Restaurante Bodega Cigaleña en Santander
Restaurante Bodega Cigaleña
País:
España
Provincia:
Localidad:
Cód. Postal:
Tipo de cocina:

Añadir vino por copa

Precio desde:
30,00 €
(precio más bajo introducido por un usuario)
Nota de cata PRECIO MEDIO:
56 €
Nota de cata VALORACIÓN MEDIA:
8.1
Servicio del vino SERVICIO DEL VINO
9.4
Comida COMIDA
7.4
Precio medio entorno ENTORNO
7.3
RCP CALIDAD-PRECIO
8.3
Vista parcial del techo
Anchoas del Cantábrico
Gambas rojas alistadas
Rabas de calamar
Morcilla de Cigales asada
Quesos.
Anchoas del Cantábrico
Rabas de calamar del Cantábrico
Chuletón de vaca vieja madurada con patatas fritas caseras y pimientos (1, 300 Kg)
Arroz con leche
Pastel de queso horneado
Jesus Madrazo Num. IV DOC Rioja 2019
Los vinos de la comida (salvo el infiltrado)
De Muller Áureo Semi-dulce 60s
Tarta de queso. Detalle
Albóndigas de merluza
Gallo guisado con arroz
Bocartes
Cena
Comida
Vinos cena
Vinos comida
Tarta de queso
Pan
Rabas de calamar del Cantábrico
Tartar de bonito del Cantábrico
Albondigas de bonito con salsa calabresa
Vista del comedor desde nuestra mesa
Esfera de coco y chocolate
Paletilla de Cordero
Ravioli de carrillera
Arroz con pintada de bresse
Machote al horno
Tartar de atún rojo
Tiramisú
Rabas, y bocartes en dos cocciones.
Bocarte Marinado.
Los Vinos
Don Andrés Conde
Tissot Macvin Rouge
Monbourgeau Savagnin y tataki
Fino Gaditano
Vinos
Dados de rape
Cecina
edad
nueces
mar
oficiando
atlántico
montaña
del jardín
madrid
del sur
si, delicia
ambar
de cerca
volveremos..
dos años..
oficiando..
Opiniones de Bodega Cigaleña
OPINIONES
76

Nueva visita al templo del vino de Andrés Conde en Santander.

No voy a hacer una nueva descripción del restaurante, ni de su bodega, ni de su cocina, pues ya lo hice en su día e igualmente ha sido ya muy bien descrito por otros comentaristas de Verema.

Fuimos a cenar tres personas el 14 de agosto de 2023 a las 20h30 tras haber reservado previamente y evitado asi la cola que habia en la calle para saber si quedaban mesas libres en el restaurante, que por cierto se llenó.

Nos situaron en una mesa grande, muy cerca de la cocina, desde la que al levantar los ojos veíamos la naturaleza del lugar donde nos encontrábamos.

Las mesas estaban desnudas, sin manteles, bastante cerca las unas de las otras, Vajilla y cubiertos contemporáneos, buenas copas Riedel. El servicio de sala fue bueno. El servicio del vino fue excelente, Andrés Conde se ocupó de nosotros durante toda la cena y nos aconsejó que vino podíamos tomar en función de nuestros planteamientos y nos explico, como en cada visita de manera muy didáctica la historia del vino que íbamos a tomar. El servicio del vino comprendió el descorche, la primera cata y el servicio permanente a cargo de Andrés durante toda la cena.

Su cocina es tradicional, de producto, con elaboraciones de platos de toda la vida.

Optamos por compartir todos los platos y tomamos lo siguiente :

Anchoas del Cantábrico (6 piezas). Muy buenas

Gambas rojas alistadas (10 piezas). Fresquísimas. Excelentes

Rabas de calamar. Un plato del que casi no puedo pasarme en Cantabria. Muy buenas

Morcilla de Cigales asada (8 piezas) Muy ricas.

Quesos. Una pequeña degustación para terminar el pan que fué de buena calidad.

(Las fotos de los postres y el vino por imperativos técnicos de Verema aparecerán en el primer comentario)

De postres compartimos :

Pastel de queso horneado . Muy bueno

Arroz con leche . Riquísimo

Para beber tomamos una botella grande de agua mineral y una botella de vino blanco recomendada por Andrés  La Chapelle de Bébian 2021 AOP Languedoc. Prieuré de Saint Jean de Bébian 34120 Pezenas. Vino biológico y biodinámico. Cepajes : 50% Garnacha blanca, 40% Roussane y 10 % Clairette. Viñas de 30 años para la garnacha y la roussane y de 10 años para la clairette. Vendimia manual. "Vinificación: Separada por variedad de uva. Prensado inmediato (menos de una hora después de la recolección), en prensa neumática con cosechas enteras. Luego reposa durante 24 horas antes de la fermentación en barricas de roble para la Roussane y en depósitos de acero inoxidable para la Garnacha Blanca. Crianza: Separada por variedad de uva - Sobre lías durante 6 meses, con movimientos regulares."  Vino de color dorado, con muy buena acidez, muy fresco en boca y elegante, cremoso y persistente. Acompañó muy bien la cena.

Finalizamos con unos buenos cafés.

La cuenta ascendió a 48,60 €/persona. Muy buena RCP. Finalizo diciendo lo dicho en nuestra visita del 2022 y otras. Cocina tradicional muy bien elaborada y la posibilidad de degustar interesantes vinos aconsejados por un gran sumiller. Evidentemente volveremos a visitarles. Recomendable.

  • Vista parcial del techo

    Vista parcial del techo

  • Anchoas del Cantábrico

    Anchoas del Cantábrico

  • Gambas rojas alistadas

    Gambas rojas alistadas

  • Rabas de calamar

    Rabas de calamar

  • Morcilla de Cigales asada

    Morcilla de Cigales asada

  • Quesos.

    Quesos.

Hacía más de 10 años que no íbamos. Fuimos un lunes por la noche. Lo recordaba más atestado. No había mucha gente y nos colocaron en una mesa bastante amplia. Ambiente bastante ruidoso. Servicio disperso. Buen menaje. Carta a base de platos tradicionales. Amplia carta de vinos. Buenas copas. Servicio consistente en apertura, prueba y primer llenado.

Cena ligera para dos. Empezamos mal: no hay gildas. Pedimos:

- Terrina de pintada escabechada y foie caramelizado - Para compartir. Algo insulsa y el foie se veía, pero costaba saborearlo.

- Canelones de rabo de vaca - Buenos.

- Jabalí estofado a la bourguignon - Tierno, aunque falto de sabor. El puré, prescindible.

De postre:

- Arroz con leche - A mi esposa le gustó.

- Tarta fea - Caramelo a cascoporro. Se te enganchaba a los dientes. No me pareció una tarta y no me gustó.

Para beber una botella de agua y una botella de Jesús Madrazo Selección 2019 servida a buena temperatura.

Fue la comida que menos disfruté en nuestra última visita a Santander.

Hacia cinco años que no habíamos estado en ese museo del vino que es la Bodega Cigaleña, así que esta vez nada mas llegar a Cantabria, nuestra primera cita gastronomica fue en la bodega de Andrés Conde.

No voy a hacer una nueva descripción del restaurante, ni de su bodega, ni de su cocina, pues ya lo hice en su día e igualmente ha sido ya muy bien descrito por otros comentaristas de Verema. Me voy a remitir escuetamente a explicar nuestras sensaciones y nuestra velada .

LLegamos al restaurante a las 20h30, tres comensales, y nos situaron en una mesa ubicada en un extremo del comedor, junto a una ventana y con vistas sobre todo el comedor. Mesas bien vestidas, con manteles blancos, vajilla y cubiertos contemporáneos y muy buenas copas. El servicio de sala fue  profesional, amable, simpático y cordial. En relación con nuestra primera visita encontramos que habia mejorado mucho. Para el servicio del vino, que fue excelente, nos pusimos entre las manos de Andrés Conde quien nos aconsejó el mejor vino que podríamos tomar para acompañar nuestra cena y que detallaré al final de mi crónica. El servicio consistió en presentación detallada del vino que íbamos a tomar a cargo de Andrés, descorche, primera cata y servicio permanente de llenado de copas.

Tras presentarnos la carta y los platos del día optamos por cenar lo siguiente :

De entrantes, compartimos :

Anchoas del Cantábrico. (10 filetes) Como éramos tres, lo mejor hubieran sido 12 unidades, pero finalmente nos pusimos de acuerdo en el reparto. Muy buenas.

Rabas de calamar del Cantábrico . las primeras que comíamos en nuestro periplo cántabro de este año. Muy buenas

Como plato principal compartimos :

Chuletón de vaca vieja madurada con patatas fritas caseras y pimientos (1, 300 Kg) Carne excelente, muy sabrosa, en su perfecto punto de cocción, como nos gusta, muy poco hecha.

El pan, de masa madre, que acompañó la cena, fue muy bueno

De postres, compartimos :

Arroz con leche. Excelente. Un postre de matricula de honor.

Pastel de queso horneado. Muy bueno

Para beber tomamos una botella grande de agua, una botella de agua con gas y la botella de vino tinto recomendada por Andrés Conde para acompañar la cena. Recomendación que me sorprendió porque el precio de la botella Jesus Madrazo Num. IV DOC Rioja 2019 fue de 18 €. Nos explicó que acompañaría bien la cena porque era un tinto suave, elegante y muy bien estructurado que nos permitiría apreciar perfectamente todos los sabores de los platos escogidos sin predominar sobre ellos. Cepajes : 80% Tempranillo, 8% Garnacha, 4% Graciano y 3% Mazuelo. Como soy poco conocedor de vinos tintos, su ayuda nos fue muy valiosa. Nos gustó.

Finalizamos con tres buenos cafés.

La cuenta ascendió a 48,13 €/persona. Muy buena RCP. Cocina tradicional muy bien elaborada y la posibilidad de degustar interesantes vinos aconsejados por un gran sumiller. Evidentemente volveremos a visitarles. Recomendable.

  • Anchoas del Cantábrico

    Anchoas del Cantábrico

  • Rabas de calamar del Cantábrico

    Rabas de calamar del Cantábrico

  • Chuletón de vaca vieja madurada con patatas fritas caseras y pimientos (1, 300 Kg)

    Chuletón de vaca vieja madurada con patatas fritas caseras y pimientos (1, 300 Kg)

  • Arroz con leche

    Arroz con leche

  • Pastel de queso horneado

    Pastel de queso horneado

  • Jesus Madrazo Num. IV DOC Rioja 2019

    Jesus Madrazo Num. IV DOC Rioja 2019

La Cigaleña ha sido nuestro primer restaurante tras estos meses difíciles. Este, ya de por sí , es motivo suficiente para no olvidarlo jamás, pero no es el único. Lo recordaremos por Overnoy, el eléctrico Chardonnay que tras una búsqueda intensa , encontramos aquí y  en ningún otro lugar. Tampoco olvidaremos las recomendaciones y comentarios que sobre el vino nos hizo Andrés, tan consistentes , como amenos, respetuosos e interesantes. Y no lo olvidaremos por su comida, que desde mi más absoluta ignorancia , no imaginaba tan buena y tan rica. Las mejores rabas que he comido nunca...vaya chorrada, diría, pero es que realmente lo fueron . Frescas, duras, sin grasa y con un final dulce único. Y el machote a la sal??. Qué limpieza en la presentación¡¡, el punto de sal, el sabor y la frescura..creo que el pobre machote , estuvo nadando , vivito y coleando esa misma mañana. Probamos la tarta de queso , con algo de Stilton. Tampoco sabíamos que era tan buena, de hecho , habíamos pensado no pedir postres , pero finalmente ..pecamos. Riquísima, no sé si la mejor , pero una gran tarta de queso , original y que nadie ,debería perderse. Un buen servicio , amable y profesional..las botellas antiguas, Overnoy...todo, como decía, inolvidable

Animados por el comentario anterior decidimos que había que probar la tarta de queso... pero mas cosas también.

El clima de anoche, Cantabria. No hay nada más que decir. Hacía un fresquillo importante, pero eso no impidió que tomásemos algo antes por la capital.A

A nuestra llegada al templo, abarrotar es poco. Justo salía un grupo bastante amplio y ello dejo la barra bastante liberada, teníamos hambre por lo que pasamos directos al comedor. Nada que no se haya comentado anteriormente, limpio, ordenado, curioso para los curiosos, etc.

Nos acercan las cartas y, ojo, carta con productos fuera de carta. Como agradezco esto, porque siempre te lo cantan y luego no me acuerdo de la mitad por mucho empeño que haya puesto en atender al camarero. Sabíamos a lo que veníamos, a por la tarta, pero a parte pedimos:

- 1/2 Verduras en tempura. Hay que probar cosas, personalmente no soy muy verdulero pero de vez en cuando me pica la curiosidad. Bien buenas.

- 1/2 Vieiras. Tanto Mila como un servidor teníamos ganas de volver a comerlas. Acompañada de mantequilla líquida y espárragos trigueros... la mantequilla lo potencia todo, pero esto estaba bien rico!

- Lasaña de centollo. Original, parece más un canelón que una lasaña. En el orden de los anteriores platos, muy rico.

Como platos principales:

- Mila se decantó por una ensalada de tomate y burrata. El tomate no lo probé, pero la burrata... ostia que buena! Mila no dejo ni gota en el plato!

- Por mi parte, bochares rebozados. Hasta julio no hay más bocharte y es de mis pescados favoritos. Rebozado, mucho más. Una docena de bochares, tamaño justo, pero el sabor... que sabor! El rebozado fino, fino! Lo acompañaban unos pimientos pequeños, también buenos.

Ahora llega lo bueno! La tarta! A mi hay un cosa que me encanta cuando veo una tarta de queso y es que se mueva. Pocas veces se ve eso y cuando lo ves... sabes que va a estar muy buena. Esta tarta, con queso Stilton, es de otra galaxia!! En una charla que mantuvimos con Andrés le comenté que caliente estaría mucho más rica; él respondió que si la pruebas recién salida del horno...

En el tema de los vinos... aquí no hay comparación. Mila quería probar un tinto, nos sacó uno que tenia en barra. No nos hizo mucha gracia, a mi personalmente beber vino tinto me aburre, y le pedimos que nos sacase algo de burbuja, diferente. Apareció con una botella Cremant du Jara. Im-presionante. Nos estuvo contando la historia de la botella y la historia detrás de la denominación Cremant. Es Champagne, pero como no se elabora en la zona no puede llamarse Champagne. Nos encanto, 22€.

Cada vez que volvemos a este establecimiento nos gusta más y más. Esta ocasión estuvimos un buen tiempo hablando con Andrés sobre trato de queso, restaurantes, modas, etc. Un hombre que cuida con esmero su producto y su local. 

Volveremos sin tardar con las pequeñas de la casa, le darán caña a la mantequilla con ese excelente pan que sirven.

Algo que describe el buen hacer de Andrés es que tiene una plantilla con años a sus espaldas, algo muy complicado en hostelería.

De verdad, venir a probar la tarta de queso!!!

Salimos por 96€ los dos.

 

Primera parada en nuestra escapada de fin de semana a Cantabria, reservamos un viernes mediodía para comer. Una vez conocida en la anterior visita el perfil de vinos que gusta ofrecer a Andrés (hay que reconocer que no son vinos fáciles), decido en esta visita probar los vinos por copas que ofrece en la barra y la verdad que la selección me ha satisfecho más. La cocina sigue teniendo mucho nivel y merece sin duda ese Sol Repsol que ostenta.

El servicio por parte de Andrés es impecable como siempre, atento a los numerosos gastrónomos que pueblan su sala y hacen que no siempre podamos disfrutar de sus explicaciones tanto como quisiéramos (en nuestro caso, coincidimos con Iñigo Saracho en la sala, al que seguimos a través de su Twitter).

Para abrir boca, nos traen una mantequilla al curry con unas tostas de aperitivo, finísimo producto del que dimos buena cuenta, y que cada vez más vemos como sustituto del tradicional AOVE en los restaurantes de nivel.

Como entrantes nos decantamos por el salteado de verduras de temporada (16€) y los bocartes fritos y rebozados (14€), ambos emplatados en formato de media ración sin coste adicional, a ver si toman nota algunos restaurantes. Una selección completísima de verduras (judía, zanahoria, boniato, brócoli, coliflor, calabacín, triguero, tirabeque, hinojo) en su punto perfecto y unos fresquísimos bocartes. Fantástico comienzo.

Para acompañar a los entrantes, dos blancos en formato Mágnum:

- Danjou Banessy Supernova '17 (AOP Côtes de Roussillon): Muy original moscatel de Alejandría seco macerado con sus pieles. Un orange wine con un amargor y una acidez bien equilibradas. Fresco y muy bebible a pesar de su juventud. 3€

- Benjamin Leroux Bourgogne Blanc '17: Maravillosa Chardonnay, con tensión y marcada acidez. Embotellado especial para la casa, una delicia. 3€

Los segundos fueron un gallo de corral guisado con su arroz caldoso (19€) y unas albóndigas de merluza en salsa verde (14€). Melosidad y sabor como hilo conductor, puntos impecables, sabores limpios, bien definidos y con raciones generosas. Las 8 albóndigas venían acompañados de 4 hermosos langostinos pelados.

Para los segundos, un par de tintos y otro par de blancos:

- Benjamin Leroux Bourgogne '17: Elegantísima Pinot Noir que, a pesar de su juventud, poseía una finura descomunal. Gran impresión con este elaborador, tener como vino de "la casa" a esta perla habla del nivel que atesora el docto(r) Conde Laya. 3€

- Matanegra Perillán '16 Mágnum (Ribera del Duero): Toda una sorpresa este tinto ribereño de Pagos de Matanegra, un tinto fino con mucha clase que estaba en un momento de consumo incluso mejor que el borgoña tinto. Para mí fue la sorpresa vinícola de la comida. 3€

- Foradori Fontanasanta Manzoni Bianco '11 Mágnum (IGT Vigneti delle Dolomiti): Otro orange wine que en este caso no me convenció, con los típicos toques málicos ("asidrados) de algunos vinos naturales y poco equilibrio amargor-acidez (el talón de Aquiles habitual en estos vinos). Radical para mi gusto. 3€

- Cuatro Rayas Navesur Verdejo '18 (Rueda): Un vino indigno de este local. Nos lo sirvió uno de los camareros y supongo que lo tienen en barra por la demanda del "verdejito" de turno. Me quedé patidifuso por este "infiltrado", tengo que reconocerlo.

De postre, tarta rota de cítricos (6,50€) y tarta de queso (6,50€). El título ya lo dice todo... Si la tarta rota de cítricos sorprende por su juego de gelatina-espuma-sorbete-confitura-crocante y su fantástica combinación ácido-dulce, la de queso (¡azul!) juega en otra liga. De verdad, si váis es OBLIGATORIO pedirla y disfrutaréis como gorrinos en charco de barro.

Para acompañar estas dos maravillas, un De Muller Áureo Semi-dulce 60s que generosamente dejó Andrés en nuestra mesa. Garnacha licorosa de solera, muy al estilo de los fondillones alicantinos (se presentó con bastante turbidez, al ser el final de la botella). Una de esas botellas curiosas que le dejan a uno con buen sabor de boca, más si es una invitación.

Buenos pan de chapata (1,80€/cada), agua (2,50€/bot 50 cl) y café Illy (invitación) para rematar.

Seguiremos peregrinando regularmente con sumo gusto.

  • Los vinos de la comida (salvo el infiltrado)

    Los vinos de la comida (salvo el infiltrado)

  • De Muller Áureo Semi-dulce 60s

    De Muller Áureo Semi-dulce 60s

  • Tarta de queso. Detalle

    Tarta de queso. Detalle

  • Albóndigas de merluza

    Albóndigas de merluza

  • Gallo guisado con arroz

    Gallo guisado con arroz

  • Bocartes

    Bocartes

Fin de semana en Santander en el que no podía faltar una peregrinación a este templo gastronómico y referente estatal del buen beber. Salimos tan contentos de nuestra primera visita (comida) que volvimos al día siguiente (cena).

Como buenos conocedores de lo que ofrece este Museo del Vino, pedimos a Andrés que nos fuese sacando vinos por copa en función de lo que pidiésemos, ya que si en los restaurantes que visitamos nuestra máxima es beber bien y comer mejor, aquí invertimos los términos gracias al enorme conocimiento vitícola que atesora el alma máter de la Cigaleña.

Sin más preámbulos, paso a relatar lo comido y bebido en nuestras dos visitas:

COMIDA

- Aperitivo (Sopa de tomate): Similar a un gazpacho aunque menos denso, con un notable toque de hierbabuena, refrescante comienzo para abrir las papilas gustativas. Acompañado por una tabla de excelente pan de masa madre [1,80€/pax].

- Croquetas caseras  (la receta de Moisesa) [13€]: Las croquetas son una de nuestras debilidades, lo que unido a la referencia familiar nos hizo decantarnos por este entrante. Ración desmesurada (11 croquetones de jamón), rebozado crujiente con Panko y un relleno consistente. Personalmente las preferimos más fluidas y con un punto más de sabor. Correctas.

+ Jacques Maillet Autrement blanc 2014 (AOP Savoie): Comenzamos con un blanco bio de uva jacquere, refrescante y con buena acidez, apenas 10,5° para abrir boca y aligerar la bechamel.

- Brazos de pulpo en nuestra parrilla [19€]: La mejor forma de comer el cefalópodo (a la brasa), se presentó sobre una cama de puré de patata con aceite de oliva, con los tentáculos aromatizados con eucalipto seco. Delicioso aroma, sabor intenso y textura perfecta, conservando la firmeza original del pulpo, sin cocerlo en exceso como sucede en muchos restaurantes. Excelente

+ Maria & Sepp Muster Gelber Muskateller vom Opok 2015 (Wein aus Österreich): Curiosísimo moscatel seco bio austriaco, con potentes notas gaseosas en nariz y una boca fluida. Fácil de beber (10,5°), con recuerdos a los moscateles secos de la Axarquía malagueña, aunque fue el que menos nos convenció de la comida.

- Lasaña de centollo, aliño de su coral y perlas de amontillado [21€]: Plato descomunal, estética y gustativamente. A medio camino entre un ravioli y una lasaña, unas finas placas de pasta guardaban un relleno de centollo desmenuzado exquisito y una salsa para acabarse el pan de una sentada. La ración algo más justita, habida cuenta del coste de la materia prima. Extraordinario

+ Anne et Jean-François Ganevat Les Cedres 2015 (AOC Côtes du Jura): Plato y vino de mayor finura de toda la comida de la mano, chardonnay afilada, sápida y tremendamente elegante de la que repetimos copa. La última cuvée del maestro jurásico.

- Tataki de atún rojo [22€]: Preparación moderna buscando respetar un buen producto. Lomos ligeramente planchados con el interior crudo, acompañados de salicornia o espárrago de mar y cebolla encurtida. Toda una sorpresa el sabor a mar y la textura de la salicornia, un punto extra de sal directamente en el tataki (por si no se comía junto a la salicornia) hubiera redondeado el plato. Muy bien.

+ R.J. Dard & F. Ribo C’est le printemps 2017 (AOC Crozes-Hermitage): Deliciosa syrah joven, aromática y fresca sin renunciar a un punto de tanicidad. Combinación perfecta con el túnido.

- ½ tabla de quesos [11,50€]: Respetando nuestro recorrido vinícola francés, y siendo unos enamorados del queso, decidimos finalizar como postre con los quesos seleccionados por Juan Conde (hermano de Andrés y copropietario), impresionantes del primero al último: Cabra y vaca pirenaicos, añejo de cabra, Comté de 30 meses y un Stilton madurado para hacerles la ola. Imprescindible. Para maridar tanta potencia quesera, dos fantásticos vinos de crianza oxidativa:

+ Gutiérrez de la Vega Tío Raimundo 2014 (D.O. Alicante): Moscatel seco (15°) elaborado con crianza bajo velo de flor, similar a un generoso sin encabezar. Pese a no ser devoto de este tipo de elaboraciones, tengo que reconocer que la combinación con los tres primeros quesos fue fantástica. Un Jerez en Alicante.

+ Domaine de Montbourgeau L’Etoile 2014 (AOC L’Étoile): Ya había probado su añada 2012 y entonces no me entusiasmó demasiado. Sin embargo esta, y al igual que con el Tío Raimundo, maridó increíblemente bien con el Comté y el Stilton. Más elegante, sápido y complejo que el anterior, una chardonnay jurásica criada bajo velo de flor que encantó a mi mujer.

Finalizamos la comida con café [2€] acompañado por sus pastas de cortesía: buenas galletas garrapiñadas de almendra. Para mí, pido a Andrés un vino dulce:

+ Balivet Vignerons La Dernière Bugey Cerdon Methode Ancestrale (AOC Bugey): Sorpresón con este espumoso semidulce de uva poulsard, apenas 7° y una delicia que expresa muy bien la rusticidad de la variedad, con un dulzor muy comedido y gran poder refrescante. Uno de esos ases en la manga que se guarda el maestro Conde Laya.

Realmente espectacular el despliegue de copas (Gabriel Glass), cambiadas con cada vino que se abría. Botellas a Tª perfecta y dejadas en la mesa durante toda la comida por si el comensal quiere repetir. Presentación perfecta de cada vino por Andrés, atento en todo momento al servicio y quien hacía gala de un conocimiento enciclopédico con enorme humildad y respeto hacia nuestros comentarios. Si a esto añadimos que el coste de semejante servicio de vino (14 copas) fueron 40€, no nos queda más que dar una ovación cerrada a esta casa, lamentando no tener un local así cerca, pues seríamos clientes fieles.

En total, junto con una botella de agua [3€] la cuenta ascendió a 133,30€, extraordinaria RCP.

CENA

- Aperitivo: Sopa de tomate (Ya reseñado)

- Arroz con pintada de Bresse [19€]: Otro de los platos para el recuerdo, el arroz al dente con un fondo de intenso sabor y uno de los muslos de la pintada en su punto perfecto de cocción coronándolo.

+ Julien Guillot Ultimatum Climat 2011 (AOC Chénas): Un beaujolais natural y con años, sin concesiones. Uva gamay con mucha acidez, nariz algo “sucia” y para mi gusto poco equilibrio. El vino más flojo de la cena.

- Presa ibérica macerada en especias [17€]: Acompañada por un cous-cous con aliño cítrico y una salsa con toques de cúrcuma, corte excelente con la carne jugosa y el centro con un punto de menor cocción. Le gustó mucho a la socia.

+ Anne et Jean-François Ganevat J’en veux encore!!! (Vin de France): Vino natural elaborado en ánfora con variedades jurásicas, en este caso con mayor frescura que el anterior, con notable carácter rústico y un pequeño toque carbónico. Buen maridaje, aunque prefiero otro perfil de vinos.

- Pochas con cocochas en salsa verde [16€]: Me había quedado con las ganas de probarlas el día anterior y no renuncié a ello pese a ser una cena, eso sí, cambiando la versión de hongos y jabalí por ser más ligera esta. Legumbre y kokotxas en su punto de melosidad, la salsa verde me pareció algo invasiva por su intenso sabor marino (¿plancton?). En cualquier caso, muy ricas.

+ Viña Magaña Gran Reserva 1983 (D.O. Navarra): Otra de las sorpresas del maestro con un maridaje inconmensurable. Ensamblaje de Tempranillo con Merlot y Cabernet Sauvignon, en un momento perfecto de consumo. Taninos suaves, notable longitud, super elegante. Como bien decía Andrés, Navarra nunca estuvo de moda pero este es un gran elaborador.

- Cremoso de tiramisú [6,50€]: No nos podíamos ir de La Cigaleña sin probar alguno de sus postres. Buena elección con este vaso de generosa ración de tiramisú, tremendamente gulesco. Otro de los imprescindibles a probar.

+ Caruso & Minini Marsala Superiore Riserva Secco (DOC Marsala): El emparejamiento era obvio y disfrutamos tremendamente de este generoso dulce siciliano, elegante y nada pesado.

Misma filosofía con los vinos, aunque en este caso la cuenta ascendió a 20€. Un regalo. Invitación al café, junto al agua y el pan la cuenta ascendió a 85,10€.

Todo un templo gastronómico estatal al que volveremos seguro. Enhorabuena a todo el equipo y muchísimas gracias a Andrés por su generosidad, su tiempo y su ejemplo de lo que debería ser un restaurante honesto y comprometido con la calidad y la difusión de la cultura del vino. Nos quitamos el sombrero.

  • Cena

    Cena

  • Comida

    Comida

  • Vinos cena

    Vinos cena

  • Vinos comida

    Vinos comida

A dos días de finalizar nuestra estancia en Cantabria no podíamos marcharnos sin ir a visitar el templo cántabro del vino, la Bodega Cigaleña de Andrés Conde.

Ya se ha dicho todo sobre Andrés Conde y su bodega, o sea que me voy a remitir escuetamente a explicar nuestras sensaciones y nuestra velada .

Tras haber reservado previamente, y haber ido a tomar unas excelentes ostras de San Vicente a la ostreria La Mar, muy cerca de la bodega, llegamos a la Cigaleña a las 20h30. Nada mas atravesar el umbral de la bodega, entras en el tunel del tiempo y te trasladas a 1949, con su ambiente de época, con azulejos por doquier, botellas por todas partes, cuadros, estanterías repletas de recuerdos y mas y mas botellas...

Nos situaron en una mesa justo a la entrada de un pequeño comedor  con mucho ambientillo.

Las mesas están bien vestidas, pegadas las unas a las otras, sin ninguna intimidad y las sillas son bastante incomodas, pero eso no tiene mayor importancia donde nos encontramos. Vajilla y cubiertos contemporáneos, buenas copas. El servicio de sala es bueno, sin mas. El servicio del vino es excelente, nos pusimos en manos de Andrés Conde para que nos aconsejara que vino podíamos tomar para lo que habíamos solicitado para la cena y como buen apasionado y conocedor del vino, nos explico de manera muy didáctica la historia del vino que íbamos a tomar. Evidentemente el servicio del vino comprendió el descorche, la primera cata y el servicio permanente a cargo de Andrés durante toda la cena.

La cocina es tradicional, de producto, con elaboraciones de platos de toda la vida o casi.

Nos propusieron un menú degustación y la carta, optamos por esta última.

Primeramente, como aperitivo nos sirvieron un vasito de gazpacho.

De primeros compartimos, servido en el plato :

Albóndigas de bonito con salsa calabresa Muy gustosas, puro bonito con una salsa que invitaba a servirse asiduamente del pan, el único defecto es que estaban resecas y no había suficiente salsa para darles untuosidad.

De segundos tomamos :

Tartar de bonito del Cantábrico Buen producto, buena ración y bien preparado.

Rabas de calamar del Cantábrico Muy buenas.

El pan que acompaño la cena fue bueno.

Como postre tomamos, para compartir :

Tarta de queso que yo definiría mas bien como un cheese cake. Bueno

Para beber tomamos lo que nos aconsejó Andrés :

Una botella de vino blanco elaborada en cultivo biodinamico por unos amigos suyos franceses Coste Domaine Danjou-Banessy 2015 IGP Cotes Catalanes. Domaine les Frères Danjou-Artisans Vignerons( Espira de l'Agly) Viñas de mas de 60 años. Cepajes 100% Macabeu . Crianza de 18 a 20 meses en barricas borguiñonas. Muy fresco y complejo, mineral, algo turbio en la botella (no está filtrado) muy elegante y muy largo en boca. Me gustó y me hizo descubrir un vino que se produce a 150 Km de mi casa.

Como se nos había acabado el vino, le pedí a Andrés un vino de postre y  nos invitó a tomar un vino curioso, un vino sin ninguna denominación, un vino de mesa con una etiqueta muy erótica, (ver foto en el primer comentario) cuya botella nos dejó sobre la mesa, como invitación de la casa, de un grande del Sauternes  el "Chateau Rousset &Peyraguey" (33210 Preignac).  Un espumoso suave a base de sauternes.

Finalizamos con dos buenos cafés, invitación de la casa.

La cuenta ascendió a 38,55 €/persona. Muy buena RCP. Comida sencilla y buenos vinos. Conversar con Andrés sobre el mundo del vino es un placer, solo por eso y por tomarse un buen vino ya vale la pena el viaje. Nos gustó y cuando estemos por Santander, volveremos. Recomendable para los amantes del vino y de locales entrañables.

 

  • Tarta de queso

    Tarta de queso

  • Pan

    Pan

  • Rabas de calamar del Cantábrico

    Rabas de calamar del Cantábrico

  • Tartar de bonito del Cantábrico

    Tartar de bonito del Cantábrico

  • Albondigas de bonito con salsa calabresa

    Albondigas de bonito con salsa calabresa

  • Vista del comedor desde nuestra mesa

    Vista del comedor desde nuestra mesa

Tan buenas y reconocidas opiniones no pueden equivocarse en la valoración y servicio de un restaurante, así que la elección estando en Santander es sencilla, y por supuesto acertada.

Desgraciadamente es una visita rápida y a hora temprana, no obstante, la colaboración y simpatía de todo el equipo de sala es sobresaliente.

El local, todo un decorado dedicado al vino, al respecto, nos dejamos aconsejar y disfrutamos de un muy bueno MATANEGRA 14 meses 2014 (DO Ribera de Duero).

Para el niño unas extraordinarias “albóndigas de bonito a la calabresa”, las devora sin criterio, y nosotros le acompañamos con gusto. La salsa la tomamos a cucharadas: excelente. Gran propuesta.

Para compartir, las reconocidas “rabas”. Estupendas, que decir.

Para terminar, siendo temporada del bonito no podemos dejar pasar la oportunidad de degustar de la “ventresca de bonito al horno con pimientos rojos confitados”, muy bien preparada, las lascas salen solas. Soberbio producto y gran preparación.

Restaurante que bien merece una visita en profundidad y con tiempo. Repetiremos

Un templo de culto. Un sitio de esos que apetece visitar de vez en cuando. Una pena que no abran los domingos porque de ser asi lo visitariamos mucho más.  Por suerte, este verano es el primero que abren los domingos y estando en Santander por la tarde no ibamos a dejar escapar la oportunidad. Llamada y reserva.

Llegamos a la plaza Cañadio. Animadas las terrazas, pero el restaurante Cañadio (donde teniamos intencion de tomar algo) cerrado, tambien sus alrededores. Manda el pulmon de la plaza. Si cierro yo, vosotros conmigo; algo asi debe ser.

Nosotros a lo nuestro, a la Cigaleña!! Nos ponemos en una concurrida barra, Mila se decanta por un fabuloso Moscato, en mi caso vuelvo a pedir aquella sidra francesa que tanto me gusto en nuestra última visita a su barra. Lo disfrutamos en la calle, que es verano!!! Ojeamos la carta de fuera y vamos decidiendo que cenar!! Alla que vamos!!

Nos acomodan y en breves viene Andrés para atender nuestra demanda! Lo teniamos muy claro, tenemos mucho antojo de comer quesos de calidad. Indicamso a Andres lo que queremos, nos dice que ni de bromas, que nos pasamos de la raya y por gran distancia. Al final nos quedamos así:

- Ensalada de ventresca. La ventresca natural, perfecta. El acompañamiento en la misma línea.

- Pimientos de padrón fritos. Buena ración de la cual disfrutamos como enanos!! El pan de masa madre que te ponen acompaña e invita  a disfrutar más y más!!!

- Quesos. Andres nos aconsejo media ración, acertó pues esta ya era contundente! 4 quesos, de menor a mayor explosividad. Excelente ración. Mila disfruto con el segundo, uno semi curado muy bueno. A mi el Gamoneu me parecio de otra galaxia!!! El mas contundente era un tipo camembert que a mi no me enamoran. El primero era uno de mezcla que estaba también muy bueno!! Volveremos a por más!!!

De segundos; Mila se decantó por unos bocaditos de merluza. Realmente ricos!!!! Por mi parte, tenía antojo de carne; fui clásico y escogí un buen solomillo muy poco pasado, sangrante a tope!! Excelente!!

Hoy tocaba burbuja!!! Aqui comer con agua, de la cual pedí un botella para probarla (bastante rica) es como un pecado mortal!! Nos dejamos llevar por Andrés. Solo nos limitamos a decirle "Champagne· y el supo sacarnos algo muy muy rico a 42€ la botella. Bebimos un Chartogne-Taillet que estaba estupendo!!

Nos encanta este establecimiento. Rebosa vida e historia por donde mires!! Volveremos mil veces porque además de comer bien, beber mejor, un servicio clásico y eficaz que hace sentirte como en casa... siempre sales contento y sonriendo!!! Nosotros si salimos así de un sitio le ponemos automaticamente en la categoria de los buenos super buenos y volvemos seguro!!!

PD: no saludé a un veremero que habia porque tenia dudas de quien era!! Estaba comiendo unas rabas justo al lado del mostrador mientras hablaba con Andrés. Pero ese fijo que era veremero!!!

Cookies en verema.com

Utilizamos cookies propias y de terceros con finalidades analíticas y para mostrarte publicidad relacionada con tus preferencias a partir de tus hábitos de navegación y tu perfil. Puedes configurar o rechazar las cookies haciendo click en “Configuración de cookies”. También puedes aceptar todas las cookies pulsando el botón “Aceptar”. Para más información puedes visitar nuestra Ver política de cookies.

Aceptar