como he leido por ahí, señorito andaluz.