Primera parada en nuestra escapada de fin de semana a Cantabria, reservamos un viernes mediodía para comer. Una vez conocida en la anterior visita el perfil de vinos que gusta ofrecer a Andrés (hay que reconocer que no son vinos fáciles), decido en esta visita probar los vinos por copas que ofrece en la barra y la verdad que la selección me ha satisfecho más. La cocina sigue teniendo mucho nivel y merece sin duda ese Sol Repsol que ostenta.
El servicio por parte de Andrés es impecable como siempre, atento a los numerosos gastrónomos que pueblan su sala y hacen que no siempre podamos disfrutar de sus explicaciones tanto como quisiéramos (en nuestro caso, coincidimos con Iñigo Saracho en la sala, al que seguimos a través de su Twitter).
Para abrir boca, nos traen una mantequilla al curry con unas tostas de aperitivo, finísimo producto del que dimos buena cuenta, y que cada vez más vemos como sustituto del tradicional AOVE en los restaurantes de nivel.
Como entrantes nos decantamos por el salteado de verduras de temporada (16€) y los bocartes fritos y rebozados (14€), ambos emplatados en formato de media ración sin coste adicional, a ver si toman nota algunos restaurantes. Una selección completísima de verduras (judía, zanahoria, boniato, brócoli, coliflor, calabacín, triguero, tirabeque, hinojo) en su punto perfecto y unos fresquísimos bocartes. Fantástico comienzo.
Para acompañar a los entrantes, dos blancos en formato Mágnum:
- Danjou Banessy Supernova '17 (AOP Côtes de Roussillon): Muy original moscatel de Alejandría seco macerado con sus pieles. Un orange wine con un amargor y una acidez bien equilibradas. Fresco y muy bebible a pesar de su juventud. 3€
- Benjamin Leroux Bourgogne Blanc '17: Maravillosa Chardonnay, con tensión y marcada acidez. Embotellado especial para la casa, una delicia. 3€
Los segundos fueron un gallo de corral guisado con su arroz caldoso (19€) y unas albóndigas de merluza en salsa verde (14€). Melosidad y sabor como hilo conductor, puntos impecables, sabores limpios, bien definidos y con raciones generosas. Las 8 albóndigas venían acompañados de 4 hermosos langostinos pelados.
Para los segundos, un par de tintos y otro par de blancos:
- Benjamin Leroux Bourgogne '17: Elegantísima Pinot Noir que, a pesar de su juventud, poseía una finura descomunal. Gran impresión con este elaborador, tener como vino de "la casa" a esta perla habla del nivel que atesora el docto(r) Conde Laya. 3€
- Matanegra Perillán '16 Mágnum (Ribera del Duero): Toda una sorpresa este tinto ribereño de Pagos de Matanegra, un tinto fino con mucha clase que estaba en un momento de consumo incluso mejor que el borgoña tinto. Para mí fue la sorpresa vinícola de la comida. 3€
- Foradori Fontanasanta Manzoni Bianco '11 Mágnum (IGT Vigneti delle Dolomiti): Otro orange wine que en este caso no me convenció, con los típicos toques málicos ("asidrados) de algunos vinos naturales y poco equilibrio amargor-acidez (el talón de Aquiles habitual en estos vinos). Radical para mi gusto. 3€
- Cuatro Rayas Navesur Verdejo '18 (Rueda): Un vino indigno de este local. Nos lo sirvió uno de los camareros y supongo que lo tienen en barra por la demanda del "verdejito" de turno. Me quedé patidifuso por este "infiltrado", tengo que reconocerlo.
De postre, tarta rota de cítricos (6,50€) y tarta de queso (6,50€). El título ya lo dice todo... Si la tarta rota de cítricos sorprende por su juego de gelatina-espuma-sorbete-confitura-crocante y su fantástica combinación ácido-dulce, la de queso (¡azul!) juega en otra liga. De verdad, si váis es OBLIGATORIO pedirla y disfrutaréis como gorrinos en charco de barro.
Para acompañar estas dos maravillas, un De Muller Áureo Semi-dulce 60s que generosamente dejó Andrés en nuestra mesa. Garnacha licorosa de solera, muy al estilo de los fondillones alicantinos (se presentó con bastante turbidez, al ser el final de la botella). Una de esas botellas curiosas que le dejan a uno con buen sabor de boca, más si es una invitación.
Buenos pan de chapata (1,80€/cada), agua (2,50€/bot 50 cl) y café Illy (invitación) para rematar.
Seguiremos peregrinando regularmente con sumo gusto.